LOS ALMACENES DE LA CIUDAD, EN CRISIS
Por la fuerte baja del consumo, aseguran que se desaceleró la suba de precios en los alimentos
El sideral aumento del costo en la comida parece haber llegado a su techo, al menos por ahora. Luego de lo que fueron los fuertes incrementos durante los cuatro meses anteriores, en abril se amesetaron y ello se ve reflejado en los supermercados que publicitan un “congelamiento” de precios durante los próximos 90 días, y en menor medida en los almacenes de barrio, que tienen que paliar con los precios el tarifazo de luz y gas.
El incremento de los productos de consumo básico durante los primeros cuatro meses del gobierno de Javier Milei fue despiadado. Mientras que en noviembre del año pasado una familia tipo necesitaba $185.050 para cubrir la canasta básica alimentaria y no caer por debajo de la línea de indigencia, en marzo de 2024 esa cifra trepó a $358.049, según los datos oficiales del INDEC.
Este aumento de casi el 100% en tan poco tiempo hizo que es consumo de alimentos disminuya, con todo lo que eso implica para las familias afectadas y también para los almaceneros de barrio, que se sostienen como pueden con la esperanza de que se reactiven las ventas.
Gerardo Almada es comerciante minorista desde hace 35 años, y es el referente del Centro de Almaceneros de Gualeguaychú. Desde su lugar aseguró que “el desafío mayor que tiene el comerciante minorista del rubro alimentos es que durante un largo período hubo un aumento desaforado de los precios. Normalmente es algo de esperar cuando hay períodos de alta inflación que ya hemos atravesado en otras épocas, las grandes empresas, como Arcor, Coca Cola o Aceitera General Deheza (AGD), se posicionan con sus productos siempre en un valor alto”.
“Los precios ascienden hasta un cierto nivel y luego se amesetan, quedan ahí y suele ocurrir que algunas grandes marcas comiencen a bajar los precios. Eso significa que se habían posicionado muy alto, es una maniobra que hace todo el mundo cuando se anuncia una tormenta. Durante la campaña del año pasado había rumores de que el dólar iba a estar en $2000 en marzo, cosa que por suerte no ocurrió. Ha habido faltantes de algunos productos, pero hoy el mercado tiende a normalizarse. En este momento, como el ingreso a perdido valor con la inflación, el consumidor busca segundas marcas o precios más competitivos, todo lo que es primera línea está planchado”, contó Almada en diálogo con Ahora ElDía, y postuló que “es una gran oportunidad para las Pymes, ya que al haber este cuello de botella donde el dinero no alcanza, uno busca comprar algo económico, de una calidad similar o inferior, que permita sobrevivir el día a día, y el costo de producción de las Pymes es menor”.
Sobre el abastecimiento de los almacenes de la ciudad, Almada comentó que “es diverso, se le compra a distribuidores locales que representan a grandes empresas. En este momento se le compra a una filial de Arcor que está en Gualeguay, es muy poco lo que viene de otros lugares, como Buenos Aires, que son grandes acaparadores. Maxiconsumo, Coto y Diarco son también formadores de precios, porque compran producciones enteras. Hay una situación compleja en la que hay que pelear con monstruos tremendos”, cuestionó y marcó con respecto a las verduras que “yo en su momento le plantié al por entonces intendente de Concordia Gustavo Bordet porqué no había en Entre Ríos un mercado del Citrus, en vez de ir al Mercado Central o al de Escobar, donde te ponen precio a gusto y voluntad”.
Mientras que acerca del consumo, remarcó que “cayó en un momento en picada, pero no tanto por problemas económicos, sino porque todo el mundo se puso a la expectativa para ver qué pasaba en el mercado”.
Varios almacenes tuvieron que cerrar sus puertas
“Ha habido una baja importante de bocas de expendio por dos razones, uno el tema inflacionario, y otro el tema de los alquileres. El que te alquilaba a dos o tres años ahora te alquila con suerte 6 meses, y a valores desorbitantes porque el mercado se ha dolarizado”, afirmó Almada.
Con respecto a una cifra puntual de cuántos han cerrado reconoció que “es muy difícil de evaluar, se requiere una estructura muy importante para ir barrio por barrio. Además el mercado se ha atomizado, hay una diferencia muy importante entre los que alquilan y aquellos que son propietarios, que lo tienen en su casa”.
