76 NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES BUSCAN UN HOGAR
Se presentaron 30 familias en la última convocatoria del año para ingresar al registro de adopción

Son todos grupos familiares de Entre Ríos que se mostraron interesados en adoptar a algunos de los 53 niños y niñas, la mayoría hermanos y mayores de 8 años, y 23 adolescentes que están a la espera. Este fue el primer acercamiento de los postulantes y la Ruaer, y el inicio de un proceso que llevará varios pasos y evaluaciones. La importancia de encontrar el vínculo adecuado para cada uno de los adoptantes.
Por Amílcar Nani
A principio de mes, el Gobierno de Entre Ríos abrió la última convocatoria del año para personas residentes de la provincia que puedan presentarse e inscribirse y adoptar a unos 76 niños, niñas y adolescentes que se encuentran a la espera de integrarse a una familia
Según informó el Registro Único de Aspirantes con Fines Adoptivos entrerriano (Ruaer), la solicitud estará abierta hasta el lunes 27 de noviembre inclusive, y deberán tener en cuenta que habrá talleres y entrevistas en Entre Ríos para ser evaluados. Precisamente, el primero de ellos fue de manera virtual el jueves pasado, al cual se presentaron alrededor de 30 grupos familiares.
El Ruaer detalló que actualmente hay 53 niños y niñas de entre 0 y 12 años -la mayoría hermanos y mayores de 8 años-, y 23 adolescentes de entre 13 y 17 años, en proceso de búsqueda de familias.
Los menores se encuentran bajo el cuidado y responsabilidad del Consejo Provincial del Niño, el Adolescente y la Familia (Copnaf), en residencias socioeducativas, y los más pequeños están alojados en casas de familias de abrigo.
Sin embargo, el trámite de adopción enfrenta varios obstáculos que dificultan mucho que estos niños, niñas y adolescentes encuentren una familia: por un lado, el 85% de los postulantes quiere un bebé menor de 3 años, y la mayoría de los que están ahora en el sistema son grupos de hermanos, por lo cual achica el espectro ya que no todas las familias están dispuestas o pueden hacerse cargo de más de una persona.
“Es una realidad que es bastante difícil de cambiar porque socialmente está muy instalada la asociación de la filiación adoptiva con la filiación biológica. Es una tendencia que la mayoría de las postulaciones de los legajos en trámite tiene una disponibilidad o deseos de adoptar a niños de hasta 3 años de edad”, explicó a Ahora ElDía Silvana Spais, titular de la Ruaer.
“Esto contrasta con la realidad de estos 53 niños y niñas y 23 adolescentes de 13 años o más ya que la mayoría de ellos tiene 8 años de edad o más y muchos están dentro de un grupo de hermanos. Tenemos situaciones de grupos de hermanos que son numerosos, de cuatro o cinco integrantes, y también personas que presentan algún tipo de discapacidad”, agregó.
“La prioridad es que logremos dar con una familia que pueda alojar a todo el grupo fraterno. Hemos tenido situaciones de familias que han adoptado hasta cinco hermanos. Tenemos un montón de familias que han adoptado a grupos de tres niños o niñas. Frente a la imposibilidad de dar con una única familia que los pueda alojar a todos, entonces en esos casos lo que se prioriza son familias que realmente puedan sostener el vínculo fraterno entre ellos con mucha responsabilidad. A veces, por ejemplo, se procura que sean familias que vivan en localidades cercanas para que puedan hacer realidad esto del sostenimiento de los vínculos fraternos”, explicó.
En Entre Ríos, el promedio anual de juicios por adopciones que concluyen positivamente oscila entre los 40 y 50. Estas son la cantidad de sentencias anuales de niños que pasan a vivir con una familia adoptiva.
Lo cierto es que el objetivo a la hora de conformar un núcleo familiar adoptivo es importante poner énfasis en el vínculo que se debe conformar entre ambas partes. Esto lleva tiempo y esfuerzo. En el mejor de los casos, y si la vinculación es orgánica y natural, todo el proceso, desde el comienzo hasta el final puede tardar seis meses. Tiempo que para algunas familias puede parecer mucho o poco según su nivel de ansiedad, pero que para un niño, niña o adolescente esperando en el sistema también parece na eternidad, sobre todo cuando ven que sus posibilidades de encontrar una familia se achican a medida que pasan los años.
Mitos y realidades
A la hora de pensar en adoptar, son muchos los prejuicios que aparecen en el horizonte. Desde la dificultad, la burocracia y lo lejano en el tiempo que parece concretar el anhelo. Pero también hay un costado a desmitificar desde el lado de los que buscan adoptar, que son los motivos por los cuales alguien quiere hacerlo.
“La adopción está atravesada por muchos mitos y prejuicios, y algunos tienen que ver con esto de la asimilación de la filiación biológica. En otras palabras, los que buscan un bebé que no se pudo tener en forma biológica. Lo cierto es que la adopción es otra cosa: es la posibilidad de darle familia a aquellos niños niñas y adolescentes que no han podido ser cuidados por su familia de origen”, afirmó Spais.
“Después, por supuesto, está el tema de la burocracia, que es tal vez de los primeros que escuchamos y más instalado está. Se visualiza al proceso adoptivo como una burocracia estatal administrativa, como que el Estado tiene a los niños y no quiere entregarlos en adopción. Esa es la representación imaginaria, y esto, de alguna manera, lo que hace es invisibilizar la complejidad que atraviesan los procesos adoptivos”, adelantó.
“Si bien el proceso es un trámite administrativo, en realidad es mucho más que eso porque tiene que ver con una evaluación de si esa familia tiene capacidades o no para ser padres o madres, pero no padres o madres en general sino padres o madres adoptivos con las particularidades que el proceso adoptivo conlleva”, afirmó y agregó: “Esto requiere tiempos singulares porque hay que construir un montón de ideas de pensamientos que están muy fuertemente arraigados, como por ejemplo que solo con el amor se soluciona todo. En realidad, se requieren muchos recursos emocionales para poder llevar adelante un proceso de alojamiento de alguien que es totalmente ajeno a mí y que además ya tiene una familia. Esto que parece muy sencillo decirlo es súper complejo, porque puede hacer fracasar los procesos de vinculación si esto no está bien abordado”, concluyó.