Restricción de importaciones: cómo afecta la medida tomada por el gobierno nacional
[gallery link="file" orderby="title"]Todos los sectores, en mayor o menor medida, se ven inquietados por las dificultades que tienen para ingresar al país insumos para producir. En Gualeguaychú se han resentido varios rubros.Mónica Farabello, Carlos Riera, Rubén SkubijLas decisiones de los funcionarios públicos que encabezan diferentes organismos relacionados con las importaciones y exportaciones de Argentina, deriva en resultados cuyos beneficiarios o perjudicados son los ciudadanos, tanto empresarios como trabajadores.Como se sabe, en los últimos tiempos, a raíz de una política instrumentada por el actual gobierno, lo que ingresa y sale del país, previamente es analizado por la Secretaría de Comercio Interior y otras áreas.¿Qué repercusión tiene en el movimiento diario de la ciudad y la zona? El presente informe apunta a encontrar respuestas a los interrogantes de muchos.El presidente de la Cámara de Comercio Exterior de Gualeguaychú, Juan Drabble, manifestó a elDía que "algunas áreas se han resentido; se tuvo un problema serio el año pasado con la modificación del régimen de exportación de granel, previo a la instrumentación de la declaración jurada anticipada de importación (Dejai)".El inconveniente "se visualizó en la Aduana local donde dejaron de pasar al Uruguay aproximadamente entre 20 y 30 camiones por día llevando mercadería de bajo valor unitario. Les exigieron que exportaran desde planta, se modificó el sistema, y por los altos costos de los instrumentos que debían colocar en sus empresas, les resultó económicamente imposible".-¿Afecto esto a firmas de Gualeguaychú?Un ejemplo concreto, no estoy autorizado para dar su nombre, es el de una empresa ubicada en el Parque Industrial que exportaba a Uruguay por importantes volúmenes, dejó de hacerlo y lo volcó al mercado interno.Hay mercadería a granel que no se puede almacenar durante demasiado tiempo, entonces lo vende acá pero los precios son diferentes.Con relación al Dejai, Drabble dijo que el importador "presenta una declaración virtual a través de la página de la aduana donde hace constar cuánto va a importar, por qué valor, quién es el exportador del exterior y cuándo es el plazo del arribo".Se busca cumplir "con un viejo anhelo, que el importador de determinada mercadería en vez de tener que ir a diez organismos concurra a uno solo, aunque todos siguen existiendo y la aduana lo reenvía, básicamente a la Secretaría de Comercio Interior donde está Guillermo Moreno. Y ahí se resuelve si es viable o no".Aclaró que "se debe tener aprobado el Dejai para iniciar los trámites de importación".- ¿La modificación se realizó para contabilizar los dólares que salen de Argentina?Exclusivamente y hasta donde yo lo interpreto, no es para tener un control porque de hecho la aduana lo tiene. Se hizo para limitar las importaciones, que no sea deficitaria y se mantenga superavitaria la balanza de Comercio Exterior.Esto es para controlar pero el problema es que es arbitrario, no hay una pauta. ¿Si quiero importar libros, puedo hacerlo? Podría haber una resolución que diga 'ustedes para importar libros, tienen que cumplir estos requisitos'.No hay nada de eso, uno presenta la declaración y debe esperar, no existen elementos para que se pueda saber de antemano.Ante esta situación las empresas tratan de anticipar sus importaciones, más de las que necesitan, a los efectos de no ver trabadas su producción o su actividad comercial.Movimiento en la zonaEl dirigente señaló que "en los últimos 15/20 días ha habido demoras y restricciones que no había en principio, sobre todo para las importaciones que se tramitan por esta aduana".- ¿Qué se importa por Gualeguaychú?Carne, restos de papel para reciclar, es muy variada la importación pero no hay grandes cantidades de productos primarios porque todos esos terminan en Buenos Aires, se importan por el puerto de la Capital para distribuirse a todo el país.Esta es una aduana que tiene mucha exportación donde no hay problema en lo que no es granel. Todo lo que es granel y producto refrigerado desde el año pasado están obligados a exportar desde planta, es decir, desde el lugar donde se produce.Para muchas fue imposible porque debieron incorporar cámaras de filmación, lugares específicos y otras exigencias. Los altos costos impidieron que siguieran vendiendo al exterior.Por otra parte, Drabble señaló que "el control de las importaciones no es ni bueno ni malo, es una herramienta que puede ser favorable o desfavorable. En muchos casos se puede sustituir por productos nacionales pero no todo lo que se importa se produce en Argentina, como los medicamentos".