VERANO COMPLICADO
Se tardaría más de un mes en poner en condiciones los paradores y las playas una vez que bajen los ríos

Según estiman los privados y los concesionarios de espacios públicos, la solución inmediata no llegará cuando el agua recupere su altura normal. Recién en esta etapa se podrá comenzar con los trabajos de limpieza, desinfección, restauración del tendido y sistema eléctrico y reposición de la arena en las playas. Y todo esto lleva un tiempo considerable. Además, destacan que sin el servicio de los paradores, se perderán muchas fuentes de trabajo.
La pregunta del millón en la ciudad es si Gualeguaychú vivirá un verano con o sin playas. La disponibilidad de acceso a espacios cercanos al río, tanto privados como municipales, son unos de los factores que los turistas tienen presentes a la hora de viajar acá. Si bien no resulta algo determinante en la toma de decisión, constituye un atractivo más de la ciudad.
El nivel del río Gualeguaychú se ha mantenido por sobre el nivel de alerta de 3,50 metros y en los últimos días ha superado por 10 centímetros esa marca instalándose por arriba de los 3,60. Y según fuentes oficiales, por lo menos seguirá en esta condición por lo menos por 15 días más, sin embargo de manera extraoficial se calcula que esto se prolongará un poco más en el tiempo, sobre todo si el río Uruguay sigue alto o si hay sudestada.
El crecimiento actual no obstaculiza el normal funcionamiento de la vida de la mayoría de los ciudadanos, sin embargo deja a algunos prestadores en una situación difícil y a los turistas sin uno de los atractivos con los que cuenta la ciudad, ni hablar de aquellos empresarios locales que ofrecen el servicio de playa.
Lo cierto es que cuando bajen las aguas, las playas y los paradores no se podrán poner a trabajar de inmediato. Para empezar, hay que limpiar y desinfectar todo el predio y esperar a que el mal olor se vaya del lugar. Luego, otro paso importante, es restaurar y reponer toda la instalación eléctrica, algo que también lleva su tiempo. Y por último, y no menos importante, reponer la arena en los sectores de playa debido a que la crecida se la llevó toda.
Según estimaciones de los privados y los concesionarios de los espacios público, esto puede llevar alrededor de un mes, y ni hablar de una considerable inversión económica, la cual estaría siempre en riesgo si es que el río repunta.
Es que el pronóstico meteorológico que evidencia el afianzamiento del Fenómeno del Niño hace impredecible el comportamiento del río, ya que se trata de un fenómeno que se traduce en temporadas con un mayor riesgo de inundaciones, crecidas de ríos, tormentas intensas y otros impactos climáticos adversos.
A todos estos inconvenientes se le suma la generación de puestos de trabajo que surgen tanto del ámbito privado como público en la contratación de guardavidas, empleados para mantenimiento, personal de limpieza y la tercerización de cantinas o barras durante la temporada de verano, que esta temporada encuentran un panorama incierto y poco previsible.