Talles especiales: las personas obesas aún tienen dificultades para conseguir ropa

Entre Ríos tiene una Ley que obliga a los fabricantes a confeccionar prendas en todos los talles. Pero existe poco conocimiento de su vigencia y casi no se controla su aplicación. Algunos testimonios.Mónica Farabello/ Rubén Skubij/ Guillermo Navarro
El Director de Defensa del Consumidor de la municipalidad de Gualeguaychú, Pablo Luciano, informó a elDía que la legislatura entrerriana, en mayo de 2006, sancionó la Ley N° 9703 estableciendo como obligatorio para los fabricantes de ropa radicados en la provincia, la confección de prendas en todos los talles, de manera tal que cubran todas las medidas antropométricas.También establece que la marcación de las prendas se realizará conforme las medidas aprobadas mediante las normas IRAM o ISO correspondientes y que los comercios que vendan ropas, en el territorio, deberán tener en existencia todos los talles de las prendas que comercialicen y ofrezcan al público.Luciano aclaró que la norma "no establece quién es la autoridad de aplicación ni el régimen de procedimiento y sancionatorio para los fabricantes y comercios que no cumplan con dicha norma. Además no dice nada sobre la marcación de los talles cuando las prendas vienen de otra provincia o desde el exterior".Dicha ley, a pesar de tener buenas intenciones, "se queda a medio camino dado que por las faltantes hacen que su aplicación sea muy dificultosa".Recordó que existen otros antecedentes en el país como Ley 12.665 de la provincia de Buenos Aires; si bien su articulado es similar a la de Entre Ríos, el Poder Ejecutivo establece como autoridad de aplicación -además de la autoridad provincial- a los municipios, contemplando lo previsto en el Código de Implementación de los Derechos de los Consumidores y Usuarios.- ¿Los comercios están al tanto de las obligaciones que tienen?La ley se presume conocida, ningún comercio podrá realizar su defensa esgrimiendo el desconocimiento de una ley. Ahora bien, como en todas las cuestiones sensibles como ésta, donde es preferible lograr el compromiso del empresario o comerciante, no sería lo más inteligente salir a aplicar sanciones sin antes poner en marcha un proceso de sensibilización y concientización de los comercios y los propios consumidores.Por un lado, los comercios para que comprendan su posición y el impacto que puede provocar en la población la decisión de no comercializar determinados talles.Las situaciones que pueden provocan, sobre todos en los adolescentes, que en este tema es el grupo más sensible y afectado. La ausencia de talles va más allá de ser un hecho de una moda, una venta frustrada o un consumidor insatisfecho; está ligada directamente a cuestiones discriminatorias y asociada a veces también a ciertas patologías de la alimentación, por ello es necesario y exigible un accionar socialmente responsable de los mismos.Por otro lado, es necesario que los consumidores comprendan sus derechos y reclamen su cumplimiento ya que de nada sirve que un derecho esté en una ley si en lo cotidiano tal derecho no se respeta.- ¿Se aplica y cumple en Gualeguaychú?No hemos recibido ningún reclamo pero posiblemente esto se deba a que pocos consumidores conozcan la existencia de una ley en Entre Ríos que establece la obligatoriedad para los comercio tener todos los talles. Acciones de las personas
El funcionario consignó que si una persona de la ciudad se siente discriminada al no encontrar un talle acorde a su cuerpo, puede hacer un reclamo en Defensa del Consumidor. "Si bien la misma no es autoridad de aplicación de la mencionada norma, partiendo el principio de integración con otras normas que la ley de defensa del consumidor establece, podría aplicarse el Art. 8 bis que regula derecho al trato digno y equitativo que tenemos los consumidores".No obstante, señaló que los consumidores "tienen la vía judicial para iniciar alguna acción y reclamar la indemnización por daño punitivo que es una novedad en el derecho argentino y está prevista en la misma norma".Gualeguaychú con talles del 34 al 60
