Se terminó el calvario para una mujer y su hija tras 43 años de “celos”
El condenado tiene 67 años y es un policía retirado. Siempre tuvo una doble vida y a una de sus dos familias la mantenía sumida en la violencia psicológica. A su pareja y a su hija de 23 años las amenazaba con "jugar" a la ruleta rusa porque padecía "celos enfermizos".
El cambio de paradigma de esta época respecto al rol de la mujer ha permitido que muchas puedan cambiar su vida, que en ocasiones estuvieron sumidas a la voluntad de los hombres que ejercieron violencia física y/o psicológica sobre ellas y el resto de los integrantes de la familia.
El caso que se dirimió el miércoles en los tribunales de Gualeguaychú es un claro ejemplo de ello. Un hombre de 67 años, que es policía retirado, recibió una condena de dos años de prisión condicional por los delitos de coacción y amenazas simples. Las víctimas fueron su ex pareja y su hija.
La fiscal Carolina Costa remarcó la importancia de esta condena, por tratarse de una mujer que se animó a denunciar luego de 43 años de sufrir violencia física y psicológica, tanto ella como su hija, que aludieron "celos enfermizos" por parte del hombre que fue condenado.
Los casos que aludieron las víctimas fueron muchos, pero fue gracias a la joven de 23 años que se logró desarticular una vida plagada de amenazas y violencia. La joven grabó a su padre cuando el hombre la amenazaba con jugar a la ruleta rusa con ella y su novio si no le decía cuántas veces se había acostado con él". Incluso se lo escuchó decir en la prueba que fue aportada a la Fiscalía que "iba a ir hasta la casa y lo iba agarrar (al novio), y que lo tenía que dejar porque sino lo iba a matar".
Ese mismo día que se grabó la prueba aportada a la Justicia, el 9 de octubre de 2017, este hombre le pregunta a su expareja - una mujer que por esa época tenía 62 años y con la que nunca convivió, dado que está formalmente casado con otra mujer - "por qué no quería acostarse con él, si tenía otro macho", y la amenazó con jugar a la ruleta rusa con ella. Luego, y tomándola de atrás, le colocó una soga en el cuello y le susurró que si no hablaba le pasaría una navaja por el cuello.
Mientras todo esto sucedía en la casa en la que vivían ambas mujeres, la hija le pedía que no le hiciera nada y sus gritos quedaron grabados como una prueba más, y la respuesta del agresor también: "cállate o la ahorco ya, y te voy agarrar a vos también".
Dos días después de todo eso, y cuando estaban a bordo de un Volkswagen Surán, el hombre volvió a amenazar a la mujer: "si no me decís toda la verdad, voy a jugar a la ruleta rusa con vos".
Todos estos hechos, que fueron grabados, fueron denunciados por la hija de ambos y tras ello se llamó a declarar a su madre, que no solo ratificó todo, sino que contó detalladamente el calvario que vivió durante los últimos 43 años de su vida. La pericia psicológica realizada a ambas mujeres fue contundente y fue otra de las pruebas que sirvieron para arribar a un fallo condenatorio.
Tras la denuncia, este hombre fue detenido y se lo mantuvo con arresto domiciliario. Luego continuó con medidas inhibitorias que se fueron renovando periódicamente. Ahora tiene prohibido mantener contacto por cualquier medio y de efectuar cualquier nuevo acto de violencia psíquica y/o física para con las denunciantes, porque en caso contrario la pena se convertirá en efectiva.
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