Sólo el 15% de las verduras que se consume proviene de huertas locales

El INTA Gualeguaychú lleva adelante un proyecto en 15 quintas del Departamento. Es acompañado por el Municipio y la Facultad de Bromatología y apunta a la diversificación productiva y a una mayor rentabilidad. La chacra de la familia Chesini es un ejemplo de trabajo en las afueras de Pueblo Belgrano. Fabián Miró Se trata de un proyecto experimental con 15 huertas y chacras locales. Se busca diversificar la producción y darle un mayor valor agregado. Por otra parte se planteó el bajo porcentaje de la producción que es consumido en la ciudad.El Técnico Marcelo Araujo de la AER Gualeguaychú aseguró que el proyecto de Mejoramiento de Huertas Familiares y Comerciales, nace de una iniciativa de la Agencia del INTA, acompañado por el Municipio de Gualeguaychú y la Facultad de Bromatología.Araujo remarcó la tarea que lleva adelante la Agencia Inta Gualeguaychú con la realización de "talleres en todo el Departamento, para tener un diagnóstico más claro de la situación en la que se encuentran los horticultores en la ciudad, que producen un 15% de lo que se consume en la ciudad".Luego continuó: "De allí nace este proyecto para apoyar a los minifundistas y uno de los objetivos se está cumpliendo, que es el de la diversificación -como por ejemplo, la introducción de la batata gen y el del zapallo Tetsukabuto- que se realiza mucho en Corrientes. Son producciones a las que se les ha dado un valor agregado, ocupando estas producciones, la gente de ACELA para sus alimentos". Una experiencia pilotoAraujo agregó que se está trabajando en 15 establecimientos en el Departamento, mientras que Adalberto Martínez, Técnico en Producción Agraria de la Dirección de Empleo y Economía social en la Municipalidad, destacó que "la producción en la quinta es muy importante; también el proceso de industrialización, además de regionalizar algún producto y la canalización de recursos para afrontar los gastos iniciales de cualquier producción desde el Municipio".La chacra de la familia Chesini, tiene más de 50 años y toda una tradición de quinteros. Si bien, como en toda explotación pequeña (6 hectáreas) la misma es diversa con un modesto rodeo vacuno, algunos porcinos, gallinas y demás, el fuerte ahora se ha diversificado en la producción.Lucas Chessini, pertenece a la tercera generación de quinteros. Tiene solo 29 años y hoy es quien lleva las riendas de la chacra, apuntalado por su padre Máximo de 76 años. Trabajar la tierra no es tarea sencilla, máxime cuando la mayor parte de lo que se realiza es en forma manual.Una hectárea y media se las dedica a la quinta con un invernáculo incluido, donde se desarrollan los plantines, que luego serán implantados.Cuentan que han plantado "ají, algunos dulces y otros más picantes". En otras bandejas comenzaban a emerger berenjenas: "Tengo que esperar a que pasen los fríos para plantarlas" explicó.También se observan remolachas: "Siempre las planté afuera, pero esta vez preferí hacerlo bajo cubierta, y de esa manera ganar tiempo" detalló el joven y a la vez experimentado quintero.Dijo que es más fácil plantar la semilla en el surco, pero con el invernáculo, Lucas se asegura que "el nacimiento y rendimiento por superficie es mayor".Señaló que lo que tienen plantado en el surco es cebollín, además de repollo, lechuga y acelga".El joven resaltó el apoyo profesional que recibe del Inta, concretamente por parte del Ingeniero Guillermo Almeida, especialista en el tema. La cosechaSi el tiempo acompaña, en el caso de la batata, se da vuelta el surco completo con una herramienta y "se junta todo a mano". La papa se recolecta entre noviembre y diciembre, mientras que la batata puede llegar hasta febrero, pero en todos los casos el sol pega fuerte y se trata de trabajar "lo mas temprano posible, porque a las 10 de la mañana se torna insoportable". Un poco de historiaMáximo Chesini, recordó que su padre- inmigrante italiano- recibió un pedazo de tierra en la época de la conformación de las colonias, luego de trabajar duro como peón en distintas estancias y continuó: "Llegamos en septiembre del 48 en un lugar que era monte y paja. Hubo que limpiar todo y comenzar a trabajar con herramientas que hoy siguen vigentes, como un aporcador que en sus inicios fue tirado por 3 caballos, en tiempos en que el maíz se sembraba a mano. Se ataba a la mañana temprano, luego el descanso obligado para comer, reponer fuerzas, y vuelta al surco.Los tiempos modernos trajeron adelantos, pero el viejo aporcador continúa en funciones, tirado por tractor Fiat 411 de 35 caballos". PRODUCCIÓN DIVERSIFICADAChesini emplea una hectárea y media para la quinta. En una parte siembra y cosecha tubérculos y cucurbitáceas, tales como papa, batata, zapallo, zapallo de tronco, zanahorias, zapallito y melones, mientras que otra parte de la chacra se la dedica a verduras de hoja: Acelga, lechuga, repollo, además de perejil, ají, morrones y berenjenas.EL DATOEl 15% de verduras que se consume en Gualeguaychú proviene de chacras y huertas locales. La mayor parte se comercializa en la feria verde, ubicada en la vieja terminal.
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