Los comercios de la ciudad ofrecen diversidad en talles, aunque según coincidieron los encargados de los locales "están sujetos a lo que fabrican las marcas, porque muchas veces nosotros queremos traer más talles y no hay".Por otra parte, otros comerciantes informaron que tienen "talles grandes y reales pero muchas veces la gente no lo sabe porque los maniquíes que se ven, son todos flacos pero sería bueno empezar a publicitar que tenemos todos los talles porque hay mucha gente que lo necesita".Además, los locales que se dedican sólo a la venta de ropa femenina, indican que las marcas con las que trabajan "muchas veces ofrecen pantalones hasta el 48, pero ahora estoy viendo algunas otras marcas que traen hasta el 52".Otra de las comerciantes, relató que "hay algunos talles que son tan chiquitos que no le entran a nadie" y muchos otros aseguran que "existen talles grandes pero la variedad de diseños tal vez no sea la mejor".En la ciudad también se encuentra un buen número de comercios de venta de ropa femenina que ofrecen talles únicos en remeras, blusas y abrigos y sólo diferencia sus talles en los jeans, aunque la variedad es escasa, teniendo a disposición talles del 34 al 44."Cuando no encontraba nada para mi tamaño, me iba llorando sin comprar"
Raquel Palacios fue obesa durante tres décadas. Llegó a pesar 102 kilos. Pero en los últimos 3 años logró adelgazar 38, lo que le permitió empezar a vestirse con la ropa que le gusta o esta de moda, además de estar más saludable.La entrevistada recuerda que empezó a engordar a los 18 años después de casarse (pesaba 50 kilos), y aumentó progresivamente de peso hasta los 47 años. Contó que hasta los 80 kilos todavía podía encontrar ropa adecuada para vestirse, pero con los 20 kilos que subió después la situación se complicó."Era ropa muy fea porque la linda era para mujeres delgadas; para las gordas había prendas de vestir que parecían de personas mayores, sin forma y cuando me la ponía quedaba redonda, parecía una lámpara porque te vestías con lo que encontrabas", contó Palacios.La mujer insistió en que para personas obesas "había ropa sin forma" y aclaró que "se puede ser gordo pero no por eso deforme". Y agregó: "encontrabas talles especiales, pero sin formas, con colores feos".- ¿Cómo hacía para poder vestirse?- Me pasaba que cuando no encontraba ropa que me gustaba, me abandonaba la figura y me terminaba dando lo mismo. Vivía en el campo cuando empecé a engordar y no me importaba estar vestida con lo que tenía, bien o mal me daba lo mismo. Y cuando vine a vivir a la ciudad, tampoco me interesaba estar bien arreglada a pesar que trabajaba porque pasa que cuando estás gordo no te interesa la estética, te abandonas.Cuando tenía una fiesta, si quería comprarme ropa era todo feo porque te daban prendas que eran como cortinas y si te ponías un cinturón quedabas peor. Entonces tenía que hacérmelo particular si quería salir mas o menos arreglada, con algo lindo puesto. Y si querías alquilar, tampoco había ropa adecuada y lo que había en talle grande no tenía forma.- ¿Con la ropa interior pasaba lo mismo?- Un poco sí. Conseguía soutiens sin forma, algunos armados que terminaban en punta, como se usaban antes; entonces decidí comprarme los deportivos, que son más caros. Y las bombachas eran como una burla porque había mucho colaless y quedaba antiestético para una persona gorda.- ¿Cuándo iba a comprar ropa, la miraban diferente?- La ropa que me gustaba venía hasta un talle determinado, por ejemplo 42. Después había talles especiales que eran feos, parecían de descarte. Entonces si quería esa misma ropa pero en mi talle, me miraban como diciendo "pero usted esta gorda, su cuerpo no es como para que pida mucho".Me pasaba muchas veces que no encontraba nada y me volvía a mi casa llorando sin comprar. Me daba rabia, porque había una camisola talle 40, por ejemplo, y si quería ese mismo modelo con la misma forma, pero algunos talles más, no había. Había hasta el talle 44 y después eran cosas horribles. Incluso me pasaba con los jeans, llegué a tener talle 52 y si quería uno con forma y lindo como vienen hasta el 42, por ejemplo, me traían uno de varón.- ¿Pasaba lo mismo con los zapatos?- Era muy feo. Si en invierno quería un par de botas, venían de caña angosta entonces a una persona obesa no le cerraban directamente. Terminaba usando las botitas de descarne y si quería un zapato lindo, usaba unos que parecían una canoa o chatitas sin forma. Era todo muy antiestético; igual con las zapatillas, eran angostas y te hacían doler el pie.Ropa de trabajo
Por la obesidad, Raquel tenía también dificultades para conseguir trabajo. "No porque no le dieran empleo a una gorda, que eso quede claro, sino porque la ropa que te deban para ponerte, como uniforme, no era talle grande entonces tenía que rebuscármela para vestirme o hacerme la vestimenta para poder estar presentable", explicó.Por otra parte, la entrevistada puntualizó que si bien existe una ley provincial de talles (Ley 9.703/06), por la cual los comercios deben ofrecer todos los modelos de acuerdo a las medidas antropométricas, "es poco lo que se controla y la gente obesa no se queja que no haya ropa adecuada para su peso, es como que da lo mismo"."Muchas veces me coso mi propia ropa porque no encuentro lo que me gusta"
