San Martín y San Lorenzo, base de la historia
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El legado de una tierra directamente emparentada con el Padre de la Patria, una ciudad de neto corte Sanmartiniano que encierra en su historia el bautismo de fuego de un ejército que posteriormente liberaría a medio continente: San Lorenzo. Alejandro Perea*Especial para ElDía San Lorenzo es una ciudad ubicada a la vera del río Paraná, cabecera del Departamento homónimo y que tiene la particularidad de no tener una fecha cierta de fundación, por lo que en 1984, el Concejo Municipal, decide fijar el 6 de Mayo 1796, fecha en que los frailes franciscanos llegaron al lugar, prosiguieron con la construcción del Convento San Carlos y comenzaron con la misión evangelización de la zona, como hito fundacional. EL CONVENTO DE SAN CARLOS BORROMEO Su construcción comenzó en 1792 para reemplazar a la Estancia San Miguel del Carcarañal, ubicada sobre el río Carcarañá y ocupada por los Jesuitas hasta su expulsión de España y todas sus colonias en América en Octubre de 1768. Los Franciscanos, herederos de los Jesuitas, ocuparon la estancia y años después comenzaron a levantar el Convento en las proximidades de la desembocadura del Arroyo San Lorenzo y a las barrancas del Paraná, donde por entonces unos pocos ranchos constituían la población integrada por la familia del puestero de la estancia y la de otros peones.En 1796 se decide el traslado de la Orden Franciscana a la nueva construcción de estilo colonial. En 1807 comenzaron las obras de la iglesia, hoy conocida con el nombre de "San Lorenzo Mártir", mientras que en 1810 después de la Revolución de Mayo, se instaló en una de sus habitaciones la "Primera Escuela Pública" del país, el Colegio San Carlos.Por ley n° 12.648 del 2 de octubre de 1940 fueron declarados Monumento Histórico Nacional el convento y el campo contiguo, al que se lo denomina "Campo de la Gloria", en honor y referencia al Combate de San Lorenzo, aunque no fue ese el lugar exacto de la contienda. EL COMBATE DE SAN LORENZOLa historia da cuenta que por aquellos años el Virreinato del Río de la Plata había sentado su base más importante sobre el Atlántico Sur en Montevideo. Las tropas españolas estaban sitiadas por tierra por los ejércitos comandados por José Rondeau al que se le sumaría más tarde José Gervasio de Artigas con sus hombres. El único camino que tenían los realistas para abastecerse era a través del mar o remontando el Río de la Plata saqueando poblaciones ribereñas.Anoticiado de que una escuadra hostil, frecuentemente subía hacia el norte por las aguas del Paraná buscando ganado para robar, el coronel de caballería José de San Martín, seguía por tierra a los invasores. Informado de las características del lugar, el joven coronel intuyó que el ataque sería en San Lorenzo, por lo que apuro el paso de la tropa llegando a la Posta del Espinillo o Posta de San Lorenzo (hoy la ciudad de Capitán Bermúdez), el 2 de Febrero de 1813. Tras cambiar los caballos prosiguió su marcha hasta el Convento de San Carlos, donde suponía que sería el desembarco de las tropas al mando del comandante español, Antonio Zabala. Una vez llegado al Convento, San Martín puso al tanto de la situación al superior de los frailes franciscanos, Fray Pedro García, y con la anuencia del religioso ocultó a sus hombres tras los muros.San Martín contaba con 125 granaderos y 55 milicianos, mientras que los españoles sumaban 250 hombres y 2 cañones. El coronel planificó la batalla mientras observaba los movimientos de los realistas desde La Espadaña, por aquellos tiempos el lugar más elevado de la estructura conventual.Con las primeras luces del 3 de Febrero de 1813, los españoles desembarcaron para atacar el Convento, suponiendo que en el lugar estaban depositados los principales bienes de la zona. San Martín los dejó avanzar hasta que todos estuvieron en tierra para posteriormente atacarlos con dos columnas de 60 jinetes cada una, la primera al mando del propio San Martín, mientras que la restante la encabezaba el capitán uruguayo, Justo Germán Bermúdez. Las formaciones partieron una por cada lado del Convento, sorprendiendo y rodeando a la horda realista. La columna de San Martín entró minutos antes en combate y la llegada, minutos más tarde de los hombres de Bermúdez, impidió