-¿Qué otra dificultad detectan las Cámaras?En los encuentros que mantenemos en la Federación de Cámaras del Interior de la República Argentina se escuchan planteos de empresarios que venden mucho al extranjero pero que requieren, a veces, un solo elemento de afuera para terminar el producto y hoy no lo consiguen.Por ejemplo, una empresa de Santa Fe que produce un sistema de ordeñe automático que exporta a todo el mundo, se destaca en su calidad por un tablero Semens de Alemania con el cual maneja todo en el tambo de extracción. Tiene un producto que es más caro que el resto del mundo pero lo logra colocar por esa diferencia de calidad. Hoy no puede exportar porque no le dejan ingresar dicho tablero, así no se puede.-¿La autoridad lo sabe?Estimo que sí, lo saben porque además no es ningún secreto, son casos concretos que salen en los diarios. Muchas de estas situaciones las he conocido por haber estado con gente de todo el país que trasmiten estas realidades en las reuniones.Precisó que "Gualeguaychú se verá afectado como todo el país pero, no hay que ser alarmista. Por ejemplo, los medicamentos no ingresan por esta aduana. Hay otro tipo de actividades relacionada con Uruguay y que va de este país a Chile"."Productos en containers"Rubros como el mobiliario de cocina o regalaría, también están afectados por las restricciones impuestas. Gabriela De la Torre, propietaria de Diseño Uno, contó que "el problema se va ampliando día a día. Normalmente, vamos y hacemos el pedido al importador o vía internet. Ahora se cierran las páginas".Esto ocurre "porque no les liberan los containers y no tienen mercadería. Cuando dan la fecha de entrega estimativamente, liberan las páginas 24 ó 48 horas para que hagamos pedidos. Pero nos encontramos con un precio superior del 20 ó 30% de diferencia. Un negocio que está lleno de artículos chicos como me pasa a mí, ¿cómo hacés?, lo que vendés no te alcanza para reponer".Consideró que en la actualidad el rubro que más le conviene trabajar es el de las carteras porque se utilizan cueros nacionales. "Hay problemas con lo que es herrajes para cueros y tratamientos de tintura".Con respecto a los amoblamientos, dijo sentirse "muy preocupada; yo los fabrico, compro herrajes al por mayor directamente a los importadores pero ahora no hay nada".Consideró "entendible que se quiera desarrollar la industria nacional pero yo, como pequeña industria, el gobierno no me da ningún apoyo para desarrollar mi producto. Si voy a pedir un crédito olvidate, si voy a pedir algo no hay, no tenés ningún apoyo del gobierno para la pequeña empresa".Gabriela De la Torre puntualizó que "la calidad de producto de los herrajes nacionales es malo, no funcionan como corresponde. Nuestra industria es muy pobre, lamentablemente, en algunos rubros. Frente a esta realidad el cliente se tiene que adaptar al igual que los comerciantes, no hay otra opción para trabajar que con productos nacionales, por el momento".El impacto en el sector odontológicoEl cierre de las importaciones persigue la finalidad de fomentar el mercado nacional. De todos modos, algunos sectores aseguran que muchos de sus productos de mayor necesidad no están disponibles en nuestro país, por lo que sufren complicaciones a la hora de trabajar.En el caso de los odontólogos, son muchos los productos que vienen desde otros países. En este sentido, el odontólogo Wilber Sanguinetti dialogó con elDía y explicó que "de a poco nos ha ido afectando porque los productos odontológicos de mejor calidad, desgraciadamente son importados, y digo desgraciadamente porque a todos nos gustaría ser nacionalistas y que los mejores productos sean argentinos, pero la mayoría son importados"."Todos los productos que son para restauración, impresión y prótesis, son importados", informó Sanguinetti, por lo que deben "en algunos casos reemplazar un producto por otro, tratando de mantener relativamente la calidad o mejorarla".Al respecto manifestó que tratan de "lograr un equilibrio y reemplazar el producto por uno nacional, en lo posible, que tenga los mejores resultados aunque con algunos es difícil".Sin buenos resultadosRespecto a los productos que se encuentran en el mercado nacional actualmente, el odontólogo expresó que "hay productos nacionales que no dan buenos resultados en las restauraciones. Entonces, cuando reemplazamos un producto importado por uno nacional, uno puede llegar a bajar la calidad".Por otra parte manifestó que sólo en algunos casos "conseguimos algunas marcas porque los grandes laboratorios se han abastecido bien y nos proveen de los productos extranjeros, pero hay algunas cosas que es difícil conseguirlas o hay que