FUE VICEPRESIDENTE DE LA NACIÓN
Peligra la antigua casa del médico entrerriano que popularizó las boinas blancas en la UCR

En una semana, la Legislatura de Buenos Aires finalizará el período parlamentario 2022. El proyecto de ley para recuperar la casa de Francisco Beiró sigue esperando por lo que se encamina perder estado parlamentario lo que dejará nuevamente a la deriva a un emblema de Villa Devoto.
Un ejemplo de quinta suburbana
La casa perteneció a los descendientes de Francisco Beiró hasta 2007, cuando debieron venderla por no poder mantenerla y, según dice, fue adquirida por una inmobiliaria con el fin de demolerla y realizar un proyecto inmobiliario. Así lo cuentan detalladamente en “Buenos Aires Perdida” (su perfil en Twitter es @bsasperdida).
Entonces, añade la misma publicación, fue cuando la Junta de Estudios Históricos se movilizó para lograr que el inmueble se catalogara con Protección Estructural con la ley N° 2858/08. “Además de su belleza, el inmueble representa uno de los últimos, si no el último, ejemplos de los grandes predios de quintas suburbanas que quedan en Villa Devoto”, destacaron sobre el distrito residencial tradicional ubicado en el extremo oeste de Capital Federal.
Su interior desplegaba finas carpinterías, vitrales, revestimientos y rejas ornamentales. Algunos de los elementos arquitectónicos de calidad que posee (o al menos poseía) el inmueble eran de roble y nogal tallados por maestros ebanistas, mármoles y granitos en pisos, entre otros.
Desde 2008, dada la desidia absoluta que ha sufrido en los últimos años, la Unión Cívica Radical de Capital Federal presentó, con apoyo de vecinos y comuneros, 2 proyectos de Ley con los que se intentó infructuosamente declarar el inmueble de utilidad pública y que se convierta en un Museo de la Democracia.
Sin embargo, en apenas unos días, el tercer proyecto de ley perderá estado parlamentario tras no haber sido tratado en la Legislatura luego de dos años.
La trayectoria del entrerriano
Francisco Beiró nació en Rosario del Tala, Entre Ríos, el 19 de septiembre de 1876. Cursó sus estudios secundarios en el Colegio Nacional de Concepción del Uruguay (de donde también egresaron Julio Argentino Roca, Victorino de la Plaza y Arturo Frondizi, entre otros).
Beiró nació en Rosario del Tala y realizó la secundaria en Concepción del Uruguay. Posteriormente, el entrerriano viajó a Buenos Aires para estudiar derecho en la Universidad de Buenos Aires (UBA), donde se doctoró en 1901. Fue para esa época que Beiró se instaló en Villa Devoto, cuando el barrio apenas estaba desarrollándose.
Entre 1917 y 1920, precisamente en Villa Devoto, fue presidente del Concejo Escolar N° 17, desde donde fundó en 1918 la Asociación de Protección a la Niñez. “Administró, también, el Instituto Manuel Rocca, un ejemplo de enseñanza para niños humildes, que funcionó en Segurola 1601 en Monte Castro”, agregaron.
Participó, también, en la creación del Club Estudiantes de Buenos Aires, que en esa época se llamaba Sportivo Devoto, y era habitué del Tiro al Segno, ubicado a escasas cuadras de su casa, en Marcos Paz y el cruce con las vías del ferrocarril San Martín, donde practicaba tiro.

Beiró fue un activo militante de la Unión Cívica Radical, participó en la revolución del 4 de febrero de 1905 junto a Hipólito Yrigoyen y, desde entonces, fue uno de sus principales colaboradores.
Un dato quizás desconocido por muchos es que Francisco Beiró fue quien popularizó las boinas blancas como distintivo del partido radical ya que, en oportunidad de un acto público, sugirió a sus vecinos radicales concurrir con ese distintivo para ser fácilmente reconocidos.
Otra parte de la historia poco conocida sobre Beiró es que se enfrentó a sus propios compañeros políticos y a las fuerzas de extrema derecha en defensa de los ciudadanos judíos agredidos durante la Semana Trágica de enero de 1919.
Beiró siguió haciendo carrera política en la UCR Nacional, hasta que en 1928 la fórmula presidencial Yrigoyen-Beiró triunfó de manera abrumadora con casi 800.000 votos contra 400.000.
Lamentablemente, la salud de Beiró, de apenas 51 años, se deterioró en poco tiempo luego de un ataque cardíaco. Yrigoyen y otras importantes figuras del radicalismo lo visitaron en numerosas ocasiones en su domicilio en Villa Devoto durante su enfermedad. Precisamente allí falleció, el 22 de julio de 1928, sin poder asumir el cargo de vicepresidente.