HACIA UNA GUALEGUAYCHÚ MÁS VERDE
Déficit de árboles: Para mitigar el calentamiento de la ciudad apuestan a un plan de forestación a largo plazo
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El cambio en la temperatura global obliga a los municipios a tomar acciones para revertir esta tendencia y generar mejores condiciones ambientales dentro de las ciudades. Emilio Montefinale, director de Espacios Públicos contó que durante 2025 se plantaron mil árboles y otros mil se entregaron a vecinos.
Esta semana inició la conferencia climática más grande del planeta, la COP30, en la ciudad brasileña de Belém con representantes de más de 190 países. El objetivo prioritario es la protección y el fortalecimiento de los bosques en el mundo.
Si bien reducir el calentamiento global no depende únicamente de que haya más árboles, estos cumplen un rol fundamental en la ecuación. En este sentido, es importante lo que cada país, provincia y municipio pueda aportar para revertir la tendencia del cambio climático, sobre todos, aquellos que más contribuyen a este flagelo.
En Gualeguaychú existe un plan de arbolado a largo plazo para reducir el calor, sobre todo en verano, que se experimenta dentro del casco urbano. Además, ahora más que nunca, esa política adquiere una importancia mayor: si la ciudad va a tener más calles asfaltadas, también requiere de más árboles que compensen el aumento de la temperatura que eso generará.
Al respecto, Ahora ElDía dialogó con Emilio Montefinale, director de Espacios Públicos, señaló que “el hecho de que tengamos un vivero de árboles nativos nos permite tener una ventana más grade de plantación. Hemos plantado mil árboles en este año, entre avenidas, barrios, plazas y el Parque Unzué. También hemos entregado muchos arboles nativos, incluso a Pueblo Belgrano e Ibicuy. Además, regalamos más o menos mil árboles a vecinos que vienen a pedir”.
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“Para mitigar el calentamiento de la ciudad fomentamos la plantación de árboles nativos. De hecho, hace un poco más de un año, tenemos una persona que recorre toda la ciudad y va a los lugares donde hemos autorizado extracciones, para exigir que se reponga el ejemplar que se sacó”, resaltó.
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No obstante, uno de los ejes principales de este plan a largo plazo es la concientización de la comunidad: “Estamos intentando que los vecinos tomen conciencia, porque muchas veces no sirve imponer el árbol, porque la gente no lo cuida. Lo ideal es cuando las personas se involucran en la plantación. Hace poco estuvimos plantando en el barrio Anhelado Sueño, y la gente se sumó. Además, permanentemente estamos trabajando con escuelas y recibiéndolas en el vivero. Charlamos de estos temas con los chicos, dándoles ejemplos, ven cómo se produce la planta, lo que cuesta, para que valoren el árbol nativo”.
Una acción concreta que se va a llevar a cabo antes de que se inaugure nuevamente la calle Andrade, en el tramo entre Rucci y Rocamora, es la plantación en las veredas de 14 árboles. En simultaneo, Espacios Públicos está probando especies que mejor se adapten para plantar en veredas. En este sentido Montefinale resaltó que “es un plan a mediano y largo plazo. Lleva tiempo”.
“Nuestro objetivo es las personas al ver cómo queda se vayan contagiando. La idea es siempre estar inculcando la plantación de árboles nativos, que esto sea una política de estado, sobre todo teniendo el vivero que nos permite tener árboles en disponibilidad”, destacó.
Los desafíos de las calles céntricas y Avenida Artigas
Hay lugares donde es bastante difícil plantar, sobre todo aquellos donde hay más comercios: “Las personas no quieren que les tapen la vidriera”, apuntó Montefinale al respecto.
“Hay gente que no quiere plantar, aunque tenemos la ordenanza. Cuando plantamos Lapachos Amarillos en la avenida Del Valle quisimos hacerlo también para el lado de la avenida Artigas pero no pudimos, se complicó. Había que abrir las veredas y tenía un costo importante. Lo que queremos lograr es que los vecinos lo hagan”.
