EL IMPACTO DE LA CRISIS EN EL DÍA A DÍA
Pluriempleo en Gualeguaychú: una respuesta para llegar a fin de mes
En un contexto de inestabilidad económica y pérdida del poder adquisitivo, cada vez más personas en la ciudad se ven obligadas a sumar múltiples empleos para llegar a fin de mes. Jóvenes, docentes, trabajadores informales y emprendedores relatan cómo es vivir con agendas saturadas, presión constante y poco descanso, donde esta situación ya no es una elección, sino una necesidad.
En Argentina, 8 de cada 10 nuevos empleos creados entre 2016 y 2024 fueron informales o independientes. Localmente, esta precarización se refleja en un fenómeno que ya se volvió cotidiano: el pluriempleo. Tener múltiples trabajos de manera simultánea es cada vez más común entre los gualeguaychuenses, quienes buscan diversificar sus fuentes de ingresos frente a las dificultades económicas y la creciente demanda de flexibilización laboral.
En la búsqueda de conocer más sobre el tema, Ahora ElDía conversó con Carolina Martínez, técnica en Recursos Humanos. A través de su consultora, ella acompaña tanto a empresas como a personas en temas vinculados al mundo laboral: procesos de búsqueda y selección de personal, gestión de equipos, y orientación laboral a quienes están en búsqueda activa de empleo o atravesando procesos de cambio. “El pluriempleo es una estrategia de supervivencia laboral. Hoy en día, es adoptada por muchas personas para llegar a fin de mes y se ven cada vez más casos, sobre todo en personas jóvenes y trabajadores informales”, introdujo la profesional.
Sectores como los de servicios, comercio, salud y educación son los que le llaman más la atención: “Existen muchos docentes a los que ayudo en la confección de un currículum, uno de los servicios que brindo. A varios no les alcanza con su sueldo y tratan de sumar otra actividad para complementar”. Martínez añadió que en los últimos años el pluriempleo creció de gran manera, algo que atribuyó a “la pérdida de poder adquisitivo y la inestabilidad laboral; muchas veces las personas se ven obligadas (nos vemos, porque a mí también me pasa), a multiplicar las tareas para mantener los ingresos”.
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Según su experiencia, el perfil de los trabajadores que suelen tener más de un empleo son personas de entre 25 y 45 años, con formación, de sectores medios o bajos. También, resaltó la aparición de estudiantes, que trabajan en paralelo para poder sostener sus estudios. Al respecto, destacó las implicancias de ser pluriempleado: “Genera desgaste físico y mental. Es una sobrecarga que netamente impacta en el rendimiento y la concentración. Es un desafío grande sostener la productividad en más de un empleo, no se puede dar el 100% en cada actividad que desarrollas”.
Martínez también aclaró que en Gualeguaychú existe una gran falta de Recursos Humanos en las empresas, emprendimientos y Pymes: “Muchas personas están buscando trabajo o queriéndose ir del lugar donde está porque no hay un buen clima laboral. Hay algunos que no funcionan en sus puestos porque nunca le explicaron bien cuáles eran las tareas que tenían que hacer. Existen casos en que se seleccionan empleados a ojo, o por ser hijo, hermano o vecino. Estas son situaciones que se ven muy a diario y hacen que baje el rendimiento de la persona”.
En carne propia
Jesica tiene dos trabajos: es administrativa en una oficina y docente. “Soy profesora de matemática y día a día tengo que coordinar los dos mundos: cumplir las ocho horas en la oficina, y la escuela, en la que hay días que son más cargados que otros”, afirmó Jesica, dando a entender que el pluriempleo es muy común en el ámbito de la docencia y agregó: “Siempre tuve más de un trabajo, al ser profesora de matemática existe la posibilidad de dar clases particulares. Este año, entre medio de la oficina y la escuela, trataba de meter en algún bachecito a algún alumno particular”.
