¿Qué haremos con la tierra prestada?
La contaminación de las aguas, los desmontes y ahora la amenaza del "fracking" colocan a Entre Ríos en una peligrosa situación ambiental.Mario Alarcón MuñizNuestra provincia corre el riesgo de perder el lugar de privilegio alcanzado por la lucha de Gualeguaychú en defensa de la vida y la naturaleza. A esa ubicación no la llevó ningún gobierno, sino la gente de Gualeguaychú. Se sabe, pero bien vale subrayarlo. Los gobiernos -también el actual- ya fuese por indiferencia o ineficiencia, han contribuido a profundizar la degradación del ambiente. Sólo cabe una excepción: la ley 9092, de 1997, que declara a Entre Ríos libre de represas, norma afianzada por la nueva Constitución Provincial de 2008 (art.85).Según se observa, la provincia carece de política ambientalista. Acciones aisladas, impulsadas por la buena voluntad de algún funcionario, no alcanzan. En el río Uruguay las cosas están igual. Nada ha cambiado, pese al fallo de la Corte Internacional de La Haya, el acuerdo binacional, la comisión técnica, el monitoreo y otras yerbas. En el río Gualeguay los municipios de la cuenca se han reunido, pero a la contaminación nadie la detiene. Las termas, bien gracias. Quien tiene ganas (y plata) perfora y ya está.La destrucción del monte Ni hablar del monte nativo. La deforestación entrerriana es grave. Afecta principalmente a los departamentos Feliciano, Federal, Federación, La Paz, Villaguay y Tala. El conocido proceso de sojización ha motivado este despojo, cuyo avance es previsible frente a los atractivos precios internacionales de la oleaginosa. "Pan para hoy, hambre para mañana". Si el monte desaparece, igual suerte correrá la fauna nativa, mientras soja sobre soja empobrecerá el suelo hasta la infertilidad. De ahí al desierto hay apenas un paso.La ley nacional 26331 (llamada ley Bonasso) encara el problema con claridad y sentido práctico, estableciendo, entre otras disposiciones, la creación de un fondo nacional de enriquecimiento y conservación del bosque nativo. El fondo destina recursos para proteger esa riqueza natural y asegurar su supervivencia sin afectar la producción.La ley fue sancionada a fines de 2007 luego de un arduo trajín parlamentario. Entre Ríos todavía no adhirió, vaya a saber por qué razones. En consecuencia, no recibe partida alguna. El año pasado el fondo distribuyó 230 millones de pesos entre las 15 provincias adheridas hasta entonces. Para Entre Ríos ni un centavo, desde luego.Expedientes perdidosA juzgar por los resultados, el tema tiene sin cuidado a las autoridades. Sin embargo, Entre Ríos cuenta con organismos de control. La Dirección de Recursos Naturales actúa. Sus inspectores apenas pasan la media docena para toda la provincia y por lo general carecen de vehículos suficientes o de combustible. Pero trabajan. Dentro de sus posibilidades inspeccionan y labran actas de infracción por desmontes no autorizados. Es decir, aplican multas que pueden llegar a los 200.000 pesos. En el primer trimestre de este año se labraron 9 actas de infracción. Lo curioso es que después, entre idas y vueltas, ciertos expedientes se pierden. Se rumorea que suelen desaparecer en instancias superiores a la mencionada repartición.Algunos propietarios prefieren desmontar sin autorización y si los descubren pagar la multa. Dicen que les conviene antes que incursionar en el terreno barroso de la burocracia. Lo común es que les autoricen 100 hectáreas. Cubierta esta superficie es habitual que continúen sin permiso la destrucción del monte.(Dicho sea de paso, ayer fue el Día del Árbol en Entre Ríos, establecido por ley provincial hace 111 años. La ley está vigente. Nadie se acordó. Hasta un tiempo atrás los escolares realizaban plantaciones de árboles. Hoy ni se habla del tema.)¡Alerta, "fracking"! Para completar el tenebroso cuadro de nuestro medio ambiente, acaba de aparecer el peligro del "fracking". Así se denomina (en inglés) el sistema de fracturación hidráulica del subsuelo en procura de gas "no convencional" o "shale gas" o "gas esquisto" o "gas de pizarra". Se lo puede hallar -dicen los expertos- en pequeñas cantidades envuelto en pizarras. Para extraerlo se requiere perforar entre 400 y 5.000 metros de profundidad, según las zonas. La primera perforación es vertical. En determinado punto pasa a ser horizontal hasta 3 km. mediante el impulso de miles de toneladas de agua a alta presión con arena y aditivos químicos (benzenos, xilenos, cianuro, etc.), todo coronado con explosiones.No hace falta abundar en detalles para demostrar que el sistema es contaminante en alto grado afectando las aguas superficiales y subterráneas, el aire y la tierra con serias incidencias en la salud, las actividades agropecuarias y por supuesto el turismo.Esto no pasaría de una curiosidad si no se supiera que ya hay estudios autorizados por el gobierno provincial y realizados por la Repsol-YPF en tiempos de Eskenazi. Y que el gobernador viajó en diciembre a Londres, invitado por la mayor empresa internacional que usa el método, integrada entonces por el actual presidente de YPF, Miguel Galuccio. Y que a principios de mes la Legislatura accedió a modificar la ley 8916, de 1995, agregando que el fondo energético puede "financiar estudios, proyectos y obras de exploración y explotación de hidrocarburos", además de transferir la Secretaría de Energía al ámbito de la Gobernación.Energía necesitamos, sin duda. Pero el fin no justifica los medios. Cerca de Cafayate un cartel reza: "La tierra no es una herencia de nuestros mayores; es un préstamo de nuestros hijos". ¿Qué pensamos hacer de ella?
ESTE CONTENIDO COMPLETO ES SOLO PARA SUSCRIPTORES
ACCEDÉ A ÉSTE Y A TODOS LOS CONTENIDOS EXCLUSIVOSSuscribite y empezá a disfrutar de todos los beneficios
Este contenido no está abierto a comentarios

