Piaggio: “Queremos una ciudad que crezca de forma ordenada”
En una mano a mano con ElDía, el Intendente planteó la necesidad de planificar el futuro de Gualeguaychú. Habló sobre los cuestionamientos a su equipo y le contestó a Guastavino.Sebastián CarboneEs la obsesión del intendente. No hay entrevista en que el tema se le escape. Para Martín Piaggio "fortalecer el banco de tierras de Gualeguaychú" es uno de los objetivos centrales y ante la pregunta de ElDía sobre los primeros siete meses de gestión no duda en asegurar que "se avanzó mucho en la compra de terrenos por parte del Estado. Primero para la creación de un nuevo banco y después de manera sostenida. Estas medidas no son noticia, pero que hoy tengamos 20 hectáreas disponibles es un paliativo a uno de los cuellos de botella más importantes de la Provincia".¿Las tierras de Gualeguaychú están en pocas manos?-Sin dudas. Es un problema que tiene toda la Argentina y en la ciudad lo vemos agudizado. Por eso trabajamos para planificar el crecimiento. Ahora sabemos claramente cómo queremos expandirnos y hacia dónde.Piaggio explicó que "lo primero que debíamos hacer era cortar con un círculo vicioso en el que la gente que no podía acceder a las tierras por cuestiones económicas, se juntaba con otros vecinos y compraba terrenos baratos que estaban por fuera de la zona de promoción urbana"El Intendente apuntó contra "algunos intermediarios que nucleaban a estos vecinos, les cobraban y hacían una ficticia subdivisión de terrenos que no se podían lotear. Los vendían y después le tiraban el problema al Estado municipal".¿Y cuál es la solución?-Que todo el que quiera comprar un terreno o tenga dudas respecto de la factibilidad, se asesore en la Secretaría de Hábitat. Nos costó mucho explicar que queremos cortar con un ciclo que nadie modificó hasta ahora.Intentamos iniciar una mesa de diálogo con todos. No venimos a cortar el negocio de nadie. Queremos una ciudad que crezca de modo planificado. Debo reconocer el acompañamiento del resto de las fuerzas políticas cada vez que tenemos de sumar tierras para el banco.Hacés hincapié en el banco de tierras pero la gente reclama mucho por las calles... -Nos toca bailar con la más fea. No nos ha llegado ni un peso vinculado a las calles. Gualeguaychú tiene 4300 cuadras en su trama vial de las cuales el 60% son de tierra. Vamos a trabajar pensando en esas 2600 cuadras. Hay urgencias como las del barrio Franco que es una especie de olla que está hundido en la zona noroeste de la ciudad. Abordaremos con recursos propios toda la trama vial para que cuando llueva, el agua escurra. Tenemos que entender que hay que hacer un trabajo responsable priorizando a los más perjudicados. Hay gente que cuando caen unas gotas no puede salir de sus casas. Ellos serán nuestra prioridad dentro del programa "Mi Barrio tiene Acceso" que apunta a la mejora de las peores 200 cuadras de Gualeguaychú. No vamos a esperar ningún financiamiento de afuera, lo haremos con nuestros fondos. El escándalo en Cultura y los cuestionamientos a su equipo¿Qué pasó en Cultura con la salida de Ayala?-Antes de aceptar la Dirección de Cultura, Martín tenía todo preparado para irse a vivir a otra ciudad pero queríamos que trabaje con nosotros y nos interesaba mucho que afronte ese desafío. Me imagino que no pudo asimilar el cambio de destino que hizo. Llegó un momento en el que no lo pudo manejar más y tomó la decisión de dejar el cargo.¿Te pareció que actuó con irresponsabilidad? -La responsabilidad de su elección fue mía. Tenía la expectativa de que cumpla la totalidad del período por eso le ofrecimos el puesto, pero llegó un momento en que no pudo manejar más la situación y decidió irse, no hay más que eso.¿Por qué hay tanta gente de tu entorno en el gobierno?-Porque, como le pasa a todos en su trabajo, necesito personas de mi confianza. La prioridad fue construir un gabinete trasparente, honrado y que se ponga la camiseta del municipio. Formamos un equipo joven y unido que todos los días toma decisiones muy difíciles. Los cruces con Guastavino-Hace tiempo que no ocultan más sus diferencias. Ya no son sólo las segundas líneas de ambos los que revelan que la relación no es buena. En declaraciones radiales, Guastavino aseguró esta semana que el Intendente nunca lo llamó. "Debe pensar que no puedo ayudarlo", afirmó.Consultado por ElDía, Piaggio sostuvo que "hay que entender lo que pasó en las últimas elecciones y también que está pasando dentro del peronismo. Era necesario que exista una nueva generación política y en ese proceso tuvimos tensiones con Guastavino. El tiempo dirá qué terminará pasando.Parece una relación irreconciliable...