Ramírez, Urquiza, Belgrano y San Martín, pasado y presente de las plazas históricas
Ubicadas en puntos estratégicos de la ciudad, cada plaza tiene su historia particular, sus leyendas y costumbres.Los conflictos que rigieron el porvenir de cada una de ellas, su vegetación, las prácticas que albergó y el cambio en su fisonomía hacen de cada uno de estos espacios públicos un pedazo de la historia contemporánea de Gualeguaychú.
Parque de ejercicios, luego Plaza RamírezLa ciudad contó con una importante plaza con el nombre "Don Tomás de Rocamora", establecida por ordenanza en 1928. Con el correr de los años se transformó en "Ramírez".Previamente fue parque de ejercicios físicos y esparcimiento por breve tiempo, entre 1938 y 1939. En 1953 se decidió la transformación y embellecimiento de la plaza.Dicho espacio público marcó presencia constante en la comunidad a partir de la apertura de "Capilla Luján" en 1957. Desde ese momento "ambas no se separaron más", expresó el Padre José María Aguilar, de la actual Parroquia Nuestra Sra. de Luján.Dijo que han visto que la plaza ha sido para "esta zona un lugar muy importante, no solo por los juegos para los chicos del barrio sino también porque motivó a lo largo de su historia muchas cosas para la gente como expresiones culturales".Consideró que la parroquia surgió de la plaza, "del encuentro interparroquial que se hizo en el 54 con la participación de vecinos de la ciudad y alrededores. A partir de allí salió la inquietud de la gente tener un lugar para el culto, más cercano que Santa Teresita o Catedral. En el 57 nace Luján como capilla y luego parroquia en el 80".Leticia Rébora se crió en la plaza. "Venir aquí era muy sano. Soy la menor de 10 hermanos, llegamos en el año 50 del campo. Mis padres tenían un hospedaje familiar y comedor donde paraban los vecinos de la zona rural, y la plaza era el lugar de esparcimiento y encuentro de todos".En esos años ya se hablaba de incorporar una parroquia. "Todos se metieron de lleno, había mucha expectativa, comenzando las famosas kermeses en la plaza para comprar un terreno. Finalmente el vecindario compró el galpón de la familia Marchesini", recordó.Josefina Melchiori también jugó en la plaza. "Cuando salíamos de catequesis nos quedábamos con los chicos en la zona de la fuente que tenía agua. Juntábamos en tarritos y nos tirábamos en época de carnaval. No recuerdo mucho ver la lluvia caer".- Ahora no hay ni agua- Es una pena porque le daría una atracción especial, por eso estamos charlando con funcionarios municipales la posibilidad que vuelva el sistema de riego de la fuente.En tanto, Ana Gandola sostuvo que el cambio de la plaza "se dio en los años 2008/2009 y lo seguirá teniendo. El barrio siempre estuvo identificado con la plaza, por aquí pasan las Avenidas Rocamora y Del Valle, siempre fue un lugar de entrada y salida en la época antigua de los carros que iban hacia las arroceras y el tambo.Además lleva a la entrada al corsódromo y salida a Buenos Aires, sigue teniendo un papel hegemónico desde la proyección turística que tiene la ciudad".Enfatizó que "ahora cuenta con más iluminación y limpieza, creo que la plaza sigue cumpliendo una misión social para la comunidad y la parroquia ha sido fundamental".Recordó que "Luján" no tiene atrio por lo tanto, la proyección de la puerta de la parroquia se proyecta no solo en calle 3 de Caballería sino directamente en la plaza, es algo natural.Por su parte, Esteban Giménez, tucumano, vino a la ciudad años atrás y se incorporó a la comunidad de Luján. "Me gustó la idea del Padre de mirar hacia atrás y vincularlo con el presente y proyectarlo al futuro. De allí que es necesario que la plaza cuente de nuevo con la fuente en funcionamiento, se la pinte y le den más iluminación. Los vecinos se sumarán con gusto y serán ellos los que cuiden todo este espacio".Datos históricosAntes llevaba el nombre de Plaza Don Tomás de Rocamora, lo indica la ordenanza del 29 de diciembre de 1928. Fue Parque de ejercicios físicos y esparcimiento por breve tiempo, ordenanza de promulgación (1938) y derogación (1939).En 1953 se decide la transformación y embellecimiento de la plaza.Cuenta con el primer monumento al fundador de los Boy Scout realizando Adela Pérez Cheveste el primer busto, luego fue reemplazado por Rébora. Se cree que es el único busto de Baden Powell, o al menos el primero, en el país en un espacio público.La Federación