Promoción de lecturas en hospitales entrerrianos
En el marco del Programa Identidad, en el año 2009 se llevaron a cabo jornadas de promoción de la oralidad, la lectura y la escritura en siete hospitales de nuestra provincia. Elin RodríguezEspecial para Enfoque Educativo Mediante un proyecto que resultó seleccionado por el Programa de Identidad Entrerriana que lleva adelante la Subsecretaría de Cultura de la Provincia de Entre Ríos con el apoyo del Consejo Federal de inversiones, se llevaron a cabo, durante el año 2009, jornadas de promoción de la oralidad, la lectura y la escritura en siete hospitales de nuestra provincia.
El proyecto titulado, "LiberARTE: Un espacio para la lectura, la escritura y la oralidad", contaba con la coordinación de Natalia Savulsky y quien escribe estas líneas, ambas Licenciadas en Comunicación Social. Nuestro objetivo general era promover la lectura -ya sean textos literarios y no literarios-, fomentar la escritura e incentivar la oralidad; todas ellas, actividades que permiten a las personas ahondar en la propia imaginación, creatividad y espíritu narrativo que todos llevamos dentro. A partir de aquí, la finalidad era poder pensarnos como sujetos críticos y construir nuestra propia identidad al sentirnos parte de una comunidad. Es decir, promover desde la Comunicación Social un espacio para convertirnos en sujetos creativos y seres partícipes de la vida en común.En las jornadas, participaban chicos y chicas de entre 3 a 16 años, quienes se predisponían a disfrutar y encontrarse con la literatura. El número de chicos que asistía a las jornadas variaba de acuerdo a cada localidad y a la difusión previa de este acontecimiento. Intentamos recorrer puntos distribuidos a lo largo y ancho de Entre Ríos. En un primer momento pensamos realizar la jornada solamente con los niños y niñas que se encontraban internados, pero ante tanto interés en la propuesta de parte de cada localidad visitada decidimos abrir el espacio para todos los chicos que concurrieran al centro de pediatría de cada institución. Fue así como visitamos San Jaime de la Frontera, Gualeguaychú, Villa Dominguez, Villa Paranacito, Victoria, Paraná y General Ramírez, lugares en los cuales se buscó trabajar en un salón del Hospital, o bien, en algún Centro Cultural o Comunitario de la zona.Estas jornadas las realizábamos bajo la modalidad taller, no pretendíamos enseñar a escribir, dar técnicas o corregir errores, sino que estábamos dispuestas a transcurrir los caminos de la literatura junto a los niños/as, porque estamos absolutamente convencidas que escribir/leer literatura es un desafío constante para redescubrir, representar, recrear e imaginar nuevas y fantásticas realidades.Utilizábamos consignas que ayudaran a estimular la creatividad y la imaginación de los niños/as en la creación de los nuevos textos; así como también tomar las lecturas como puntapié. Buscábamos que estas consignas aparecieran como fórmulas breves que incitaran a la producción o lecturas de diversos relatos. De esta manera las mismas, se convierten en un juego entre nosotras y los niños/as; y son, al mismo tiempo, un punto de partida y uno de llegada. Teníamos presente que la libertad de escribir era el fundamento del taller y la consigna sólo una excusa organizadora.Las jornadas comenzaban con dinámicas de presentación y distintos juegos que nos permitían conocer los modos de vida de cada uno de los chicos que participaba, las experiencias en torno a su ser y estar en el mundo, sus ideas, imaginaciones y anhelos. Luego, se proponía una lectura grupal a partir de la cual, los más chiquitos, dibujaban su interpretación y, los más grandes, continuaban las historias imaginando otras acciones que pudieran realizar los personajes del cuento para construir con estos datos sus propias historietas. Con la intención de no dejar de trabajar con nuestro propio cuerpo y con la finalidad de liberarlo, se les proponía a los chicos que se pusieran en contacto con "un otro" y que pudieran escribir imaginariamente en el aire con pinceles de cintas de papel de colores, sus nombres, el de sus amigos, su juego preferido, poniendo de manifiesto otros sentidos, más allá de la vista, como ser el tacto y el oído. Asimismo, nos uníamos por pares y, a través de esta dinámica, nos disponíamos a ensayar el rol de marioneta y de aquel/aquella que la maneja. A través de nuestra imaginación, nos atábamos hilos con los cuales íbamos a mover a nuestro compañero. Esto permitía tomar conciencia del cuerpo de uno y del otro, el manejo del movimiento armónico y el respeto por el otro.Una de las consignas que más les agradaba era la que buscaba trabajar con nuestra propia identidad, a través de preguntarnos y responder por qué nos llamamos así. Algunos chicos sabían los motivos y lo contaban muy divertidos, otros