Preceptores en los cien años de Siembra
Las actividades del preceptor han sobrevivido al paso del tiempo y no han tenido trascendencia por pertenecer a una profesión a la cual no se le ha dado la importancia debida.Colaboración Pero hagamos un poco de historia. Los diccionarios coinciden en señalar que los preceptores son personas que enseñan. Al consultar la bibliografía, ubicamos la presencia más lejana del preceptor en la educación helénica. En el siglo V a.c., en la Grecia Antigua, el preceptor era quien, portando una sabiduría letrada, iba de ciudad en ciudad ofreciendo sus enseñanzas orientadas, entre otras, al ejercicio de la ciudadanía.Entonces la expresión preceptor aparece relacionado al término pedagogo, del latín paedagogus, palabra tomada del griego paidagogós con el mismo significado. El pedagogo no era un mero acompañante aunque tampoco un maestro, sino quien lo protegía y lo formaba en su carácter y en la moralidad de sus costumbres.En 1862 Marcos Sastre, educador uruguayo que ocupó en la Argentina el cargo de Inspector General de Escuelas, público la primer Guía del preceptor. Su figura estuvo estrechamente ligada al mantenimiento de la disciplina a través de cuestiones basadas en el orden y la disciplina.Correspondiendo a los preceptores: vigilar la conducta de los alumnos y cooperar a la formación de buenos hábitos de los alumnos mediante su consejo.En un documento de 1877 se dice que el preceptor es sinónimo de maestro, profesor, instructor, mentor. Se puede leer: "Cuando la enseñanza se dirige a formar las costumbres, el maestro se llama preceptor".Hoy el trabajo de un preceptor no es el trabajo de un erudito, sino más bien el de un profesional que se esfuerza por exponer de la forma más clara y precisa, la descripción de una tarea que desarrolla dentro de la actividad administrativa y pedagógica tutorial, y que de hecho sirve de nexo entre todos los actores de la educación.El preceptor completa la tarea del profesor, puesto que mientras que éste enseña, él se encarga de realizar toda la parte humanizadora, buscando afirmar los valores morales, la autoestima y la solidaridad de sus alumnos, lográndose de esta manera la educación integral del educando. Además de la relación directa con los directivos en cuanto a información, consultas, sugerencias y resolución de problemas.Su función entonces es la de contener a los alumnos, cuidar la disciplina, mantener el orden, hacer observar el respeto a las normas que rigen la vida escolar y a sus autoridades, preservar las buenas costumbre, recibir y saludar a los alumnos, hacerlos formar para saludar a la bandera, controlar la asistencia a clases, cuidar horas libres, cuidar patios, escaleras y baños en los recreos, intervenir en la relación social con la comunidad educativa, cumplir una función de asistencia social y la de psicopedagogía, asistir permanentemente a los profesores.Como responsables del cumplimiento de requisitos administrativos de uno o más cursos, informamos sobre asistencia e inasistencias de alumnos, preparamos y controlamos los libros de temas, solicitamos a los padres se acerquen a conversar con el profesor o algún directivo por algún problema.De esta manera, puede decirse que el cumplimiento de la normativa hace posible el ejercicio de la libertad de los individuos ya que si bien por un lado las reglamentaciones ponen límite a las conductas, por el otro permiten a esas mismas personas el libre ejercicio de sus derechos en la convivencia con sus semejantes.También es bueno hacer hincapié, en que hasta no hace muchos años, esta figura del preceptor fue ejercida por alumnos del último año (5to.) de las escuelas. Esto nos hace recordar (a algunos) ese momento sublime de nuestra vida, la adolescencia.Las picardías, la timidez, los conflictos internos, los amigos, las ropas, las barras, la música, los ídolos, las carrozas, el paseo del estudiante y todo aquello que influía en nosotros. Preceptores jubiladosTambién es bueno recordar a todos aquellos que ya se han jubilado, pues esto significa que han sido participes de la vida de varias generaciones de jóvenes, que han dejado parte de sus vidas en las aulas, los pasillos y oficinas de nuestra querida Escuela Normal.Por último, con esta imagen de actores institucionales de presencia constante, primera línea de autoridad y referencia, algo concreto que nunca cambiará a pesar del cambio de autoridades directivas: la relación del preceptor con el alumno. Del Do, Susana; Mestres, María Eugenia; Carrozo, Celia; Arias, Daniel; López Squeff, Fabiana; Ramos, Alejandro; Cortesi, Valeria; Álvarez, Ana; González, Daniel; Martínez, Cecilia; De la Torre, Martín; Jiménez, Esteban; Ruth, Sartori; Rodrigo, Quintero; Claudia, Barros; Díaz, Pablo; Martínez, Jorge; Irazu, Juan Eduardo.
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