
Hace unos días, el periodista Rubén Skubij, con la colaboración de colegas de la región, realizó un informe de la situación inmobiliaria en el sur entrerriano. Casi de manera simultánea cobró fuerza la intención de venta de un inmueble ubicado en calle Urquiza, íntimamente ligado al patrimonio arquitectónico de esta ciudad; se trata del cine 9 de Julio.Esta construcción casi centenaria fue motorizada por uno de los iconos de Urdinarrain, el Dr. Roig. Se trata de una construcción de 10 x 41 con butacas, iluminación y escenario que habitualmente son utilizadas por el municipio para diversos eventos, por lo que a tal efecto paga un alquiler mensual.En vida, Antonio Ingrassia -fallecido hace 2 años- hablaba de una posible venta de la que el municipio tenía prioridad; la cosa que sigue estando en la mente de sus hijos a quienes les duele haber tomado la decisión.El valor estimado es de 250 mil dólares pero la idea es venderlo junto a otros locales y departamentos linderos que suman un total de 1100 m2 en un punto estratégico de la ciudad, con un valor de 600 mil dólares.Según se pudo saber hay algunos interesados, pero ninguno de ellos piensa en mantener la sala porque no es rentable, aunque seguiría siendo utilizada como tal hasta fin de año.En dialogo con José Ingrassia -uno de los propietarios- se lamentó de que hay fondos nacionales para refaccionar pero no para comprar; con estos el Estado podría preservar el patrimonio; el hombre, dueño de una reconocida óptica adelantó que "tendrá prioridad de venta aquel que pueda continuar con la sala" aunque fue escéptico de que alguien lo quisiera hacer. Legislar sobre el temaSemanas atrás los ediles del Frente Para Todos realizaron un pedido de informes sobre la situación del Patrimonio Arquitectónico de Urdinarrain, en el que se refería puntualmente a la antigua farmacia Cadirola.La preocupación de los ediles fue tomada como propia por la comunidad que se refirió al tema en los medios locales. La falta de preservación de fachadas históricas es un problema de larga data, lo que movilizó a Horacio Fernández, Monica Feyt y Darío Korell a trabajar en un proyecto sobre la protección del Patrimonio Arquitectónico histórico local, para darle al cuidado un contexto legal a través de una ordenanza.En líneas generales, la idea es no permitir demoler -como ha ocurrido- aquellas construcciones que dan testimonio de nuestro desarrollo como comunidad, ya que se trata de algo que no es renovable. Para esto es necesario confeccionar un relevamiento sobre lo que se considera valioso en Urdinarrain.Según contó Feyt en el programa "Entre mate y mate", el código de planeamiento urbano contempla los 50 edificios de Urdinarrain que tienen mayor valor histórico, aunque éstos no están identificados. Aparentemente el Concejo no conoce puntualmente cuáles son ya que se trataría de información que era manejada por el antiguo secretario de Cultura municipal, Javier Broggi, quien -como se sabe- no vive más en la ciudad.Al saberse del trabajo del Frente Para Todos, integrantes de los demás bloques se interesaron en el tema, por lo que se estima que un futuro no muy lejano finalmente exista un marco legal que proteja la historia edilicia de Urdinarrain.