esperarlas".En cuanto a la oferta de marcas y productos nacionales, "es medio corto el abanico con el que trabajamos, no hay una amplia gama", aseguró.Además, otro de los puntos donde se observa el impacto del cierre de las importaciones, es en la reparación de algunas máquinas de primera necesidad para el trabajo odontológico: "en diciembre pasado se nos rompió un equipo que es nacional pero tiene muchos componentes que son importados. No conseguíamos el repuesto, hasta que nos trajeron el equipo armado después de seis meses. Es decir, la empresa que fabrica estos equipos es nacional, pero todas las autopartes son importadas, por lo que acá sólo se hace el ensamble del producto".Dificultades con la anestesiaRespecto a la compra de la anestesia, Wilber Sanguinetti aseguró que "tenemos dificultades, porque antes trabajábamos con una marca que era muy buena y ahora hemos tenido que reemplazarla por otra marca que también es buena y es nacional, pero tiene algunos químicos y componentes que son importados desde Brasil por lo que también se complica conseguirla".Además, resaltó que por la misma carencia del producto en el mercado, "los precios han aumento porque muchos aprovechan la oportunidad". En este sentido, expresó que "hasta ahora estamos absorbiendo esa suba en un 60 o 70% porque es muy difícil pasarle ese incremento al paciente porque sino tienen que pagar una restauración a un precio inaccesible".En tanto, se refirió a la calidad de las agujas para colocar la anestesia. Al respecto comentó que "son de Japón y son de mejor calidad que las nacionales porque tienen más filo y son más finas. Entonces nosotros tenemos que reemplazar ese producto por uno que tal vez no sea el mejor y eso le quita excelencia al trabajo que uno pretende que sea el mejor"."Los laboratorios se debieron adaptar a la nueva forma de comercialización"El tesorero del Círculo de Farmacéuticos de Gualeguaychú, Julio Rodríguez, responsable de la Farmacia San José, con muchos años de trayectoria en la ciudad, contó lo que ocurre en el rubro tras la política impuesta por la Secretaría de Comercio de la Nación."Un laboratorio, para producir determinado medicamento, necesita tanto las droga base como la droga activa, cápsulas, envases, todo lo que sea. En caso de requerir algo que no se produce en el país, se eleva a la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (A.N.M.A.T) la cual daba la autorización, en dos o tres días se liberaba la autorización y el laboratorio pasaba directamente el pedido a la tramitación aduanera", indicó Rodríguez."A partir de que se producen las restricciones por parte de la Secretaría de Comercio, el laboratorio tiene que adosar un paso más. Además de pedir la autorización de todos los papeles o el trámite al A.N.M.A.T, hay que autorizarlo por la Secretaría de Comercio", explicó."Ese pase desde el laboratorio, una vez autorizado por la A.N.M.A.T, no dificultó pero sí atrasó a los laboratorios todos los tiempos de producción, entonces los laboratorios se tuvieron que adaptar a esta nueva modalidad. No hubo ningún impedimento por parte de la Secretaría de Comercio de que los laboratorios adquiriesen las drogas o los productos que tenían que ser importados pero si se tuvieron que adaptar a la nueva comercialización", reveló el farmacéutico.Rodríguez informó que esta reacomodación en los tiempos duró aproximadamente dos meses, hasta que los laboratorios se adaptaron al nuevo mecanismo y empezaron a elaborar las drogas de esta manera."No es frecuente pero periódicamente es común que los laboratorios reestructuren toda su elaboración y se unifiquen con otro laboratorio o le den parte de su producción a otro, entonces hubo productos como el Rivotril o el Lexotanil, que son de mucha salida, no se elaboraban", contó el reconocido farmacéutico.Agregó que esta situación hizo que en las farmacias los adquirentes de estos productos sintieran la escasez de los mismos, pero todo se pudo suplir porque la nueva normativa estatal señala que el farmacéutico puede sustituir por otro laboratorio el remedio que el médico prescribió, siempre que contenga la misma droga con la misma concentración."También hay que decir que el paciente es muy dependiente de la palabra de su médico, porque es en quien confía, entonces si el médico te receta un producto "A", muchos vienen buscando ese producto, yo te puedo decir que el "B" es igual o es lo mismo, pero muchos no quieren", comentó.Respecto a un encarecimiento de los precios, Rodríguez aclaró que no han sufrido aumentos tan grandes como en otras épocas, aunque si tienen su proceso de adaptación al costo de vida por la inflación."Todos los laboratorios han normalizado su