-Yo lo considero una persona que quiere hacer su aporte. Lo ideal sería poder estar todos juntos pero eso lo irá diciendo el tiempo, entendiendo que hay un nuevo momento político sin dejar de lado lo que expresó la ciudadanía en las últimas elecciones. Quiero que se respete mí tiempo. Siempre desdramaticé estas cuestiones y nunca polemicé por los medios de comunicación. Tenemos nuestro ámbito de debate en un Partido que está abierto para todos.¿Y con Bahillo cómo es la relación?-Excelente. Con Juanjo tengo un vínculo muy cercano desde que fui funcionario de su gobierno. Creo que él está readecuándose a su nueva función y yo a la mía. Es una fuente de consulta, aunque en los últimos meses tuvimos alguna postura contrapuesta con respecto al manejo del partido. Bahillo tiene la madurez política necesaria para poder encarar esta etapa. La economía en tiempos macristasy su admiración por Hugo Chávez¿Qué visión tenés del gobierno nacional?-Estamos preocupados. Veníamos de tener una expansión económica sostenida durante 12 años y hoy vemos como hay negocios que cierran sus puertas. Vemos una clase trabajadora muy golpeada. Hasta hace unos meses, la Argentina crecía y si bien existía un proceso inflacionario, nunca se disparó como lo hizo ahora. Cuando vemos la persiana cerrada de un comercio hay que entender que atrás de eso se caen, no sólo todos los intermediarios de esa producción, sino también a quiénes trabajaban en forma informal y estaban acostumbrados a estar incluidos en el sistema porque tenían un soporte del Estado con el que cubrían las condiciones básicas.¿Crees que en momentos en los que Venezuela atraviesa una profunda crisis económica con presos políticos y medios de comunicación intervenidos, hace un poco de ruido que tengas una estatuilla de Chávez en tu despacho? -Es cierto que Venezuela está pasando un momento complicado y no justifico nada de lo que marcás, pero la revolución Bolivariana representó para Latinoamérica el faro que en algún momento fue Cuba. Un proceso enorme de liberación en sociedades capitalistas que son muy complejas y en que el resto de los países Latinoamericanos hemos sido países bananeros, sometidos por los intereses económicos. En algunos momentos fue el Plan Cóndor, en otros las dictaduras. Luego llegaron democracias mucho más ficticias y hoy a través de las deudas externas y las multinacionales. El país de Chávez representó un proceso, con todos sus bemoles. La liberación nacional lo transformó en un impulsor de muchos de los movimientos progresistas que vinieron después y que terminaron conformando la unidad Latinoamericana.¿No creés que esa discusión ideológica del capitalismo es extemporánea en un momento que la globalización existe de hecho?-Parte de los grandes problemas que tenemos como humanidad pasa por haber entrado en este vaciamiento ideológico en el que vivimos. En el que da lo mismo tener una visión u otra y las posturas de los gobernantes han pasado a ser gerenciales. Se vaciaron de contenido las cuestiones. No nos podemos ajustar ahora a lo que decía Marx en ese momento o a lo que decían los liberales de Adam Smith, no digo eso. Pero no comparto el fin de las ideologías. Creo que hay que tener una posición ecléctica y tomar lo mejor de cada cosa.Un tipo de ultra derecha como Trump llama a los norteamericanos a cerrarse al mundo, el discurso en Venezuela de Maduro no es muy distinto.-No estoy de acuerdo. Estados Unidos fue un país que durante dos siglos ha sido fuertemente proteccionista pero por el otro lado sumamente imperialista. Tiene seis procesos de guerra territoriales en los últimos ocho años y al que no puede someter pacíficamente lo hace través de las bombas. Muy distinto al caso de Venezuela que ha sido un proceso enorme de transformación. Es cierto que coyunturalmente está viviendo el peor de los momentos. Tal vez por una acumulación de un montón de errores como le puede pasar a todo proceso terrenal.
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