GUALEGUAYCHÚ
Proteccionistas se manifestarán pidiendo castraciones masivas y gratuitas

Será a las 16 horas de este sábado en los obeliscos de la Costanera. Se trata de una movilización masiva en diferentes puntos del país. Se solicita una urgente intervención del Estado para frenar la reproducción indiscriminada de perros y gatos.
El programa de Equilibrio Poblacional fue presentado en distintos proyectos al Concejo Deliberante de Gualeguaychú. Desde los grupos de proteccionistas solicitaron que Gualeguaychú y Pueblo Belgrano discutan este plan para buscar una solución conjunta.
“El modelo de refugios es obsoleto y no resuelve nada. Necesitamos castraciones masivas, tempranas, extendidas y gratuitas”, expresaron a ElDía.
EL PROYECTO
La castración quirúrgica es el método idóneo porque es ÉTICO, EFICAZ, SEGURO, ECONOMICO, DEFINITIVO, BENEFICIA LA SALUD DE LOS ANIMALES Y DE LAS PERSONAS.
Para que una campaña de castración logre el impacto poblacional deseado debe reunir las siguientes características: ser MASIVA, SISTEMÁTICA, GRATUITA, TEMPRANA, EXTENDIDA y ABARCATIVA.
1- Gratuita El servicio debe ser GRATUITO por muchos motivos, siendo quizás el más importante el de que se trata de una MEDIDA DE SALUD PÚBLICA y como tal, debe llegar a toda la población.
La GRATUIDAD es garantía de acceso para todos, sin que el vecino deba enfrentarse a una situación denigrante como la de tener que presentar un "certificado de pobreza" para lograr el beneficio (Ley Nacional Antidiscriminación Nº 23.592). El arancelamiento haría fracasar el programa de castración al impedir que alcance su condición de "masiva", esto es, que se realice sobre un 20% de la población perros y gatos, con o sin dueño, anualmente.

El origen del problema no está en el perro y en el gato en situación de calle (que ha perdido, en general, su capacidad reproductiva por mala nutrición), sino que es la consecuencia de la falta de castración de los animales domiciliados, consistiendo, los animales en situación de calle el excedente que no puede ser absorbido por la comunidad. Por tanto, la gratuidad del servicio es indispensable para estimular a la comunidad a que realicen las castraciones.
En primer lugar, porque se trata no solo de una razón de protección animal sino también de salud pública y ambiental. Al mismo tiempo, se debe considerar que, aún en aquellos casos en que los cuidadores del animal -disponiendo de recursos para abonar- se nieguen a hacerlo en el sector privado, el animal quedará sin castrar, pagando las consecuencias no sólo el propio animal sino la comunidad toda.
No afrontar y dar solución a esta situación conlleva también a desatender situaciones que hacen a la salud pública como es el caso de las patologías zoonóticas (parasitosis, rabia, leptospirosis, sarna, etc.), el problema de la rotura de residuos, las mordeduras, los accidentes de tránsito, etc.
2- Masiva Como en todo programa de prevención se debe abarcar el mayor número de individuos en el menor tiempo posible.
En los años 90, cuando se creó el Programa, las entidades del momento, establecieron un cálculo del 10% a castrar sobre la población animal estimada, ya que era un porcentaje razonable según la capacidad operativa para Municipios del rango del conurbano bonaerense (300.000 a 600.000 3 habitantes).
Después de muchos años, habiendo adoptado el Programa Municipios de distinto rango poblacional de todo el país, se pudo constatar fehacientemente, en la práctica en terreno, que ese cálculo produce el impacto buscado: el equilibrio poblacional. Hoy en día, como Red de Políticas Públicas, trabajando conjuntamente con Municipios y Legisladores por el equilibrio poblacional, recomendamos el 20% porque el nuevo paradigma de respeto hacia los animales, así como su clara vinculación con la salud pública y ambiental, que crece cada vez más en las comunidades, demanda que este problema sea resuelto con mayor prontitud.
Para calcular este 20%, existen experiencias acumuladas, estimaciones y muestreos estadísticos, pasibles de ser aplicados a todo el país, que dan como resultado un parámetro a ser incorporado en este Plan para determinar cuál es el número de animales en relación a la población humana en un asentamiento urbano o rural determinado.
Es así que se determina que la relación es un animal (canino o felino) cada dos habitantes en poblaciones mayores a diez mil personas; y un animal por habitante en aquellas poblaciones menores a diez mil personas y zonas rurales1 .
3- Sistemática Las acciones deberán ser sostenidas en el tiempo, ininterrumpidas durante el año y con horarios accesibles para la población. Lo ideal es trabajar por orden de llegada (sobre todo en la descentralización barrial) pero, si se trabaja con turnos, es fundamental brindar todas las vías de comunicación posibles: teléfono, whatsapp, redes sociales o cualquier otro medio de comunicación. Es fundamental que sean otorgados para los días inmediatos subsiguientes, sin que el lapso supere la semana. Esto garantizará que la deserción sea casi nula.
El porcentaje de deserción evaluado (en general un 20 %) se deberá contemplar con sobre-turnos. Asimismo, se deberá tener en cuenta la recepción de casos emergentes (por ejemplo, hembras preñadas o en celo, sin turno).
Se debe tener en cuenta, además, que una vez que el Programa esté instalado sólidamente, se recomienda trabajar sin turno, es decir por orden de llegada.
4- Temprana Se ha de estimular la castración preferentemente temprana, entendiéndose por tal, a la realizada antes del primer celo o la primera alzada, a los 5 meses de edad. De lo contrario, el factor 1 a 5 (es decir, 1 hembra castrada posteriormente a que haya tenido sus primeros 5 descendientes - número promedio-, de los cuales 3 podrían ser hembras reubicadas sin castrar), hace que la sobrepoblación se burle de quienes digan estar trabajando para superarla.
5- Extendida. De ser necesario dar turnos para la atención en la sede, serán telefónicos, por internet o por cualquier otro medio de comunicación y la atención en los barrios se dará por orden de llegada, difundiéndose en ambos casos, sede y barrial, la cantidad de animales a atender diariamente.
Tercerizar el servicio a través de convenios con veterinarias privadas ha resultado siempre un fracaso, ya que: 1. Obstaculiza la transparencia del número de animales castrados. 2. Malgasta los recursos del Estado, porque el servicio de castraciones debe abonarse a valores del sector privado, mientras que un equipo municipal entrenado a ritmo de campaña implica costos extraordinariamente más bajos.