Pidieron 23 y 24 años para el curandero y la madre de las dos menores abusadas
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Se puso punto final ayer a un juicio que comenzó el lunes, que tuvo en el banquillo de los acusados a Juan Carlos Flores, un curandero de Villa Paranacito, y a una mujer madre de dos niñas que fueron presuntamente abusadas por el hombre cuando tenían 9 y 12 años.En la audiencia de alegatos, el fiscal Lisandro Beherán mantuvo la acusación que realizó en su discurso de apertura a inicio de semana, cuando certificó que estaba probado el abuso sexual con acceso carnal contra las dos menores y por el cual llevaba a juicio al autor de esos ultrajes y a la madre como coautora, con el agravante del ascendiente.El Coordinador del Ministerio Público Fiscal de Gualeguaychú argumentó que las cámaras gesell que la psiocóloga Fernanda Beorda les realizó a las menores en octubre de 2014 eran contundentes y que los informes que realizó la profesional y el psiquiatra corroboraban que el relato era creíble y que no había fabulación, mendacidad o influencia de terceros.También señaló que fue probado que las niñas eran llevadas por su madre al lugar donde se cometían los supuestos hechos que fueron juzgados en esta oportunidad. Se acreditó que con la persona que tenían contacto era con el curandero y que su madre estaba presente.Una hermana era testigo de la otra, que pese a no estar en la misma habitación, lo que las separaba era una cortina, por donde se escapaban los gritos y llantos.Los supuestos abusos en la niña de 12 años se habrían prologado a lo largo de cuatro años, mientras que en la menor duraron aproximadamente un año. Por ello, Beherán pidió que Juan Carlos Flores sea condenado a la pena de 23 años de prisión efectiva y requirió 24 años para la madre por el agravante del ascendiente, porque es quien debía cuidar por la integridad física de las menores.A su vez, el fiscal solicitó que en caso de ser condenado, se disponga un arresto domiciliario para Flores hasta que la sentencia adquiera firmeza por considerar que existe riesgo procesal. El hombre habría dicho ante los profesionales que practicaron los informes periciales que las niñas eran "unas putas".El Ministerio Pupilar, representado por Ricardo Golly, adhirió a lo expuesto por la Fiscalía y describió lo informado por el forense que revisó a las víctimas que constató una defloración anormal para las edades, anacrónica.El defensor Pablo Ledesma señaló que había contradicciones de las menores en la Cámara Gesell y por lo tanto solicitó la absolución porque creía que no hay elementos para condenar. Tras escuchar las partes, el Tribunal presidido por Arturo Dumón dispuso para el miércoles 4 el adelanto de sentencia.Una supuesta relación sentimental unía al curandero con la madre de las niñas, que llevaba a las menores a "curar" porque "estaban rebeldes". Flores comenzó su tratamiento con manoseos que con el tiempo se convirtieron en abusos sexuales con acceso carnal.Otro dato que tomó la Fiscalía para acusar fue una declaración de una asistente social que fue a la casa de la acusada en Villa Paranacito antes que se conociera la denuncia penal. En una visita social por cuestiones alimentarias, interrogó a la mujer por pastillas anticonceptivas que había en el lugar, sabiendo que no tenía pareja. La respuesta fue sorprendente y hasta extraña, dijo que eran para su hija mayor para que no quedara embarazada.
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