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Además, en el caso de la avenida Artigas existe otro inconveniente, aunque no una excusa, aclaró Montefinale: Pasan líneas de mediana tensión por lo que es necesario tener en cuenta árboles de porte más bajo.
“Lo ideal es que la gente tome la posta y plante. Nosotros siempre les vamos a dar las condiciones, le vamos a dar el asesoramiento, e incluso el árbol”, concluyó.
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Déficit de árboles en la ciudad
El programa vigente apunta a reducir la brecha de árboles que establece la ordenanza para que Gualeguaychú tenga un “ambiente óptimo”.
Según indica la Ordenanza Nº 12.447/2020 -que tiene cinco años de vigencia-, Gualeguaychú cuenta con alrededor de 48.500 árboles y precisa un 30% más como mínimo; es decir, sumar alrededor de 15.000 ejemplares para alcanzar los niveles mínimos óptimos para un ambiente sano y ofrecer una mayor calidad de vida. “Debiendo existir entre 7 y 8 árboles de mediano porte por vereda y por cuadra, mínimamente”, precisa el documento, y establece como prioritaria “la plantación y/o reposición del arbolado público urbano con especies autóctonas nativas de la zona”.
Previa a esta normativa, existe otra ordenanza (N°.8240/87) que contempla la plantación, conservación, extracción y reposición de los árboles.
En 2020, un grupo de profesionales pertenecientes al Colegio de Arquitectos de Entre Ríos realizaron una investigación sobre el arbolado en Gualeguaychú y establecieron que era fundamental entender a esta planificación como parte de la infraestructura territorial de la ciudad.
En el extenso documento de 70 páginas, los arquitectos mostraron la preocupación de que “no se haya previsto hasta el momento ningún pulmón verde urbano de esas características (como el Parque Unzué) que a futuro quede dentro de la ciudad. Lo que necesitamos con urgencia son más espacios verdes: corredores, conectores, anillos y pequeños bosques urbanos”.
A través del estudio de las condiciones climáticas de Gualeguaychú, los expertos apuntaron sobre “la necesidad en verano de ventilación y sombreamiento para evitar el sobrecalentamiento de calles, veredas y construcciones. Debiendo pensar en un esquema de ciudad y manzanas que favorezcan esta situación”.
Además, otro de los puntos clave que mencionó la investigación tiene que ver con el rol de los árboles y la vegetación en general frente a la mitigación de inundaciones y anegamientos: “Las inundaciones no dependen únicamente de la cantidad de lluvia sino de cuánto absorben los suelos y su directa relación con la napa freática (acumulación de agua subterránea). En este sentido siguen siendo clave los montes nativos, y en áreas urbanas establecer mayor cantidad de suelo permeables y con vegetación que permita devolver el agua a las napas y ser regulado por la vegetación, donde los pastizales naturales y plantas nativas son los que mayormente resisten a los anegamientos. Los árboles actúan como una bomba extractora natural ya que por sus características toman agua de la napa y logran mantenerla baja ayudando a disminuir las inundaciones”.
Las zonas más críticas de la ciudad
Como parte del estudio realizado en 2020, los arquitectos analizaron diferentes barrios de la ciudad para conocer cuál era la situación particular de cada uno. En este sentido, señalaron que “notamos ausencias de arbolado más que significativas en calles de importante circulación como 25 de Mayo, San Martín, Pellegrini y Mitre, entre otras”.
Por otro parte, entre las calles Santiago Díaz, Bvard. Montana, Misiones y Jujuy, los especialistas identificaron que la mayor cantidad de árboles que se ven pertenecen al interior de los terrenos. Mientras que en la zona de Pueblo Nuevo se observa que el arbolado es considerable, y constituye una de las zonas de Gualeguaychú con mayor presencia de árboles en la vía pública. No obstante, resaltaron que “la escala y distribución del mismo es un tanto caótica”.

