La Fiscalía brindó argumentos sobre la diferencia de vida que tuvo Ernesto Jesús Silva y a su hija, Luana Ludmila Silva, de la noche a la mañana, luego de transcurrido el robo en "Las Tres J". Los defensores apuntaron a que todo se trata de una acusación "clasista" y "discriminatoria"; y que hay una "orfandad probatoria". El 18 se conocerá el veredicto.
Carlos Riera En la noche del martes 12 de julio de 2016, dos delincuentes treparon el tapial del inmueble ubicado en San Juan casi Primera Junta, subieron al techo y de allí se lanzaron hacia un patio. Ingresaron a un galpón situado en el fondo del terreno y rompieron el frente de una caja fuerte empotrada al piso. De allí extrajeron 1.000.000 de pesos en fajos de billetes de 10 mil.El delito quedó grabado en las cámaras de seguridad, pero por la falta de definición del sistema y la oscuridad de la noche, no se pudo identificar los rostros de los responsables que escaparon sosteniendo el botín con las dos manos, como si se tratara de algo muy pesado.¿Cómo se llegó a los Silva? Ernesto Jesús, de 39 años, y su hija Luana Ludmila, de 19 años, realizaron compras el 13 de julio que llamaron la atención de todos. El padre puso a nombre de su hija para "eludir el pago de la cuota alimentaria" un Renault Clio por el que pagó 70 mil pesos en efectivo. Ese mismo día fueron hasta Casa Pardo en Concepción del Uruguay y compraron 39.500 pesos en todo tipo de electrodomésticos y enseres, que no llegaron a ser remitidos a Gualeguaychú porque se puso en alerta a la Policía.Esto originó allanamientos y secuestros en la casa de los Silva en el barrio Totó Irigoyen y desde entonces están imputados, el padre por robo agravado por escalamiento y su hija por el delito de encubrimiento. Los alegatosLa última audiencia del juicio que se le sigue a padre e hija ocurrió ayer por la mañana, en donde se escucharon los alegatos de las partes y los pedidos de pena por parte de la fiscalía y querella.Lisandro Beherán, acompañado de Lucrecia Lizzi, reafirmó la acusación y si bien dijo que no existen pruebas directas del hecho contra Silva porque no fue atrapado en el momento, indicó que si hay pruebas indiciarias de donde puede inferirse un grado de certeza suficiente para imputarlos.Relató que muy pocos sabían sobre la caja empotrada al piso, sólo los dueños, el que la colocó y su ayudante, un primo de Silva. También recordó el mensaje que le envió su ex mujer, madre de su hija, descubierto en el teléfono del acusado, que decía: "Cuando leí la noticia en el diario me acorde de tus planes". Además, el Fiscal remarcó la coincidencia en la vestimenta secuestrada en la casa de Silva con la que se ve en el video del robo y de la casa de electrodomésticos en Concepción del Uruguay. "Silva se levantó y se puso la misma ropa con la que robó el millón de pesos la noche antes".Además, se hizo hincapié en "el llamativo cambio de vida de la noche a la mañana". Compró un Clio de 70 mil pesos en efectivo el 13 de junio a la mañana, es decir al otro día, que "lo pone a nombre de su hija para eludir el pago de cuota alimentaria", indicó Beherán. Y enumeró que ese mismo día acudió compró 39.500 pesos en Casa Pardo y el 14 de junio compró vestimenta en el centro de Gualeguaychú por 11 mil pesos."El 12 dejó de trabajar. El 13 envió certificado médico por dolencia física y ese mismo día es filmado comprando en Concepción", manifestó el fiscal y recordó que en su trabajo cobraba entre 5 y 6 mil pesos quincenales."Fuiste vos y tu bandita el que robó la caja fuerte cerca de mi trabajo", dice otro de los mensajes descubiertos en el teléfono de Silva, pero en cada uno de ellos la respuesta del imputado era negativa. Nunca asumió la responsabilidad más allá de las acusaciones de su ex pareja.Beherán pidió una pena de 4 años y 4 meses de prisión efectiva considerando los antecedentes condenatorios de Silva, mientras que para su hija requirió 9 meses de prisión condicional. El querellante José Morrison fue más duro en su reclamo a la Justicia: solicitó 7 años para el padre y 2 años para la joven de 19 años. Además, para ella demandó un tratamiento especial para que entienda la criminalidad del hecho y para que esto no lo repita. "Clasista" y "discriminatoria"Los defensores, Víctor Rebossio por parte de la joven y Pablo Di Lollo en nombre del padre, apelaron a que todo se trata de una acusación sin fundamento, "clasista" y "discriminatoria". Di Lollo aseguró que silva nada tiene que ver con el hecho y que la acusación se basó en conjeturas y que no se logró acreditar las proposiciones fácticas. "Si vamos a condenar personas por el parecido de una campera o de unas zapatillas estamos en el horno como sociedad, porque nadie está exento a que esto le ocurra"."Se ha hecho una valoración discriminatoria por parte del fiscal, como que por ser personas humildes no pueden ahorrar", mencionó el defensor de Ernesto Jesús, y agregó que "hay una orfandad probatoria en todos lados y el nexo causal material no está probado".Ambas defensas solicitaron la absolución y Di Lollo dejó planteada la reserva para recurrir a casación en caso de ser necesario.