Agraria erigió un monumento a Esteban Piacenza dado que funcionaba en la esquina donde hoy existe una farmacia tradicional.La Iglesia la ocupó en 1954 con el Congreso Mariano interparroquial, donde entusiasmó a los vecinos para contar con una capilla cercana, (de ahí nace Luján). También se realizan actividades de catequesis, misas, Vía Crucis, pesebres vivientes, misas de la Inmaculada y Navidad. Plaza Libertad, Urquiza o "de la Municipalidad"Las plazas valen por lo que son, y además por el ámbito urbano que las rodea. Significan por su importancia de espacio público, pero también por la construcción social que se hace de ellas y por la apropiación del lugar que genera cada uno de nosotros.Es por eso que cada plaza en cualquier parte del planeta (aunque parezca una exageración) tiene una característica que la hace única, que a la gente le agrade ir a una y no a otra, más allá de la cercanía con su barrio.La Plaza Urquiza, popularmente conocida como "la de la Municipalidad" por estar frente al Palacio comunal, fue la segunda de la historia de la ciudad en ser creada como espacio público. Con el nombre de "Libertad" como se llamó hasta avanzado el Siglo XX hasta ser cambiado por "Urquiza", los primeros indicios de su existencia como plaza aparecen en un plano con información impreso por el diario El Progreso de Gualeguaychú, en el año 1855.Ubicada frente al edificio en el que desde la primera década del siglo pasado funciona la Municipalidad, la plaza tenía dos cosas distintivas que la caracterizan hasta hoy: una fuente central y palos borrachos en su perímetro. Y como juegos, sólo tenía un par de hamacas.Tanto como la importancia de la Plaza Independencia (San Martín) por su ubicación frente a la comandancia, a la Libertad la rodeaba un contexto no menos interesante: el Palacio Municipal. Y varios años después, la Escuela Gervasio Méndez.Las calles de su entorno también se denominaban diferente a las que conocemos hoy: al Norte, De Los Andes (Rivadavia); al Este, De la Concordia (Magnasco); al Sur, De Vences (Luis N. Palma) en homenaje a una batalla del período de guerra entre unitarios y federales; y al oeste, De la Libertad (Irigoyen).En cuanto a su forestación, en la Plaza Urquiza predominan los Palos Borrachos, especies distintivas de este espacio público ya que en la San Martín hay abundancia de Plátanos, en la Belgrano variedad de autóctonas (traídas del Gualeyán), en la Ramírez mayoría de coníferas y en la Colón preponderancia de jacarandaes, de acuerdo a los datos proporcionados por el Director de Espacios Verdes, Emilio Montefinale.La plaza pasó a llamarse Urquiza en homenaje al primer Presidente de la Confederación, y se le colocó un monumento construido por el escultor Orlando Rébora, hecho ocurrido durante la década de 1980.Edificio MunicipalA modo de contextualización, la importancia a la Plaza Urquiza se la da la existencia del Palacio Comunal. Tanto que se la conoce más por ser "la plaza de la Municipalidad" que por su verdadero nombre. Incluso, hay quienes se desconciertan cuando alguien hace mención al espacio público con su actual denominación y hasta preguntan cuál es esa plaza.Construido por la empresa Delfino Hnos., el edificio de la Municipalidad le dio identidad a la Plaza Urquiza. El proyecto fue autorizado por el Honorable Concejo Deliberante mediante ordenanza, el 12 de julio de 1907, y elaborado por el Jefe de Obras Públicas, Arquitecto José Bottani.El terreno sobre el que se levantó había sido comprado a Tomasa León de Villagra, Evodeo León y Faustino Villagra. La escritura catastral está fechada en el año 1888 y el 9 de mayo de 1909 se desarrolló el primer día hábil en el actual Palacio Municipal.Escuela Gervasio MéndezAños más tarde, en 1936, el traslado de la actual Escuela Gervasio Méndez al edificio que ocupa en calle Rivadavia 962, frente a la Plaza Urquiza, le agrega importancia a ese espacio público que además había comenzado a tener cambios en su fisonomía.El establecimiento fue llevado al actual inmueble luego de haber estado en varios lugares. Inició actividades en calle Rioja 984 como Escuela "Plaza de Frutos" en un local propiedad del señor Juan Cigliutti.Años más tarde se le cambió el nombre por la actual denominación, Gervasio Méndez, a pedido de autoridades educativas y políticas como homenaje al poeta local.Luego, el edifico se trasladó a calle Concordia (actual Fray Mocho) esquina San