Súper TC 200: Campeón indiscutible

Ganar la carrera de ayer fue la frutilla del postre para Agustín Canapino, podría decirse que fue una gran vuelta de honor para reafirmar lo que consiguió el sábado en el Cabalén: el campeonato del Súper TC2000. Completaron el podio Leonel Pernía y Carlos Merlo.Era el título que le sacaba el sueño, "la mina que más me costó" dijo el arrecifeño que con tal sólo 26 años logró su primer campeonato de la categoría más tecnológica de Sudamérica (ya se había coronado en el TC en 2010, en TRV6 del 2010 al 2014, Copa Megane en 2007 y TC Pista en 2008).Un solo punto necesitaba sumar Agustín para coronarse, y lo consiguió el sábado obteniendo la pole que le permitió largar la final desde el primer lugar. Posición que supo conservar para dominar la carrera de principio a fin y así no dejar dudas de que es el nuevo Campeón del Súper TC2000.Se coronó con Chevrolet, la marca de sus amores, con dos autos distintos, porque después de que consiguió las únicas tres victorias con el Cruze viejo, el Pro Racing decidió lanzar a la pista para el tramo decisivo del campeonato el nuevo modelo del Moño.El Titán estuvo en el Pro Racing hasta el 2013, luego se cambió al equipo Peugeot y vio como su compañero de equipo Néstor Girolami se quedó dos veces con el título. Justo con un colega con el cual la relación no es la mejor, quedó todo muy tenso tras el accidente que le costó la vida a Guido Falaschi en el Autódromo de Balcarce en 2011, en el cual Girolami fue protagonista.Este año Agustín decidió volver al Pro Racing, al principio del campeonato no estaba entre los candidatos. Pero todo cambió en los 200 Kilómetros de Buenos Aires cuando eligió a Guillermo Ortelli, su ídolo y referente de la marca, para que lo acompañe en esa carrera. Fue la primera victoria del año para el Titán, luego vendría la doble del Callejero de Santa Fe y el cambio de auto.Pero no todo fue color de rosas para el Campeón, sufrió roces con rivales, los más importantes fueron con Juan Manuel Urcera en Oberá y San Juan, pero sólo en la primera no pudo sumar puntos. En el Cabalén la definición del campeonato era entre Rossi y Canapino. El piloto de Toyota precisaba marcar la pole-position para estirar la diferencia a la carrera de mañana, pero no pudo. El Titán dejó en claro no hay mejor forma de defenderse que atacando, por eso salió a la pista en busca del mejor tiempo y lo consiguió marcó 1m31s330 y tiró a la basura las escasas ilusiones que le quedaban al Misil de alcanzar su quinto título en la categoría.De esta manera Chevrolet volvió a ganar un título que desde el 2007 no podía obtener, y lo que son las vueltas de la vida, justamente Rossi, el que le quería arruinar la fiesta a Canapino, fue quien en ese año se consagró bicampeón con la marca del Moño.Además de conseguir un título que se le venía negando hace ya un tiempo demostró que no es sólo el hijo del reconocido chapista, que tiene peso por nombre propio. Cuando Agustín repase su historia en el automovilismo argentino, el sábado 26 de noviembre de 2016 no va a ser un día más. Lo va a recordar como la fecha en que ganó el único título nacional que le faltaba.
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