producción, no hay un producto que está en falta por la nueva comercialización, si está en falta es porque el laboratorio por ahí no puede conseguir la droga o porque podría haber especulaciones", puntualizó.Asociación Internacional de Editores exige levantar restriccionesLa restricción al ingreso de bienes de origen extranjero avanza con fuerza sobre los libros, las revistas y todo material impreso, desde folletos hasta cajas de cartón corrugado y etiquetas.A tal punto que la costumbre de traer por courier (prestador de correo expreso por vía aérea) un libro comprado por Internet, por ejemplo, se verá afectada de manera sustancial: ya no llegará a la puerta de un domicilio, sino que habrá que ir personalmente a Ezeiza, al área de cargas, buscar la ventanilla de "Particulares", y retirarlo allí.Las restricciones generaron que la Asociación Internacional de Editores, acusara a la presidenta Cristina Fernández, de limitar la libertad de publicación y expresión.En una misiva enviada a la mandataria, los editores nucleados en la asociación refieren a los "efectos nocivos" que los reglamentos, resoluciones y decretos que restringen las importaciones están teniendo sobre "importantes derechos humanos de los argentinos".Enfatizan en tal sentido que las restricciones están "debilitando la libre circulación de los bienes culturales", así como trabajos políticos y educativos. "Hacemos un llamamiento a su gobierno para que excluya a los libros y material conexo de importación, de las restricciones a fin de garantizar la libertad de publicación y expresión en Argentina".La Unión Internacional de Editores, que nuclear 60 asociaciones nacionales y regionales, con un nivel de ventas anuales oscilantes en los 112 millones de euros.Los editores afirman que "existe alarma mundial" por quejas e informes sobre los problemas que cada día en mayor grado se enfrentan para colocar producción impresa en el país latinoamericano.Los denunciantes aseguran que en estos momentos los lectores argentinos están seriamente restringidos de acceder a literatura extranjera, publicaciones científicas, y libros de texto que van de lo escolar a lo universitario."A largo plazo estas restricciones tendrán impacto perjudicial sobre todos los aspectos de la vida cultura, social y económica argentina", señaló el secretario general de la asociación Jens Bammel, según reprodujo La Red21.Giorgi defendió la medidaPor su parte, la ministra de Industria, Débora Giorgi, defendió los mayores controles a las importaciones de libros y afirmó que el sector está preparado para abastecer al mercado local y dar un salto exportador."Las medidas de protección de los consumidores, como la reciente limitación a la importación de libros impresos con tintas que contienen niveles de plomo por encima de lo permitido, apunta a asegurar la salubridad de los productos comercializados y, simultáneamente, implica equilibrar las condiciones de competencia con los productos hechos en países donde no se cumplen estas normas", justificó.Según reprodujo la agencia DyN, Giorgi argumentó que "una fuerte industria gráfica nacional es la garantía para que los jóvenes autores argentinos puedan publicar sus obras que son ignoradas por las grandes editoriales multinacionales". Además, la funcionaria aseguró que si se sustituyen importaciones el sector puede crear aproximadamente 5.000 nuevos puestos de trabajo.La ministra indicó en un comunicado que se consumen en Argentina 90 millones de libros por año, de los cuales 30 millones son de manufactura nacional, lo que implicó importaciones por 122 millones de dólares en 2011. "El sector gráfico tiene la competitividad necesaria para abastecer al mercado local y convertirse en exportador", aseveró.Giorgi destacó que el gobierno defiende "el trabajo nacional de la competencia desleal de centros de impresión que se han establecido en países en los que se producen libros bajo sistemas de dumping social y ambiental"."Las dificultades de las editoriales locales frente a las internacionales limita la edición e impresión de autores de bajos volúmenes y, fundamentalmente, de autores nuevos, con lo que directamente se afecta la creación cultural argentina tanto desde el punto de vista del acceso de los escritores como del acceso de los consumidores a los nuevos autores", planteó.Según detalló, la industria gráfica argentina está integrada por aproximadamente 7.000 empresas que emplean a 60.000 personas e invirtió en los últimos ocho años 760 millones de dólares. De este conjunto, precisó que, aproximadamente 25.000 personas trabajan en empresas que imprimen o pueden imprimir libros.
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