Se reaviva la polémica por la tracción a sangre en la ciudad
Los carros se han multiplicado en la ciudad, aunque solo 80 están inscriptos. Viven de lo que recolectan en la calle y de lo que pueden recaudar como fletes de tracción a sangre. El oficialismo entiende que se trata de una cuestión social. Cambiemos presentó un proyecto donde se propone cambiar los caballos por motocarros.La problemática de los carros que transitan por las calles de la ciudad es centro de una polémica de nunca acabar. Muchos dicen que debe terminarse con la tracción a sangre por una cuestión de "bienestar animal y seguridad" y que los caballos deben ser reemplazados por motocarros, algo a lo que los carreros, en su gran mayoría, se oponen rotundamente.El Municipio a través de los concejales del oficialismo y de la oposición -con miradas diferentes- trabajan para tratar de encontrar un principio de solución a un tema candente que se reaviva cada vez que un caballo queda tirado en una calle producto de una larga jornada de trabajo y un alto grado de desnutrición, o cada vez que se registra un accidente con un carro como protagonista, o algún caballo suelto. "Prestamos un servicio que nadie quiere ver"Una de las personas que se gana la vida con su carro a escasos metros del arroyo Gaitán, habló con ElDía y expresó que "deberían preguntarle a los fruteros, carniceros, dueños de comedores quiénes son los que retiran las sobras que nadie quiere llevar: huesos, bolsas de verduras pesadas, que muchas veces los recolectores de basura no levantan", también a los "propietarios de boliches bailables", porque "llevamos todo lo que se descarta o rompe como vasos, botellas que luego tiramos en un basural"."Si nos sacan el carro, con qué vamos a laburar. No es lo mismo una moto que un carro en el que podemos llevar lo que sea y entrar en lugares donde ningún vehículo puede hacerlo", relató un hombre de más de 50 años y que en su vida trabajó en distintos rubros."Hoy con la edad que tengo nadie me toma y no tengo otra que pelearla de esta manera, hacer changas y vivir el día a día, cargando lo que venga", expresó.Comentaron que por un "viaje con escombros recibe 100 pesos", cifra muy pobre para la economía de los días que corren, pero es "eso o nada, ya que es mucha la gente que ata su caballo y sale a ganarse unos pesos", además "tenemos que cargar y descargar en una tarea extra por la que no se nos paga aparte". La mayoría de las sobras de "comida, fruta, verduras, huesos van a criaderos de cerdos que se encuentran, la mayoría, en la periferia de la ciudad", trabajo por el que también perciben muy poco. "Un lechón lo vendemos a unos $1500 pesos, y si no podemos comercializarlo se faena y se come", comenta otro de los que viven de la actividad.Uno de los entrevistados por ElDía, contó que tiene tres carros, todos bien engomados, con caballos que pastan en un "campito que me prestan". Hay veces que salgo con los tres, contando para eso con la "ayuda de pibes del barrio", que reciben como paga lo que recolectan. En la mayoría de las ocasiones "frutas, verduras y comida en buen estado que descartan de los comedores".Dijeron que la mayor competencia que se genera en los carreros es por la comida para los chanchos, en lugares, que con un poco de suerte los pueden llegar a contratar para "hacer algún flete o limpiar un terreno".La alimentación de los caballos es un tema aparte. Comentaron que en su caso particular tienen "lugares donde dejarlos", pero no dejan de reconocer que hay gente que no tiene como corresponde a los equinos.Por otra parte, habría gente que soltaría los caballos en horario nocturno, para que coman lo que puedan en la calle. Es así que en diferentes puntos de la ciudad se observan caballos en distintas condiciones, además de potrillos.Otro tema, es quienes están al frente de las riendas. La mayoría de los carros son conducidos por personas adultas, sin embargo se ha observado a chicos de 8 a 12 años al frente de un carro. Proyecto de Cambiemos En febrero del 2016, el bloque opositor presentó un proyecto de ordenanza, recordó la concejal Araceli Traba, quien destacó que se trata de un "programa donde se sustituye la tracción a sangre por motocarros", aunque el proyecto no "ha tenido demasiado