LA ÚLTIMA FUNCIÓN DEL "MAGO"
Se retira Raymundo Legaria, el mejor basquetbolista que dio Gualeguaychú
El base nacido en la cuidad jugó su último partido a los 41 años para Luis Luciano de Urdinarrain en el cuadrangular que se disputó en Posadas. En su carrera acumuló tres títulos de Liga Nacional, dos Ligas de las Américas, un Argentino de Selecciones y otros títulos más, además de ganarse el respeto y el reconocimiento de todos.
Por Daniel Serorena La pelota quedó en sus manos, como un designio del destino, como si un Dios basquetbolero supiera que así tenía que ocurrir. Nadie mejor que él, con la histórica 4 en la espalda, se quedó con la última bola del partido que Luciano le ganó a Tokio de Posadas. Sus compañeros, sabedores del momento, le dieron la naranja casi a modo de ofrenda, como diciéndole “es tuya Ray, siempre lo fue”. A los 41 años, vigente como siempre y luego de haber pasado más de veinte años descollando en los rectángulos de básquet del país, Raymundo Legaria, el mejor jugador que dio el básquet de Gualeguaychú, puso fin a su carrera para dar un salto importante y tomar la dirección técnica de Luis Luciano de Urdinarrain en el próximo Torneo Federal. Desde que pisó por primera vez una cancha de básquet, siendo niño en Racing hasta sus primeros contactos serios con la pelota, ya en Central Entrerriano de la mano de su padre, Raymundo sobresalió por su calidad y jerarquía para jugar. Se lo notaba un distinto desde chiquito, por eso casi a nadie le sorprendió que fuera convirtiéndose en una de las figuras importantes de las divisiones inferiores del Rojinegro, hasta debutar en Primera con apenas 16 años bajo el mando de Horacio Schaumann en el TNA. En aquel recordado equipo que dirigió el uruguayo Javier Espíndola y que perdió el ascenso ante Quilmes y luego el repechaje frente a Olimpia de Venado Tuerto, Raymundo se ganó minutos importantes y fue uno de los destacados, siendo juvenil dentro de un equipo que por momentos desplegó un gran básquet. Cuando estaba todo dado para que fuera el base de Central por un largo tiempo, llegó su pase a Ben Hur de Rafaela, que por entonces se armó con el objetivo de ganar el ascenso y logró el título en la temporada 2001/2002. Afianzado en el equipo de Rafaela, fue figura destacada en el campeonato de la Liga Nacional 2004-2005 conseguido por la Crema, compartiendo equipo con Leo Gutiérrez –su gran amigo y compinche-, Diego García, Eduardo Calvelli, Walter Storani y los norteamericanos Ramzee Stanton y Jason Osborne, dirigidos por el gran Julio Lamas. Al año siguiente gana con Ben Hur la Liga Sudamericana y en la temporada 2006/2007 pasó a Boca Juniors para conseguir su segunda estrella liguera, esta vez bajo la conducción técnica de Gabriel Picatto y compartiendo equipo con Leo Gutiérrez, Martín Leiva, Gustavo Oroná, el cubano Lázaro Borrel y Leandro Palladino entre otros. Tras esa temporada, y con la chance trunca del Sudamericano con la Selección Argentina por una inoportuna lesión en una rodilla, Raymundo estuvo otros dos años en Boca para luego desembarcar en Peñarol de Mar del Plata en la temporada 2009/2010, siempre con su compinche Leo Gutiérrez y esta vez dirigido por Sergio Hernández, en un equipo que se consagró campeón de la Liga Nacional y obtuvo el título de la Liga de Las Américas, donde empezó a brillar un promisorio Facundo Campazzo.
Al año siguiente, dirigido por un viejo conocido, como Fabio Demti, Raymundo recaló en Regatas Corrientes, con quien logró su segunda Liga de las Américas en años consecutivos. Las lesiones jugaron una mala pasada varias veces y de golpe, luego de un encontronazo con sus representantes por aquellos tiempos, Raymundo bajó a jugar el TNA, pasando por Firmat FC y Unión Progresista de Villa Ángela, previo paso por Nacional de Fray Bentos en la Liga Uruguaya. Ya afincado en su Gualeguaychú natal, tuvo un fugaz paso por Unión de Sunchales en el Torneo Federal y luego disputó dos temporadas en Racing en la Liga Provincial, para llegar a Luis Luciano de Urdinarrain, como parte del proyecto encabezado por Mario Rodríguez. En la entidad de Urdinarrain recuperó las ganas de seguir jugando, además de comenzar su carrera como entrenador en las inferiores. Volvió a tener el sentido de pertenencia, las ganas de seguir brillando con su zurda mágica dentro de la cancha. En la temporada de Liga Provincial que quedó trunca por la pandemia fue el conductor de Luciano al primer lugar de la fase regular y a la serie de semifinales, donde quedaron empatados con Centro Bancario de Gualeguay antes de la postergación y cancelación del torneo. Cuando muchos pensaron que el retiro como jugador estaba cantado, llegó la invitación a Luciano para disputar el Torneo Federal de la presente temporada. Con las mismas ganas y la motivación de seguir demostrando su tremenda calidad dentro de la cancha, Raymundo fue el cerebro del equipo que fue tercero en la División Entre Ríos y llegó a la segunda instancia de la competencia. Lo otro es historia más reciente. La pelota en sus manos, sus compañeros buscando darle ese último pase, los abrazos interminables con todos al finalizar el partido. La 4 en su espalda, como siempre, la zurda acariciando la naranja en cada pique. El jugador le dará paso al entrenador. Será en Luis Luciano, su nuevo lugar en el mundo basquetbolero. Esta maldita pandemia, entre tantas cosas que le quitó al público aficionado al básquet, también le sacó la chance de poder despedirlo en una cancha llena, con el público de pie aplaudiendo y disfrutando aunque sea por un rato de su magia incomparable. ESTE CONTENIDO COMPLETO ES SOLO PARA SUSCRIPTORES
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