que los invasores pudieran reorganizarse. Los españoles lograron defenderse durante un corto lapso de tiempo. Durante los 15 minutos que duró la batalla una bala hirió al caballo de San Martín que en su caída apretó una de sus piernas, un soldado español a punto estuvo de darle muerte con su bayoneta pero el cuerpo del soldado, Juan Bautista Cabral se interpuso entre el filo del arma y la humanidad del coronel. Herido de muerte, Cabral mata a su agresor y logra liberar a San Martín. Los realistas huyeron apresuradamente arrojándose desde las altas barrancas sanlorencinas a las aguas del Paraná, donde muchos perecieron ahogados.El saldo de la contienda bélica dejo 14 muertos más dos que perecieron días después y 22 heridos dentro de las filas patriotas, en tanto por el lado de las fuerzas invasoras se contabilizaron 40 muertos y 14 heridos y prisioneros.La Historia Argentina siempre recordará los nombres de los puntanos Juanario Luna, José Gregorio Franco y Basilio Bustos; los correntinos Juan Bautista Cabral y Feliciano Silva; los santiagueños Ramón Saavedra y Blas Vargas; los riojanos Ramón Amador y Domingo Soriano; los cordobeses José Márquez y José Manuel Díaz; el bonaerense Juan Mateo Gelvez; el francés Domingo Porteau; el chileno Julián Alzugaray; a quienes deben agregarse el Capitán Justo Germán Bermúdez, nacido en Montevideo, que falleciera 14 días después y el Teniente Manuel Díaz Vélez, nacido en Buenos Aires, que falleció el 20 de mayo de 1813, ambos a consecuencia de las heridas recibidas en combate. PARTE DEL COMBATEHoras después de finalizado lo que a las postres sería la única batalla librada por San Martín en suelo argentino, el por entonces coronel de caballería redactaba bajo la sombra del Pino Histórico, el parte del combate que enviaría al Superior Gobierno Argentino."Exmo Señor. Tengo el honor de decir a V. E. que en el día 3 de febrero los granaderos de mi mando en su primer ensayo han agregado un nuevo triunfo á las armas de la patria. Los enemigos en número de 250 hombres desembarcaron a las 5 y media de la mañana en el puerto de S. Lorenzo, y se dirigieron sin oposición al colegio S. Carlos conforme al plan que tenían meditado en dos divisiones de a 60 hombres cada una, los ataques por derecha e izquierda, hicieron no obstante una esforzada resistencia sostenida por los fuegos de los buques, pero no capaz de contener el intrépido arrojo con que los granaderos cargaron sobre ellos sable en mano: al punto se replegaron en fuga a las bajadas dejando en el campo de batalla 40 muertos, 14 prisioneros de ellos, 12 heridos sin incluir los que se desplomaron, y llevaron consigo, que por los regueros de sangre, que se ven en las barrancas considero mayor número. Dos cañones, 40 fusiles, 4 bayonetas, y una bandera que pongo en manos de V. E. y la arrancó con la vida al abanderado el valiente oficial D. Hipólito Bouchard. De nuestra parte se han perdido 26 hombres, 6 muertos, y los demás heridos, de este número son: el capitán D. Justo Bermúdez, y el teniente Manuel Díaz Vélez, que avanzándose con energía hasta el borde de la barranca cayó este recomendable oficial en manos del enemigo.El valor e intrepidez que han manifestado la oficialidad y tropa de mi mando los hace acreedores a los respetos de la patria, y atenciones de V. E.; cuento entre estos al esforzado y benemérito párroco Dr. Julián Navarro, que se presentó con valor animando con su voz, y suministrando los auxilios espirituales en el campo de batalla: igualmente lo han contraído los oficiales voluntarios D. Vicente Mármol, y D. Julián Cervera, que á la par de los míos permanecieron con denuedo en todos los peligros. Seguramente el valor e intrepidez de mis granaderos hubieran terminado en este día de un solo golpe las invasiones de los enemigos en las costas del Paraná, si la proximidad de las bajadas no hubiera protegido su fuga, pero me arrojo a pronosticar sin temor que este escarmiento será un principio para que los enemigos no vuelvan a inquietar a estos pacíficos moradores".Dios guarde a V. E. muchos años. San Lorenzo febrero 3 de 1813.Coronel José de San Martín" *Periodista de San Lorenzo. Periódico "Sin Mordaza" de Santa Fe- Radio LT3 (Rosario) - Televisión Regional San Lorenzo - Radio City (Granadero Baigorria)
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