no sabían la respuesta y prometían consultarles a sus padres luego de haber escuchado interesadamente las anécdotas de los demás compañeros. Mediante esta dinámica, buscábamos que cada niño pudiera interiorizarse sobre sus propios orígenes y reconocerse como un sujeto activo dentro de su entorno familiar.Luego de compartir esta serie de juegos, se leía el cuento "El amigo soñado" de Berta Finkel, y se proponía pensar en lo que nos gustaría hacer a cada uno de nosotros. Muchas respuestas coincidían en la posibilidad de conocer otros lugares y ver otros paisajes, imaginar posibilidades que no tienen al alcance de la mano.Para ir cerrando la jornada, se realizaban juegos colectivos, donde era necesario la intervención de un compañero para poder llevarlo a cabo, como el juego de la tubería o la gran serpiente. Finalmente, se realizaba una gran ronda y nos despedíamos con un abrazo caracol, donde nos enrollábamos tomados de la mano, hasta lograr un espiral humano, para brindarnos entre todos afecto y poner las emociones en juego.En aquellas localidades en las cuales el tiempo nos permitía, se realizaban otras lecturas de autores como ser: Ricardo Mariño, Gustavo Roldán, Elsa Bornemann, Ana María Shua, Andrés Sobico, María Elena Walsh, Graciela Montes y Ziraldo.En todos los lugares visitados conocimos personas que permitieron el desarrollo fructífero de cada Jornada. Todas ellas, comprometidas con tareas comunitarias y predispuestas a generar un espacio placentero y amigable en el cual llevar adelante la Jornada de oralidad, lectura y escritura, al conversar con ellos, nos manifestaban la necesidad de actividades culturales y artísticas vinculadas con los chicos y sus diferentes expresiones que permitan conocerse, conocer al otro y tener la posibilidad de trabajar en conjunto para y por su comunidad.Esta experiencia nos posibilitó observar como, por medio del juego, los niños/as se predisponían con entusiasmo a escribir, escuchar, contar y leer sus historias personales y/o ficcionales; prácticas consideradas muchas veces como "pedagogías del aburrimiento". El componente lúdico les permitió apropiarse de estas prácticas del discurso -sin darse cuenta que era leer, escribir y contar historias- pudiendo comunicarse y dar a conocer sus pensamientos, ideas y puntos de vistas, de manera divertida y creativa. PERFILElin Rodríguez: Nació en la ciudad de Paraná el 12/04/1982. Es Licenciada en Comunicación Social (UNER). Ha diseñado y coordinado el Taller de lectura y escritura Limerlik (Centro Cultural La Hendija Paraná. Voluntariado Universitario 2002). Capacitadora docente FOPIIE Paraná 2007-8 M. E. C. y T de la Nación, entre otros importantes antecedentes.
El proyecto titulado, "LiberARTE: Un espacio para la lectura, la escritura y la oralidad", contaba con la coordinación de Natalia Savulsky y quien escribe estas líneas, ambas Licenciadas en Comunicación Social. Nuestro objetivo general era promover la lectura -ya sean textos literarios y no literarios-, fomentar la escritura e incentivar la oralidad; todas ellas, actividades que permiten a las personas ahondar en la propia imaginación, creatividad y espíritu narrativo que todos llevamos dentro. A partir de aquí, la finalidad era poder pensarnos como sujetos críticos y construir nuestra propia identidad al sentirnos parte de una comunidad. Es decir, promover desde la Comunicación Social un espacio para convertirnos en sujetos creativos y seres partícipes de la vida en común.En las jornadas, participaban chicos y chicas de entre 3 a 16 años, quienes se predisponían a disfrutar y encontrarse con la literatura. El número de chicos que asistía a las jornadas variaba de acuerdo a cada localidad y a la difusión previa de este acontecimiento. Intentamos recorrer puntos distribuidos a lo largo y ancho de Entre Ríos. En un primer momento pensamos realizar la jornada solamente con los niños y niñas que se encontraban internados, pero ante tanto interés en la propuesta de parte de cada localidad visitada decidimos abrir el espacio para todos los chicos que concurrieran al centro de pediatría de cada institución. Fue así como visitamos San Jaime de la Frontera, Gualeguaychú, Villa Dominguez, Villa Paranacito, Victoria, Paraná y General Ramírez, lugares en los cuales se buscó trabajar en un salón del Hospital, o bien, en algún Centro Cultural o Comunitario de la zona.Estas jornadas las realizábamos bajo la modalidad taller, no pretendíamos enseñar a escribir, dar técnicas o corregir errores, sino que estábamos dispuestas a transcurrir los caminos de la literatura junto a los niños/as, porque estamos absolutamente convencidas que escribir/leer literatura es un desafío constante para redescubrir, representar, recrear e imaginar nuevas y fantásticas realidades.Utilizábamos consignas que ayudaran a