Sencillez y equidad
Discursos sobre reforma tributaria venimos escuchando desde hace no menos de 25 años. Y ahora en período electoral, con mayor frecuencia. Pero nadie se le atreve. Es un lindo tema para tocar la campana y no cambiar nada, según se ha visto hasta el presente.Por Mario Alarcón Muñiz
Mientras tanto las desigualdades persisten, muchos grandes evaden y trampean, los medianos y pequeños no se las pueden arreglar entre tantos formularios y vericuetos y el pueblo paga. Siempre paga. El único que no puede evadir es el pueblo. No presenta planillas ni declaraciones juradas. Paga. El Iva que abona hasta el más humilde consumidor desde su compra mínima, es ineludible. Nadie se salva.Mientras tanto el Estado recauda. De los muchos que hablan de reforma tributaria, alguno tendrá que estudiar de una buena vez, entre otras cosas, cuánto incide el Iva en los precios. Dicho de otra manera, cuánto paga de sobreprecio el pueblo. Un artículo cualquiera cuyo costo original de elaboración -incluido el beneficio empresario- es de 10 pesos, sólo por el impuesto termina en 25 pesos a lo que se deben agregar otros costos y los razonables beneficios de los participantes de la cadena mayorista-distribuidor-minorista. Un trabajo en serioEl Estado necesita del tributo. Es ocioso señalarlo porque ha sido así a lo largo de la historia en todas las civilizaciones del mundo. No es posible pensar el Estado sin el aporte de sus habitantes. La cuestión es hacerlo de la manera más equitativa posible. Que paguen más los que tienen más. Que paguen menos los que tienen menos. Ahí está el meollo del asunto. Para conseguir de esa idea un resultado satisfactorio o por lo menos aproximado, se requiere estudio, trabajo y decisión política. Tendremos que esperar. Por ahora, ni lo uno ni lo otro. Quienes deben estudiar, trabajar y decidir, están muy ocupados en mantener el poder o conquistarlo. Después se verá.Los empresarios de la Región Centro (Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos) se cansaron de esperar y elaboraron un trabajo muy completo acerca de la reforma tributaria. Lo tenían resuelto desde septiembre de 2009, cuando en un plenario realizado en San Francisco dispusieron estudiar el tema a fondo y formular una propuesta a las autoridades.El trabajo concluyó. Comprende 50 páginas y fue presentado hace diez días por las entidades empresarias a legisladores nacionales representantes de las tres provincias. El primer paso consiste en un requerimiento común: que se reduzca la presión fiscal (en definitiva recae sobre quienes pagan) y que se ataquen duramente los niveles de evasión. "La presión fiscal excesiva no favorece el desarrollo de la actividad productiva y económica, además de sustraer capital de trabajo del sector privado en favor del sector público", es el argumento central de las entidades. No esperar másSi bien la propuesta está planteada desde el sector empresario, advertimos que no se trata de un proyecto sectorial tendiente a favorecer sólo al grupo que lo ha elaborado. Presenta un criterio abarcativo al sostener que, tal como está planteado desde su creación, el Iva es una carga fuertemente regresiva, pues su mayor impacto es soportado por los que menos tienen. Recuerda que al crearse el gravamen en 1975 se lo impuso en el 13%, determinándose el índice del 21% para los artículos suntuarios. La gestión del malrecordado ex superministro Cavallo, impuso hace varios años que todo se paga como si se tratara de artículos suntuarios. Este elevado nivel de la alícuota, incentiva la evasión. Por cada uno que se escapa el cumplidor paga más. Lo mismo sucede con los contribuyentes de otros tributos.Nuestro sistema impositivo se caracteriza por su confusa estructura, el exceso de trámites y papeles y la superposición de gravámenes nacionales, provinciales y municipales. "Es preferible pagar más, pero hacerlo en una sola ventanilla", suele ser la queja más común entre los contribuyentes. Nadie quiere la desfinanciación del Estado. Sería insensato pretenderlo. Tan insensato como que el Estado propicie la desfinanciación de la actividad privada. Y en definitiva es esto lo que está sucediendo. Por eso, crear un sistema impositivo justo, evitar la superposición de tributos, simplificar en definitiva, será el mejor aporte para la obtención de recursos genuinos que permitan financiar con comodidad el funcionamiento del Estado.Es la propuesta de los empresarios de la Región Centro. No se habla de no pagar, sino de hacerlo con sencillez y equidad.Ahora habrá que debatir. Sin perder tiempo. Como será necesario debatir también la nueva ley de coparticipación federal. Pero a eso nos referiremos en una próxima oportunidad.