“La docencia es un trabajo muy criticado por la sociedad y, a su vez, no está económicamente bien retribuido. El año pasado llegué a tener cuatro escuelas y, como la mayoría de los profesores, corría de una escuela a la otra todo el día. Para cada una era necesario (por más que tuviera un solo curso) cumplir con la planificación, actos escolares, carteleras, jornadas institucionales, mesas de examen y otras actividades que exceden al trabajo de enseñar en el aula. Aun así, no llegaba a un sueldo que me permitiera vivir con lo básico”, declaró Jesica, sin dejar de notar cómo influyó en su cabeza ir dejando poco a poco su profesión: “Entendí que haber estudiado para ser profesora fue súper lindo, me gustó y me llenó en su momento, pero que hoy está muy difícil ejercer la profesión, fue parte de mi proceso de autoconvencimiento de que la docencia fue un ciclo en mi vida”.
Adicionalmente, la profesora contó que la presión de tantas actividades tuvo un efecto claro en su salud: “El cuerpo me pasó factura, reflejándose en análisis que empezaron a no dar bien. Después de mayo empecé a aflojar con los alumnos particulares y, también de alguna manera, con la escuela, en la cual me voy a quedar con pocas horas”.
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Macarena, por su parte, también es pluriempleada: además de su trabajo como docente, tiene un emprendimiento de ropa y es mamá: “Un día típico arranca cuando me levanto y preparo mi rutina en cuanto a lo familiar, llevar a mi hijo a la escuela o preparar todo para que mi esposo lo lleve. De ahí, me voy a dar clases. Cuando termino, preparo el almuerzo y trato de compartir un rato con mi hijo. Luego, abro mi local de las 16 a las 20 horas. Por otro lado, dos veces a la semana doy clases y termino entrada la noche. Después vuelvo a ser mamá y ama de casa, a preparar las cosas para el otro día, a cocinar y demás. A veces me siento cansada, pero también entiendo que si trabajara únicamente de la docencia también viviría cansada (de hecho, ya lo pasé). De todas maneras, ir de un lado a otro es desgastante”.
Delfina también compartió su experiencia: “Actualmente trabajo en una gráfica, como diseñadora. Además, ejerzo de manera independiente con mis propios clientes, como por ejemplo redes sociales para clubes y otras páginas de Instagram”. En cuanto a las dificultades que conllevan estas actividades, destacó que, aunque es muy organizada, le resulta una gran carga “estar pendiente de todos los trabajos, las entregas, las personas y cumplirle a cada uno de los clientes en tiempo y forma. A mis clientes los puedo manejar, pero los de la gráfica no, lo que hace que tenga una responsabilidad más grande dentro de la imprenta. Tener más de un trabajo debería ser una elección, pero últimamente es casi una obligación porque lo necesito para poder mantenerme y vivir”.
Una realidad que refleja el contexto nacional
La economista Antonella Semadeni brindó datos llamativos a nivel nacional, en base al Indec y al Ministerio de Economía: “Preocupa la cifra que surge de los últimos informes del mercado laboral del primer trimestre de 2025, publicados hace unas semanas: 349.202 personas se sumaron a las filas de desempleados respecto al cuarto trimestre de 2024. A su vez, la tasa de empleo cayó al 44,4%, siendo 1,3 puntos porcentuales por debajo del último trimestre de 2024, lo que se traduce en 420.807 trabajadores menos. Entre 2016 y 2024, el empleo total en Argentina creció un 12,7%, alcanzando un nuevo máximo desde el inicio de la serie estadística del Indec en 2016, con un total de 22.560.956 puestos de trabajo. No obstante, al analizar la evolución en la composición del empleo, se observa una transición hacia modalidades más precarias. En efecto, el empleo total en este periodo aumentó en lo que equivale a 2.541.046 nuevos puestos de trabajo. De ese total, sólo el 20% corresponde a empleo formal (+516.977 puestos), mientras que el 80% restante proviene del crecimiento del trabajo informal (+978.699) e independiente (+1.045.370)”. Y resaltó: “Este patrón sugiere que, aunque el mercado laboral se ha expandido en términos agregados, el crecimiento se ha concentrado mayoritariamente en formas de inserción laboral con menores niveles de estabilidad y calidad. Aún más preocupante es que, dentro del crecimiento del empleo formal (20% mencionado), sólo una pequeña parte corresponde al empleo asalariado formal en el sector privado (6%), mientras que el resto se explica por la expansión del empleo público (14%)”.