San Martín, masónico
La formación de las logias masónicas en Europa y América fue anterior al período de actuación política y militar de José de San Martín en suelo continental.Por Lic. Marcos HenchozEn 1797, el venezolano Francisco de Miranda fundó la Gran Reunión Americana. Era una logia para la organización ideológica y política de la lucha emancipadora. Esta logia funcionaba en Londres y desde allí se reclutaban los legionarios para avanzar en las ideas libertarias de América. Sin dudas que los movimientos surgidos en Bogotá, Caracas, Buenos Aires y Santiago en 1810 se vinculaban con sus preceptos.En contra de lo que se puede creer, la masonería propiamente dicha no se introdujo en los países hispanoamericanos hasta bien entrado el siglo XIX. Con toda probabilidad este hecho aconteció después de que se consiguiera la independencia de España. Aún así, la presencia de logias en estos países a finales del siglo XVIII, solo merece la consideración de casos aislados, nunca circunscritos a una organización debidamente establecida (1). La importancia de las logiasLas logias jugaron un rol desencadenante en la Revolución de Mayo y principalmente durante el proceso independentista de Sudamérica.En 1812 se creó en Buenos Aires la Logia Lautaro; en 1856 la Unión del Plata, en la que participó Domingo Faustino Sarmiento mientras que las del Supremo Consejo y Gran Oriente Argentino se crearon en 1858. José de San Martín y Simón Bolívar posiblemente se conocieron en Cádiz; lugar donde funcionaba la logia "Caballeros Racionales" cuya actividad estaba destinada a conjugar voluntades en pro de la independencia de sus países de origen. El primero estuvo hasta septiembre de 1811 en esa ciudad en carácter de militar y luego partió hacia Londres, y; el segundo lo hizo en entre 1803 y 1804. A esta logia la conformaban Mariano Moreno, Carlos María de Alvear, Juan Martín de Pueyrredón, Juan José Lezica, Bernardo Monteagudo, Nicolás Rodríguez Peña, José Matías Zapiola, Bernardo de O'Higgins y José Antonio Álvarez Condarco, entre otros (2). Las logias lautarinasLas Lautarinas fueron logias masónicas operativas no en el sentido tradicional del término, sino con objetivos revolucionarios, además de simbólicas. San Martín fue iniciado masón en la Logia Integridad de Cádiz y de allí pasó a la Logia Caballeros Racionales N° 3, donde recibió el Tercer Grado de la masonería simbólica, el de Maestro Masón, el 6 de mayo de 1808. Posteriormente fundó con Alvear la Logia Caballeros Racionales N° 7 (3). Si bien son logias de influencia masónica, las mismas eran operativas, con lo cual podían salirse del ritualismo y concentrarse en los objetivos específicos establecidos.Además, como comenta el gran maestro José Stevenson Collante -fundador de la la Gran Logia del Norte de Colombia-, durante el proceso revolucionario, los miembros de la masonería tenían doble investidura, participaban en Logias Regulares Universales y de Logias Operativas de carácter patriótico para la revolución americana (4).Ahora bien, diferentes historiadores que estudiaron en profundidad esta temática, tales como el Coronel Leopoldo de la Academia Sanmartiniana, Patricio Maguire y Norberto Chindemi sostienen que no es posible probar el masonismo de la Logia Lautaro o San Martín debido a que su nombre no está registrado en ninguna de las logias centrales europeas de las que dependían las americanas, en cuyos archivos, tendrían que estar registradas tanto las logias como sus integrantes o, por lo menos, sus fundadores, como lo establecen los requisitos de la masonería mundial. La Lautaro en Buenos AiresEn 1811 se creó la Logia Lautaro en Cádiz, España. Al año siguiente, San Martín, Alvear, Julián Álvarez y Zapiola la crearon en Buenos Aires. Además de los ya mencionados, se le sumaron Gervasio Posadas, Tomás Guido, Ignacio Álvarez Jonte, entre otros.Aunque los procedimientos estaban tomados de la masonería no tuvieron vinculación aún cuando llegaron a utilizar sus propias simbologías. Fue una entidad eminentemente secreta y política-militar. Una vez creada se sumaron cofrades de otras logias. El regreso de estos hombres al Río de Plata tenía con claridad el plan independentista sudamericano. Algunos de su miembros, tal el caso de Alvear, no respetaron el plan ideado y se entremezclaron con la vida política interna. San Martín asumió la responsabilidad del comando de la entidad. Tenía como objetivo principal luchar para lograr la independencia continental, triunfando en el plano militar, y haciendo que la política siguiera ese objetivo básico. El juramento lautarinoA través de un manuscrito de O'Higgins se logró conocer la Constitución Matriz de la Logia Lautaro. De ella se desprende una severidad de conducta y un espíritu de subordinación de los lautarinos a las disposiciones de la Logia, que aseguraba la eficacia operativa de la entidad. El artículo 15° es bien claro: las determinaciones tenían que ser sostenidas "a riesgo de la vida". Eso era algo más que una expresión retórica. Era un compromiso categórico adquirido bajo solemne juramento. Por eso mismo la segunda ley penal consideraba "reo de muerte" al infidente. El apoyo mutuo y la acción conjunta apuntaban a obtener todos los resortes del poder, con el objeto de lograr el fin supremo que se habían propuesto, es decir, la independencia continental. En ninguna parte se dice, ni se insinúa siquiera, cuál sería el régimen de gobierno que habría de auspiciarse. La Logia Lautaro entendía que, ante todo, debía triunfar la revolución en el plano militar, eliminando la resistencia de los sarracenos. A la política le correspondería estar al servicio de ese objetivo básico, y por eso mismo la Logia sería quien manejaría todos los resortes del poder. Después, cuando la paz interior lo permitiera, se discutirían las formas institucionales más convenientes conforme al pronunciamiento popular (5).En efecto, tuvo una activa participación durante el Congreso de Tucumán e influencia en la política rioplatense llegando a su punto más alto cuando desplazó al Primer Triunvirato y nombró al Segundo y a los Directores Supremos, Gervasio Posadas, Carlos Alvear y Juan Martín de Pueyrredón.La Logia fue disuelta en el año 1820 por diferencias políticas entre el Directorio porteño y el general San Martín. El gobierno encargó a San Martín, mientras éste se encontraba preparando la expedición al Perú, marchar con su ejército contra tropas de los caudillos federales, sublevados en el litoral del país. Pero San Martín se negó, aduciendo a que no toleraría el "derramamiento de sangre entre hermanos" según sus palabras (6). Notas:(1) GARCIA LEON José María: La masonería gaditana desde sus orígenes hasta 1833. Quórum Libros Editores, Madrid, 1993.(2) ROJAS Ricardo: El Santo de la Espada. Editorial Campano, Buenos Aires, 1970.(3) Fenixnews -sumario de noticias masónicas del mundo- http://fenix137rls.blogspot.com.ar/2007/06/apuntes-de-la-logia-lautaro-y-la.html(4) Centro de Estudios para la Gran Reunión Americana. http://www.cegra.org.ar/Proyecto.php(5) VICUÑA MACKENNA Benjamín: El Ostracismo del General Bernardo de O'Higgins. Valparaíso, Chile, 186. En www.historiadelpais.com.ar(6) AGUILAR M. S. SILVA Roberto: La Masonería y la Inquisición en América. Academia Masónica de Letras de Mato Grosso do Sul, Corumbá, Brasil.
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