Mientras tanto las desigualdades persisten, muchos grandes evaden y trampean, los medianos y pequeños no se las pueden arreglar entre tantos formularios y vericuetos y el pueblo paga. Siempre paga. El único que no puede evadir es el pueblo. No presenta planillas ni declaraciones juradas. Paga. El Iva que abona hasta el más humilde consumidor desde su compra mínima, es ineludible. Nadie se salva.Mientras tanto el Estado recauda. De los muchos que hablan de reforma tributaria, alguno tendrá que estudiar de una buena vez, entre otras cosas, cuánto incide el Iva en los precios. Dicho de otra manera, cuánto paga de sobreprecio el pueblo. Un artículo cualquiera cuyo costo original de elaboración -incluido el beneficio empresario- es de 10 pesos, sólo por el impuesto termina en 25 pesos a lo que se deben agregar otros costos y los razonables beneficios de los participantes de la cadena mayorista-distribuidor-minorista. Un trabajo en serioEl Estado necesita del tributo. Es ocioso señalarlo porque ha sido así a lo largo de la historia en todas las civilizaciones del mundo. No es posible pensar el Estado sin el aporte de sus habitantes. La cuestión es hacerlo de la manera más equitativa posible. Que paguen más los que tienen más. Que paguen menos los que tienen menos. Ahí está el meollo del asunto. Para conseguir de esa idea un resultado satisfactorio o por lo menos aproximado, se requiere estudio, trabajo y decisión política. Tendremos que esperar. Por ahora, ni lo uno ni lo otro. Quienes deben estudiar, trabajar y decidir, están muy ocupados en mantener el poder o conquistarlo. Después se verá.Los empresarios de la Región Centro (Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos) se cansaron de esperar y elaboraron un trabajo muy completo acerca de la reforma tributaria. Lo tenían resuelto desde septiembre de 2009, cuando en un plenario realizado en San Francisco dispusieron estudiar el tema a fondo y formular una propuesta a las autoridades.El trabajo concluyó. Comprende 50 páginas y fue presentado hace diez días por las entidades empresarias a legisladores nacionales representantes de las tres provincias. El primer paso consiste en un requerimiento común: que se reduzca la presión fiscal (en definitiva recae sobre quienes pagan) y que se ataquen duramente los niveles de evasión. "La presión fiscal excesiva no favorece el desarrollo de la actividad productiva y económica, además de sustraer capital de trabajo del sector privado en favor del sector público", es el argumento central de las entidades. No esperar másSi bien la propuesta está planteada desde el sector empresario, advertimos que no se trata de un proyecto sectorial tendiente a favorecer sólo al grupo que lo ha elaborado. Presenta un criterio abarcativo al sostener que, tal como está planteado desde su creación, el Iva es una carga fuertemente regresiva, pues su mayor impacto es soportado por los que menos tienen. Recuerda que al crearse el gravamen en 1975 se lo impuso en el 13%, determinándose el índice del 21% para los artículos suntuarios. La gestión del malrecordado ex superministro Cavallo, impuso hace varios años que todo se paga como si se tratara de artículos suntuarios. Este elevado nivel de la alícuota, incentiva la evasión. Por cada uno que se escapa el cumplidor paga más. Lo mismo sucede con los contribuyentes de otros tributos.Nuestro sistema impositivo se caracteriza por su confusa estructura, el exceso de trámites y papeles y la superposición de gravámenes nacionales, provinciales y municipales. "Es preferible pagar más, pero hacerlo en una sola ventanilla", suele ser la queja más común entre los contribuyentes. Nadie quiere la desfinanciación del Estado. Sería insensato pretenderlo. Tan insensato como que el Estado propicie la desfinanciación de la actividad privada. Y en definitiva es esto lo que está sucediendo. Por eso, crear un sistema impositivo justo, evitar la superposición de tributos, simplificar en definitiva, será el mejor aporte para la obtención de recursos genuinos que permitan financiar con comodidad el funcionamiento del Estado.Es la propuesta de los empresarios de la Región Centro. No se habla de no pagar, sino de hacerlo con sencillez y equidad.Ahora habrá que debatir. Sin perder tiempo. Como será necesario debatir también la nueva ley de coparticipación federal. Pero a eso nos referiremos en una próxima oportunidad.
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