Una joven de 23 años de Gualeguaychú, relató a elDía, su experiencia respecto a conseguir el talle adecuado en los comercios de la ciudad. Al respecto, aseguró que "encontrar ropa que me guste es imposible. A veces encuentro pero no es que salgo y en seguida encuentro el vestido que me gusta. Más que nada, te vas conformando con lo que te sirve, y dentro de lo que te sirve hay cosas que te pueden gustar más que otras, pero hay poca variedad".Además, expresó que "cuando conseguís el talle, tal vez no es lo que más te gusta, o tenés que pasar por el calvario de probarte cinco cosas y ver talles que nada que ver, porque hay un defasaje total entre los talles, los números que te indican y lo que es en realidad".En este sentido, comentó que "muchas veces los talles no son reales" y contó que "hace pocos días compré un pantalón de gimnasia y me mostraron un talle 5 que en realidad era de 20 centímetros. Entonces yo pensaba: ¿cómo será el talle 1? Si así era el talle cinco, el más chico le entra en una pierna a una persona normal"."Hay muchos locales de ropa de mujer que trabajan con talles únicos, así que primero que nada, tengo que hacer un recorrido por toda la ciudad y cuando encuentro un local que sé que trae ropa más grande, voy siempre al mismo, porque llega un momento que te agota el hecho de andar dando vueltas por toda la ciudad para encontrar algo", manifestó la joven.Al respecto, indicó: "yo siempre compro mi ropa en 'Tu ropero', porque traen talles normales y cosas lindas; hay lugares que traen talles grandes pero con diseños que son sólo para personas mayores"."Otra de las opciones que he adoptado es hacerme la ropa, pero no puedo hacerme todas las cosas; por ejemplo un jeans no me lo puedo hacer pero hay cosas que sí. También conozco gente con obesidad extrema que se hace su propia ropa porque no consigue", aseguró.La ropa como signo de pertenencia
No conseguir el talle adecuado, es una problemática que afecta a hombres y mujeres de todas las edades, pero en los adolescentes el impacto puede llegar a ser más profundo.En este sentido, la joven relató a elDía que "ahora ya no me importa, pero cuando era más chica me importaba mucho y me afectaba no conseguir ropa, porque tenés que salir con una semana de anticipación a comprarte algo y muchas veces tenía algo a la noche y era toda una complicación".Además, aseguró que "ahora tengo un estilo y sé donde tengo que ir o no a comprarme ropa, pero cuando sos adolescente es más difícil porque de alguna manera tenés que pertenecer a un lugar o a un grupo y si no usas determinada marca o estilo de ropa, se complica un poco o te quedás afuera".Al respecto opinó que "hay comerciantes a los que les gusta trabajar con cierta clientela, pero hay otros comerciantes a los que les molesta igual que a uno, porque no consiguen talles que podrían vender"."Es un problema que surge desde la industria de la moda; creo que no hay que echarle la culpa a los comerciantes, porque el problema está en la industria que ofrece cosas que no son reales", reflexionó la joven.Una ley que no prevé sanciones
En Entre Ríos, existe la Ley 9.703/06, denominada Ley de Talles. Allí se indica que los comercios deben ofrecer modelos de todos los talles, de acuerdo a las medidas antropomédicas.Los talles pueden señalarse con números: del 1 al 4 o del 36 al 48 para adultos, o con letras, de acuerdo a la denominación en inglés.De todos modos, la ley sancionada en 2006 "es una suerte de declaración de buena voluntad, debido a que no prevé ningún tipo de multa a los comercios que no cumplan con esta norma", explicó a elDía, el abogado Esteban Fernández.En este sentido, tampoco se explicita cuál es el ente encargado de controlar el cumplimiento de la misma, por lo que las instituciones que trabajan con personas afectadas por trastornos alimenticios, aseguran que "al retrasar su instrumentalización, se complican las cosas y la persona con trastornos alimenticios se ve muy afectada cuando se da cuenta que el talle que busca no está más o, bien, tiene que usar uno más grande".
La Ley provincial de Talles 9.703 establece que los fabricantes e importadores locales de ropa y calzado, están obligados a confeccionar prendas de talles y números para todas las medidas antropométricas.La norma fue sancionada en mayo de 2006, pero hasta el momento "no existe una aplicación real o concreta, entonces queda en la mera declaración de intención", explicó Fernández.
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