EL DESAFÍO ACTUAL DE LAS FUERZAS ARMADAS
Para sumar postulantes, buscan acercar el Ejército a la sociedad: “El escuadrón es parte de Gualeguaychú”
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El Mayor Juan Cruz Bermúdez Ávila, jefe del Escuadrón de Exploración de Caballería Blindado 2 “Dragones Coronel Zelaya”, habló sobre el presente de la institución y los retos que existen en el día a día. Además, se refirió a la preparación de sus soldados, el vínculo con la comunidad, y sus objetivos de cara al futuro.
El Ejército Argentino, como parte fundamental de la historia nacional, tiene más de dos siglos de trayectoria. Nació con la misma fundación de la patria y a lo largo del tiempo fue cumpliendo distintos roles, desde las campañas libertadoras hasta la defensa del territorio y la colaboración en catástrofes naturales.
En Gualeguaychú, el Escuadrón de Exploración de Caballería Blindado 2 “Dragones Coronel Zelaya” tiene una historia ligada a la ciudad y a la región. Desde hace menos de un año, está al frente de la unidad el Mayor Juan Cruz Bermúdez Ávila quien, en diálogo con Ahora ElDía, reflexionó sobre la función del Ejército en la actualidad.
“Hoy, nuestro rol es el de formarnos y estar preparados, entrenados y adaptados para defender a la patria cuando ella lo necesite. A su vez, otro rol fundamental que tenemos es el de participar en distintas actividades que nos relacionan con la sociedad: la ayuda a la comunidad ante catástrofes, emergencias climatológicas y demás cuestiones. Ese es el rol que normalmente en tiempos de paz llevamos a cabo, además del entrenamiento y la preparación para la guerra”, explicó.
El Escuadrón está compuesto en gran parte por soldados locales: “El 80% de los integrantes, aproximadamente, son de la ciudad. El escuadrón es parte de Gualeguaychú y Gualeguaychú está dentro del escuadrón”, señaló.
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Uno de los puntos que llamó la atención en el diálogo es la baja de postulantes. “Este último año no hemos tenido muchos postulantes para ingresar. Tal vez sea por una cuestión de promoción o porque hay gente que consigue trabajo en otros lugares. Entiendo que muchos ingresan buscando una salida laboral, pero con el correr de los años se puede transformar en una vocación que lo acompañe el resto de su vida”, analizó.
“No se quiere lo que no se conoce”, destacó Bermúdez Ávila, y explicó que están hace un tiempo trabajando en un proceso para aportar mayor cercanía de las Fuerzas con la ciudadanía: “Últimamente nos están visitando muchos colegios. Nos piden venir a conocer un poco nuestra historia, para lo cual nosotros les hacemos una visita guiada, les mostramos la historia del cuartel, del escuadrón, nuestras instalaciones, y les contamos qué es lo que nosotros hacemos habitualmente”.
Preparación integral y valores permanentes
Sobre la preparación que demanda el Ejército, Bermúdez Ávila detalló: “Es tanto intelectual, como física, como psicológica. Nadie sabe cómo va a reaccionar el día que tenga que ir a la guerra. Podemos prever, imaginar y proyectar, pero no sabemos cómo vamos a reaccionar si nos toca ir a un conflicto armado. De todas maneras, partimos de un gran convencimiento, de que lo que uno está haciendo es en pos de un objetivo superior, más allá incluso hasta de nuestra propia vida”.
Para el Mayor, los valores son un pilar que trasciende la vida militar: “Los valores con los que comunica el Ejército, de los más importantes, el honor, el valor, el coraje, la disciplina, el espíritu de cuerpo, son los que debieran acompañar el resto de tu carrera. Después están los valores permanentes del Ejército, que son la fe en Dios, amor a la patria y pasión por la libertad”.
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¿Cómo se sigue tras las denuncias de abuso sexual?
La conversación también abordó un tema delicado: hace algunos años salieron a la luz casos de abuso sexual contra soldadas voluntarias ocurridos entre 2016 y 2021. Posteriormente, se confirmó el procesamiento del exjefe del Escuadrón por encubrimiento y falso testimonio. Al respecto, Bermúdez Ávila fue claro: “La justicia ya se ha expedido sobre el tema, como es de público conocimiento, y la Institución no fue ajena a todo ese proceso”.
Ante la pregunta de cómo se continúa a partir de allí, respondió: “Se sigue trabajando día a día, guiados por los valores que nos legó el General San Martín, e intentando ser mejores profesionales cada día. No basta solamente con hablar de la disciplina, del honor, del valor o del coraje. Es necesario encarnar esos valores del soldado, que cada uno se sienta una parte necesaria de esta Institución, eso es fundamental”, agregó.
Mirada a futuro
El Mayor Bermúdez Ávila tiene un objetivo claro: “Mi objetivo como jefe es hacer todo lo que esté a mi alcance para que esta subunidad esté a la altura de las circunstancias en el momento en que nos toque actuar, ya sea en un conflicto o en la ayuda de la comunidad”.
La confianza en su gente es otro motor que resaltó, elogiando a su grupo: “Este escuadrón tiene muy buena gente, muy buenos oficiales, suboficiales y soldados, con ganas de formar parte de la institución, que tiene la camiseta puesta. Así que soy sumamente optimista”.
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Quién es el Mayor Bermúdez Ávila
“Vengo de una familia de padre militar y madre docente, que es lo más común que se encuentra dentro de este ambiente. Soy oficial del Ejército desde el 2005, cuando egresé como oficial de caballería. Desde ese año, estuve destinado en el Regimiento Tanques 2 en Olavarría, y después estuve mucho tiempo destinado en Buenos Aires, hice varios cursos, estuve en la escuela de varios institutos de formación y de perfeccionamiento”, se presentó Juan Cruz.
Pasando por la Escuela de Suboficiales, de Caballería, el Regimiento de Granaderos a Caballo, la Escuela Superior de Guerra, de Guerra Conjunta, Bermúdez Ávila fue destinado a Gualeguaychú tras ser instructor en el Instituto Militar de Estudios Superiores de Uruguay.
Si bien la herencia militar estaba presente en su vida, la decisión no fue inmediata: “En el año 2000, yo me encontraba en Buenos Aires estudiando en la facultad y se cruzó por mi cabeza ingresar al Colegio Militar. Dejé fluir ese llamado, ese instinto que tenía de desempeñar mi vocación en el Ejército, y así fue. Realmente creo que no me equivoqué”, relató.
Para él, vestir el uniforme implica un compromiso personal y colectivo: “Vestir el uniforme del ejército es un orgullo y es un honor. Es la manera que encontramos para defender a nuestro país, para colaborar con nuestro granito de arena para engrandecer a nuestro país, desde una institución que se fundó con la fundación de la patria misma”.