Saber leer la realidad
Los docentes llevamos unos cuantos años en esta lucha de que no claudica, soñando con una escuela pública y mejores salarios para los trabajadores de la educación; con mejores edificios escolares, sin humedad, sin goteras,calefaccionados con reparaciones a tiempo, con ampliaciones planificadas según la necesidad de la comunidad, con la cantidad de cargos necesarios, con la red de luz en condiciones, con comedores escolares que no estén sometidos al malabarismo de los directores de Escuela para que la plata alcance, con niños bien alimentados y abrigados, con transportes escolares rurales con pagos actualizados, con partidas de dinero acorde a la necesidad de la comunidad escolar y enviada mes a mes y podríamos seguir enumerando cuestiones pendientes de condiciones laborales.Realidad que de tenerla resuelta entusiasma y garantiza una buena asistencia y permanencia en la escuela. Objetivo básico de cualquier estado responsable que apuesta a la educación como mecanismo de superación y crecimiento de una comunidad por pequeña que sea.Son estas y muchas cuestiones más las que nos movilizan a los trabajadores de la educación de Entre Ríos que en el derecho de estar agremiados -en este caso al AGMER- ponemos en funcionamiento lo que para nosotros es una práctica de siempre: la democracia institucional. Decidimos nuestra acciones en asambleas en las escuela, luego en las seccionales (17) para confluir en el Congreso provincial que define acciones por mayoría, respetando cada congresal el mandato que lleva de sus bases, (y si así no se hiciere esta reglamentado como proceder para juzgar la acción de los compañeros) para todos los afiliados de la provincia; y es así que llegamos a una medida de acción directa: PARO. Claro está que tenemos la obligación de pensar la mejor estrategia que facilite los mejores logros para los compañeros.Llegada la ejecución de la medida de PARO la realidad comienza a medirse en números como que eso estuviera indicando conformidad o no con unos u otros. Si hay mucha adhesión gana el gremio, si hay mucho presentismo gana el gobierno; quizás sean mediciones que tengamos que corregir para no conformarnos con cuantos y cuantos sino para saber en realidad que es lo que atraviesa el pensamiento de muchos compañeros trabajadores de la Educación agremiados o no.Pero hoy por hoy es bueno observar y dejar en claro que los números presentismo o ausentismo no muestran categóricamente la situación emocional de los compañeros docentes, puesto que hay condicionantes o limitantes que influyen notablemente en las decisiones.Quienes militamos en AGMER desde hace algunos añitos sabemos que frentes de lucha siempre hay que, que logros hemos cosechado, que siempre hay chisporroteos con la patronal a veces hasta incendios y en ese contexto nos hemos enfrentados a patrones diversos y cada uno con sus características algunos para recordar y que no vuelvan, otros que pasaron sin ton ni son, y el actual que se caracteriza por su accionar disciplinador, generando legislación de control y temor frente a decisiones autónomas y colectivas.Recalcando al mismo tiempo su respeto por los derechos de los trabajadores todos al no condicionar el ejercicio del derecho de huelga pero descontando el día "NO TRABAJADO" lo que pone en contradicción su acción de gobierno.Y es aquí cuando los trabajadores de la Educación, al ejercer el derecho constitucional de huelga, nos sentimos condicionados por lo que significan los descuentos en el sueldo. Imagínense un descuento de $700 en un sueldo de $2300 (de un total de 30.000 docentes unos 16.000 están en esa franja), en muchos casos sostén de familia, pagando alimentos, alquiler, hijos estudiando, etc.Vaya si es un condicionante el descuento para estar manifestándose a través de un PARO, por ello sin soberbias se debe leer que si bien hay un % presentismo en las escuelas no significa ni conformidad, ni resignación, ni sumisión, ni adhesión a un forma de hacer política todo lo contrario; existe el malestar, la disconformidad, el espíritu de lucha y ganas de luchar. Solo que -como lo planteamos- hay una gran presión que son las directivas para informar y cargar en el sistema los paros lo que tiene como consecuencia el descuento en el sueldo. Por Oscar ÁvilaOpinión
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