tratamiento, ya que somos minoría en el Concejo Deliberante, pero como bloque hemos instado a que se conozca.Aclaró que la idea, no es la de "prohibir la tracción a sangre, dado que el programa habla de ir sustituyendo progresivamente y en forma voluntaria, a aquellos carreros que se anoten, caballos y carros por una motocarro, en un principio, con cinco a diez pruebas pilotos".La concejal indicó que su bloque es asesorado por la Asamblea Común para la Estrategia de Reemplazo de la Tracción a Sangre, que ha implementado el sistema en los municipios de Rosario y Paraná.Traba entiende que ser carrero pasa, en parte, por una cuestión cultural, algo que se ha "ido transmitiendo de generación en generación", pero la sociedad "avanza y Gualeguaychú no es el mismo que "treinta años atrás". Por otra parte, destacó que en casi dos años de gestión se "presentaron, al menos, dos problemáticas con caballos que se han "desbocado no registrándose una tragedia de milagro".Opinó que desde el oficialismo, la iniciativa de Cambiemos fue tomado como algo "prohibitivo, invasivo a los carreros, cómo un cuestionamiento a la actividad que ellos realizan, cuando no es así: simplemente se trata de poner la problemática sobre la mesa", concluyó. La palabra oficialCarlos Silva, concejal del Frente para la Victoria, destacó que está en plena vigencia una ordenanza del 2010 que regula la actividad de los carreros en la ciudad, además de un registro que permite no solo la "identificación del carro, también el control del caballo".Dijo que desde el oficialismo, se estudia cómo "regular la tracción a sangre en la ciudad", entendiendo el concejal que se trata de una situación muy compleja, primero porque estamos hablando de un cambio "cultural fuerte" de familias que vienen trabajando hace años de esta manera y que utilizan al animal para trabajar y como "medio de locomoción".Comentó que el oficialismo mantuvo reuniones con quienes trabajan con los carros, para escuchar su opinión quedando claro que lo suyo es una forma de vida con "carros que se han ido pasado de abuelos a padres y de padres a hijos por generaciones".Relacionado con el tema, indicó que está trabajando en una ordenanza sobre el "control de equinos y el cuidado de los mismos". Además se establece la identificación del propietario de esos caballos y la regulación del lugar donde se "puede tener a los animales".Opinó que por un lado se "cuestiona mucho la tracción a sangre en el centro", pero por otro lado se "hace uso, de la misma gente que habita en el lugar de esos carros para hacer fletes". La ordenanzaSe trata de la 11417/2010 y resalta la necesidad de regular con una norma acorde a nuestros tiempos la circulación, dentro del ejido municipal de vehículos de tracción a sangre, como lo son: carros, sulky o similares. Es así que en la Dirección de Tránsito, se creó el "Registro Municipal de vehículos de tracción a sangre" y el correspondiente registro de conductores, en el cual se inscribieron poco más de 80 carreros, cuando se estima que alrededor de 300 o más transitan por la ciudad.También se establecieron circuitos y horarios por donde transitar. En el artículo tercero se establece que en el perímetro que pueden hacerlo es en el comprendido por las siguientes arterias: Al norte calle Rivadavia, al sur calle Andrade, al este calles San José y Monseñor Chalup y al oeste Avenida Primera Junta y Tomás de Rocamora, quedando reglamentado que el tránsito de vehículos de tracción a sangre solo se podrá efectuar en el sentido norte/sur y sur/norte, en los horarios de 8 a 14, y de 18 a 21.Por otro lado se destaca que los equinos deben tener la suficiente aptitud para cumplir con la labor a la que han sido destinados, no pudiendo utilizarse animales hembras en estado de preñez a partir del sexto mes de gestación.La ordenanza prohíbe la circulación de vehículos de tracción a sangre que posean llantas de hierro, por calles pavimentadas, asfaltadas y adoquinadas. GeneracionesHay casos de familia que llevan tres o más generaciones trabajando con el carro, medio que tiempo atrás era muy utilizado, no solo como flete, también como medio de transporte, algo que todavía se aprecia en casos puntuales.
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