Son de Carnaval, un espectáculo

La presentación de Son de Carnaval en el Teatro el viernes 31 fue de gran calidad musical, alto nivel técnico, entretenida, emotiva y atestada de significado histórico y cultural. Se repetirá esta noche. Darío CarrazzaColaboración El titular podría ser "500 piqueteros frenaron el carnaval y lo disfrutaron durante más de dos horas". Es que por momentos parecía que una carroza de comparsa con todo su séquito de pasistas, portabanderas e ingenio se veía atascada por la platea repleta del Teatro Gualeguaychú, e intentaba abrirse paso desplegando una por una sus armas: talento, esfuerzo, creatividad.No hace falta ser carnavalero para entender y disfrutar esta puesta en escena, ya que es sumamente amplia en sus destinatarios. Las luces, el sonido y los recursos tecnológicos son de primer nivel, como los de un espectáculo de la calle Corrientes. Eso es muy bueno, porque ya al sentarse el espectador podrá sentir que el dinero que ha pagado por la entrada -arrancan desde los setenta pesos- ha sido respetado y será retribuido.El show se basa en la entrega vocal de Belén Grecco, Titi Pauletti y de Ornella Taffarel, y tiene el marco de una banda de músicos de órdago, ante quienes me disculparé por no nombrar para no omitir a ninguno.La atención y entretenimiento del auditorio se mantiene activa gracias a un sagaz manejo de los tiempos y matices, con intervenciones como la del desopilante Dicky Dargains, un auténtico capocómico de nuestra ciudad que no tiene nada que envidiarles a los más grandes de la escena nacional.En cuanto a banderías carnavaleras hay para todos los colores: Central, Juventud, Pescadores, el Sirio y el Tiro Federal están representados con su música, historia y la evocación de sus hacedores. Ello sin olvidarse claro de las raíces que brotan los viernes de febrero en los Corsos Populares.En este sentido el espectáculo es un emotivo homenaje a quienes hicieron nuestro carnaval. A quienes construyeron la más grande fuente de trabajo basada en el arte que hayamos conocido. Todo esto cierra en un rescate del talento artístico como forma de ganarse honestamente la vida.Antiguamente se decía que con el arte no se podía progresar y sin embargo ha sido el arte el que ha traído a nuestra ciudad miles y miles de visitantes, convirtiendo al turismo en un pilar de nuestra economía.Estamos ante una línea de trabajo artístico que colabora a una misma vez con nuestro enriquecimiento cultural y con nuestra oferta turística. Dos cosas que -nunca debemos olvidarlo- van de la mano. Hace dos años abría camino en este sentido "Crónicas de Carnaval" de Martín Ayala y hoy continúa "Son de Carnaval".Si consideramos la manera en que bulle durante todo el año el arte de nuestra gente en cada una de las salas de Gualeguaychú, grandes o pequeñas, con distintas propuestas y entonaciones podemos estar seguros de que por este camino llegaremos a óptimos resultados. Felicito una vez más a los protagonistas y realizadores del espectáculo, que no puedo sino calificarlo como perfecto.
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