Juan. En 1926, debido a la falta de espacio, se trasladó a San Juan 910. De ahí a una casa de calle Rivadavia 918. Hasta que en 1936 comenzó en Rivadavia 962, edificio donde se encuentra hoy.Finalmente, pasó a denom Historia y presente de la plaza más representativa del oeste de la ciudadFue síntoma de una época en que Gualeguaychú empezaba a desarrollarse hacia la zona oeste, cuando pasaba el ferrocarril y nacía el Hospital Centenario. Hoy luce su fauna criolla por un lado y un desmejorado estado de juegos e infraestructura por otro.En el centro de la plaza, como en tantas otras del país, se ubica el mástil. Éste tiene tres características muy particulares. Es el más alto de la ciudad, no es para menos, el mástil que izó la celeste y blanca por vez primera en 1940, se ubica en la plaza que rinde homenaje al creador de la insignia patria. Otra particularidad, no tiene bandera. Además la plaza tiene una tercera característica que la hace bien criolla: toda su flora es autóctona, sus árboles son nativos de la zona de los bosques del Gualeyán, entre los cuales coexisten espinillos, sombra de toro, arrayán, laureles, guayabo, coronilla y ceibos, entre otros.Los inicios de la plazaLa primera mitad del siglo pasado, en el año 1935, durante la intendencia de Don Pedro Jurado, el municipio adquirió los terrenos donde hoy se ubica la plaza (entre calles Paraná, Urquiza, Moreno y 25 de Mayo). Según relata Alberto Flejas, ex secretario de turismo de la ciudad, en un ensayo sobre el barrio oeste, en esa zona, antes de la plaza "vivían marginales y cuchilleros". Entrada la década del '20, el barrio oeste - hoy el oeste le ha ganado varios kilómetros a la ciudad - se encontraba en pleno desarrollo. Una de las obras paradigmáticas de la época es la inauguración del Hospital Centenario, allá por 1913. Fue entonces que Jurado decidió construir la plaza que alberga a varias especies autóctonas. A diferencia de otras plazas de la ciudad, la Belgrano aun conserva el diseño arquitectónico que le dio vida.La actualidad de la BelgranoComo todo, y como todo espacio público particularmente, la plaza es lo que hacemos de ella. La Belgrano ha sido destinataria de varios proyectos para su mejoramiento integral, hasta hoy sin resultados a la vista. Por un lado, exhibe la belleza de sus especies arbóreas nativas, por otro la falta de inversión que delatan los años de sus juegos, la falta de areneros y el deterioro de sus caminos internos. A pesar de ello, sigue siendo un enclave céntrico de la ciudad elegido por muchos. Tanto es así que, gracias a su cercanía con el Club Juventud Unida y al folclore de las hinchadas de futbol, la plaza tiene su propia bandera. "Plaza Belgrano", expone orgullosa una bandera de diez metros de largo de la hinchada del club que milita en el Argentino B.El espinillo eternoLa plaza también genera polémica entre los vecinos de la ciudad. Están los que priorizan la forestación del espacio más allá del tipo de fauna que se plante en el mismo y los que defienden a raja tabla el respeto por los orígenes criollos de las especies que se plantaron con la iniciativa de Don Pedro Jurado. Más allá de las respetables posturas, en la plaza existe un árbol que no sabe de especies, ni de polémicas. En diciembre de 2011, miembros del Centro de Estudiantes de Gualeguaychú en Buenos Aires (Cegeba) descubrieron una placa en homenaje a Orlando Luis "Lito" Raffo, oriundo de Gualeguaychú, ubicada a los pies del espinillo que su padre, Don Orlando Raffo, plantó en su conmemoración en la parte norte de la plaza. Lito Raffo era estudiante de cuarto año de arquitectura cuando fue secuestrado y desaparecido por la última dictadura cívico-militar. El espinillo eterniza la figura de Lito.La testigo presencial de la historia de Gualeguaychú Toda ciudad que recién se levanta gira alrededor de una plaza y esto fue lo que ocurrió con Gualeguaychú y su plaza Mayor, hoy llamada San Martín. Por designio del Virrey, Rocamora trazó la Villa Gualeguaychú con sus cuadras y la ubicación exacta donde se debía erigir la iglesia, la casa del cura, la escuela, la comandancia y cabildo.Todo el complejo urbano de la Villa de Gualeguaychú se acomodaba alrededor de la Plaza Mayor. Hacia el Este la comandancia, el ayuntamiento y cárcel, mientras que hacia el Oeste la casa del cura, la escuela, la iglesia y el cementerio.Era el centro de toda actividad de la Villa, lo mismo que ocurría