estimular la creatividad y la imaginación de los niños/as en la creación de los nuevos textos; así como también tomar las lecturas como puntapié. Buscábamos que estas consignas aparecieran como fórmulas breves que incitaran a la producción o lecturas de diversos relatos. De esta manera las mismas, se convierten en un juego entre nosotras y los niños/as; y son, al mismo tiempo, un punto de partida y uno de llegada. Teníamos presente que la libertad de escribir era el fundamento del taller y la consigna sólo una excusa organizadora.Las jornadas comenzaban con dinámicas de presentación y distintos juegos que nos permitían conocer los modos de vida de cada uno de los chicos que participaba, las experiencias en torno a su ser y estar en el mundo, sus ideas, imaginaciones y anhelos. Luego, se proponía una lectura grupal a partir de la cual, los más chiquitos, dibujaban su interpretación y, los más grandes, continuaban las historias imaginando otras acciones que pudieran realizar los personajes del cuento para construir con estos datos sus propias historietas. Con la intención de no dejar de trabajar con nuestro propio cuerpo y con la finalidad de liberarlo, se les proponía a los chicos que se pusieran en contacto con "un otro" y que pudieran escribir imaginariamente en el aire con pinceles de cintas de papel de colores, sus nombres, el de sus amigos, su juego preferido, poniendo de manifiesto otros sentidos, más allá de la vista, como ser el tacto y el oído. Asimismo, nos uníamos por pares y, a través de esta dinámica, nos disponíamos a ensayar el rol de marioneta y de aquel/aquella que la maneja. A través de nuestra imaginación, nos atábamos hilos con los cuales íbamos a mover a nuestro compañero. Esto permitía tomar conciencia del cuerpo de uno y del otro, el manejo del movimiento armónico y el respeto por el otro.Una de las consignas que más les agradaba era la que buscaba trabajar con nuestra propia identidad, a través de preguntarnos y responder por qué nos llamamos así. Algunos chicos sabían los motivos y lo contaban muy divertidos, otros no sabían la respuesta y prometían consultarles a sus padres luego de haber escuchado interesadamente las anécdotas de los demás compañeros. Mediante esta dinámica, buscábamos que cada niño pudiera interiorizarse sobre sus propios orígenes y reconocerse como un sujeto activo dentro de su entorno familiar.Luego de compartir esta serie de juegos, se leía el cuento "El amigo soñado" de Berta Finkel, y se proponía pensar en lo que nos gustaría hacer a cada uno de nosotros. Muchas respuestas coincidían en la posibilidad de conocer otros lugares y ver otros paisajes, imaginar posibilidades que no tienen al alcance de la mano.Para ir cerrando la jornada, se realizaban juegos colectivos, donde era necesario la intervención de un compañero para poder llevarlo a cabo, como el juego de la tubería o la gran serpiente. Finalmente, se realizaba una gran ronda y nos despedíamos con un abrazo caracol, donde nos enrollábamos tomados de la mano, hasta lograr un espiral humano, para brindarnos entre todos afecto y poner las emociones en juego.En aquellas localidades en las cuales el tiempo nos permitía, se realizaban otras lecturas de autores como ser: Ricardo Mariño, Gustavo Roldán, Elsa Bornemann, Ana María Shua, Andrés Sobico, María Elena Walsh, Graciela Montes y Ziraldo.En todos los lugares visitados conocimos personas que permitieron el desarrollo fructífero de cada Jornada. Todas ellas, comprometidas con tareas comunitarias y predispuestas a generar un espacio placentero y amigable en el cual llevar adelante la Jornada de oralidad, lectura y escritura, al conversar con ellos, nos manifestaban la necesidad de actividades culturales y artísticas vinculadas con los chicos y sus diferentes expresiones que permitan conocerse, conocer al otro y tener la posibilidad de trabajar en conjunto para y por su comunidad.Esta experiencia nos posibilitó observar como, por medio del juego, los niños/as se predisponían con entusiasmo a escribir, escuchar, contar y leer sus historias personales y/o ficcionales; prácticas consideradas muchas veces como "pedagogías del aburrimiento". El componente lúdico les permitió apropiarse de estas prácticas del discurso -sin darse cuenta que era leer, escribir y contar historias- pudiendo comunicarse y dar a conocer sus pensamientos, ideas y puntos de vistas, de manera divertida y creativa. PERFILElin Rodríguez: Nació en la ciudad de Paraná el 12/04/1982. Es Licenciada en Comunicación Social (UNER). Ha diseñado y coordinado el Taller de lectura y escritura Limerlik (Centro Cultural La Hendija Paraná. Voluntariado Universitario 2002). Capacitadora docente FOPIIE Paraná 2007-8 M. E. C. y T de la Nación, entre otros importantes antecedentes.
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