En este sentido, manifestó que no es algo exclusivo de los últimos meses: “Muchos cerraron, es una tendencia que viene dándose post pandemia, fue un golpe duro para todos los rubros, no solamente alimentación”.
A ese panorama, como si fuera poco, se le sumó el tarifazo: “El aumento de los servicios con la eliminación de los subsidios se han disparado a la estratósfera. Yo particularmente como no tengo una gran cantidad de equipos, que he reducido, la última factura me vino de $60.000, que antes valía entre 15 y 20 mil pesos como mucho. Pero hablando con distribuidores de congelados que tienen que tener siempre las cámaras prendidas le han llegado facturas de 400.000 pesos. No es fácil salir a la calle a hacer ese dinero”.
Por otro lado, graficó también que “hubo una reducción de supermercados de origen chino, algunos se han ido. Los bajos precios que tenían en un momento por un acuerdo de los consulados se les devolvían a los comerciantes chinos el 21%, era imposible competir contra eso. Yo pienso que en algún momento los productos de consumo básico como la leche y el pan deberían estar exentos del IVA, sería una forma de ayudar a los que tienen poco y nada. En algunos países ya existe eso, productos que no pagan gravámenes”, opinó.
“La situación empieza a revertirse lentamente”
Finalmente, acerca de cómo continuará la situación, Almada planteó que “la situación empieza a revertirse lentamente, Arcor acumula dos bajas sucesivas en su línea de productos, ese es un indicio de que estaban sobreposicionados”.
“La perspectiva es positiva, estamos con el ojo en la evolución de los números inflacionarios, evaluando con contadores y especialistas lo ideal sería que la inflación no supere el dígito, si pasa eso ya tenemos un bonus track”, sostuvo.
“Lo que podría llegar a disparar nuevamente una histeria colectiva sería el valor del dólar blue, que últimamente ha tenido tendencia a equipararse con el dólar oficial, que eso sería lo ideal”, opinó, y concluyó: “en mi perspectiva, veo una mejora lenta a largo plazo”.
La idea trunca del “Prosumidor” y la propuesta de comer conejos
Almada contó que hace unos años presentó ante el Buró Productivo la idea del “prosumidor”, que es aquel que consume lo que produce, para paliar la situación de la gente con menos recursos.
“Acá hay experimentos muy puntuales como en el Sagrado Corazón, hay un trabajo que vienen realizando hace mucho tiempo para autoabastecerse de alimentos, pero es en la parte vegetal, la parte cárnica tiene un problema que es el control de las plagas, ya que para producir un animal hay que asegurarse primero que sea criado en condiciones para que no transmita ninguna enfermedad; y otro freno que tiene es que ya no tenemos un matadero municipal, como existía antiguamente en calle Perón, aunque hoy una sala de esas se podría llegar a construir para manejar la crianza y el control de Senasa de la forma que se produce, no animales de gran porte como el cerdo, pero si algo que ya se hizo en Gualeguaychú que es la cría del conejo de consumo, que es un conejo de gran volumen, de buen contenido cárnico, barato de producir, crece rápidamente y son de reproducción abundante; también las aves de corral podrían ser una solución para darle proteínas a gente que no tienen como adquirirla”, expresó.
Agregó que “el conejo tuvo un freno casi emocional, te da cosa, a lo mejor en vez de presentarse de esa forma se podría elaborar de otra manera como se hace con el pollo”.
“Otra de las propuestas que se hizo en su momento fue el cultivo de verduras en las banquinas, todo de una manera controlada, imagínate que tenés kilómetros de banquinas desocupadas inútilmente, de 15 o 20 metros de ancho, tenés para alimentar media argentina, pero todas esas cuestiones pasan por manos del poder político y muchos de ellos son parte interesada, son lobistas de empresas, y las soluciones se ven limitadas por decisiones de terceros involucrados o a veces hasta ellos mismos son productores”, dijo Almada.
Por otra parte, consultado por el PASSS (Plan de alimentación sana, segura y soberana) del Piaggismo, opinó que “fueron fuegos artificiales, no puede haber plan de alimentación que no involucre la opinión y participación de los propios afectados”, cerró.