¿MODA O ALGO MÁS?
Por qué hay que vestirse de blanco en Año Nuevo
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Más allá de la moda, vestirse de blanco simboliza la búsqueda de pureza y renovación. Según expertos, la elección del outfit para recibir el año nuevo ha cobrado un protagonismo histórico en la cultura actual.
Con la llegada del 31 de diciembre, una imagen se repite en hogares y celebraciones de todo el mundo: multitudes vestidas de blanco. Lo que comenzó como un rito en regiones específicas se ha transformado en un fenómeno global. Según datos obtenidos por la Agencia Noticias Argentinas, la relevancia de la indumentaria para despedir el año ha crecido exponencialmente, convirtiéndose en un ritual indispensable para millones de personas.
Un lienzo en blanco para el futuro
El simbolismo detrás de esta elección no es casual. El color blanco, por su naturaleza, representa la pureza y la limpieza. En el contexto del cambio de ciclo, vestirse de este tono funciona como un acto psicomágico: la intención de dejar atrás las cargas negativas del pasado y comenzar el año con una “hoja en blanco”.
Los especialistas en tradiciones culturales coinciden en que este acto representa:
- Renovación: Una forma visual de marcar un renacimiento personal y la apertura hacia nuevas metas.
- Atracción de energía: En diversas creencias, el blanco actúa como un “imán” para las vibraciones positivas y el optimismo.
- Conexión espiritual: En muchas regiones, la práctica está ligada a ritos religiosos que buscan la paz y la armonía para la comunidad.
Una tradición con sello propio
Si bien la costumbre tiene raíces profundas en festividades como la Réveillon en Brasil —donde millones se reúnen en las playas vestidos de blanco—, hoy cada individuo le otorga un significado personal
Ya sea por superstición, estética o espiritualidad, el blanco se consolida como el protagonista indiscutido de las fiestas, recordándonos que cada 1 de enero es una oportunidad para volver a empezar.