en las ciudades españolas, donde convivían las actividades comerciales, civiles y religiosas, lo que facilitaba un natural control y la fluida comunicación entre los pobladores y las autoridades.La Plaza Mayor, hoy plaza San Martín, ha sido testigo directo de todo el crecimiento de Gualeguaychú y de los sucesos más importantes de la historia de la ciudad, desde su fundación por Tomás de Rocamora el 18 de octubre de 1783.Las demás manzanas que no eran afectadas a las instituciones fueron entregadas a los pobladores que debían levantar sus viviendas en adobe como condición exclusiva, pero las esquinas por ser tan codiciadas fueron a sorteo.En la actualidad, muchos de esos edificios que se levantaron para diferentes instituciones han desparecido pero quedan algunos otros como ser la escuela N°1 Guillermo Rawson y donde está enclavada la Catedral San José, lugar de la primera iglesia de la Villa. También persiste en su lugar la comandancia, hoy Jefatura Departamental de Policía.Con una escenografía muy diferente a la actual, la Plaza Mayor pasó a llamarse Plaza Independencia y en 1879 se levantó en su centro una columna, que surgió como una iniciativa del vecino Juan Casacuberta, en honor a las glorias patrias. Pero este monumento fue demolido el 5 de abril de 1910, para levantar sobre sus restos el monumento a San Martín.La argentina se preparaba para su centenario y Gualeguaychú iba a levantar el primer monumento al Libertador en el centro de su plaza principal, pero la inauguración debió postergarse para el 29 de mayo de 1910.Otro de los monumentos que existe hasta la actualidad en la plaza San Martín es la estatua de Diana. Casi imperceptible para los ciudadanos que se han acostumbrado tanto a su presencia que casi desconocen el significado de la imagen.Mientras en Buenos Aires la Infanta Isabel de Borbón preside los actos por el centenario de la Patria, la comunidad española de Gualeguaychú ofrece como gesto de confraternidad a esta diosa de la Caza, a quien Júpiter hizo reina de los bosques.Sobre la esquina cardinal noroeste está emplazado el busto de Sarmiento, que llegó a Gualeguaychú por gestiones del Presidente de la municipalidad Don Pedro Jurado ante el Ministerio de la Marina.Llegó a nuestra ciudad en agosto de 1938 pero se inauguró en septiembre, en el cincuentenario de la muerte de Domingo Faustino Sarmiento. Una obra del escultor Luis Perlotti, que tiene una base de mármol levantada por Juan Ramón López.Otro de los bustos es el del caudillo oriental José Gervasio Artigas. El Club Oriental de Gualeguaychú ofrece a la Municipalidad "en nombre de la orientalidad" el busto en bronce del Héroe de Las Piedras, con motivo de cumplirse el centenario de su muerte.Al acto de descubrimiento del busto asistieron a Gualeguaychú relevantes personalidades del mundo intelectual uruguayo el 23 de septiembre de 1953."El Rincón de los Poetas" es otro de los lugares emblemáticos de la Plaza San Martín. Fue inaugurado el 19 de octubre de 1965 y están las imágenes de las grandes personalidades que hicieron historia, como Olegario Víctor Andrade, Gervasio Méndez, Luis N. Palma, Manuel Portela y otros.Por iniciativa del Rotary Club Gualeguaychú, en octubre de 1944, frente al monumento de San Martín, fue plantado un vástago del pino de San Lorenzo, y seis años más tarde se depositó tierra traída del solar nativo del Capitán de Los Andes.Finalmente, otro de los puntos emblemáticos e históricos de la plaza es la fuente. Sobre el extremo sureste, la obra del vecino idóneo Eclio Giusto se convirtió en un atractivo turístico y punto elegido para las fotos de los recién casados, a quienes también les atrae el almanaque ubicado sobre la esquina opuesta.Mientras todo esto se levantaba, la plaza más importante y añeja de la ciudad sufría pequeños cambios que modificaban su fisonomía. Hoy sigue siendo lugar de encuentro y de juego de muchos pequeños que ven en sus dimensiones el lugar perfecto para su diversión.La calesita hoy se ha convertido en otro punto neurálgico de la plaza, que quedará marcado en la memoria de muchos niños que tienen en esta plaza un espacio de recreación, que seguramente persistirá por muchos años más. Fuente: Cuadernos de Gualeguaychú. Octubre de 1992. obra de Natividad Sarrot , Andrea Sameghini y Marco Aurelio Rodríguez Otero. ESTE CONTENIDO COMPLETO ES SOLO PARA SUSCRIPTORES
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