HIZO UNA DEDICATORIA MUY ESPECIAL
Tiene 19 años, trabaja en una gomería y fue la figura en el clásico de Gualeguaychú
Héctor Ferreyra, pilar Izquierdo de Carpinchos, fue una de las piezas claves del triunfo (12-8) en el clásico de la ciudad que convoca a una multitud. Tiene 19 años, lleva 4 en el mundo de la ovalada. Forma parte de una camada de juveniles que se sumaron al plantel de primera.
Por Fabián Miró
El jugador sólo tiene 19 años. Es de un barrio humilde y se inclinó por el rugby ”gracias a la insistencia de un amigo".
"Eso fue hace unos 4 años y luego de pensarlo empecé a entrenar y a jugar”, contó en diálogo con Ahora ElDía. La elección fue la acertada, es uno de los tantos jugadores que ha promovido el cuerpo técnico encabezado por Juan Carlos Pasetti al plantel superior. Héctor recordó que cuando era más chico “jugué al futbol, pero no me gustaba demasiado, así que opté por el Rubgy y acá estoy”.
Cabe acotar que integra una familia muy futbolera, sin embargo el deporte del “Tercer Tiempo” pudo más. “Jugué en Juveniles y ascendí a primera en el 2022”, recordó, y acotó que “llegamos varios juveniles, entre ellos Lucas Álvarez, Fabricio Bernigaud y Bruno Adamo entre otros”.
Dijo que en la posición de pilar Izquierdo se “siente cómodo, más allá de que antes jugaba de hoocker que en el caso de que el titular en primera tenga algún problema, una lesión, paso a esa posición y otro jugador a desempeñarse como pilar”. Recordó que en el partido con Central “sufrí un fuerte golpe en uno de mis hombros y a falta de 20 minutos tuve que dejar la cancha, pero ya estoy bien para jugar el lunes ante Espinillos en la continuidad del Top-6”.
Ferreyra como tantos otros jugadores en Gualeguaychú y en gran parte de la Argentina derrumban el mito del que el rugby es un deporte elitista, un juego para los que tienen plata. “La verdad no es así. Todos nosotros en Carpinchos, los chicos de Central, tenemos distintos trabajos, algunos más sacrificados que otros y hacemos un gran esfuerzo para entrenar en los pocos tiempos libres que nos quedan para estar en forma en un deporte que te exige estar al ciento por ciento. En mi caso trabajo de lunes a sábado al mediodía en una gomería y los sábados a la tarde en el carrito de Garrapiñada dando una mano al abuelo Oscar Irigoyen”, sostuvo.
El Tercer Tiempo
Dijo que es algo que caracteriza al rugby. “Después de terminado el encuentro nos juntamos los dos equipos. Compartimos un refrigerio y hablamos del partido, jugadas puntuales y cosas de la vida, quedando en la cancha lo que pasó en la misma”.
Señaló que “si bien el rugby es un deporte de contacto, el respeto lo es todo. Nada que ver con otras disciplinas en donde se le grita al árbitro. Acá no, te sacan una amarilla y te sientas 10 minutos, o bien te expulsan. El respeto de la gente es otro. Te alientan mucho, pero no sentís insultos, aunque cuando uno está en la cancha se concentra en el juego y punto,“ destacó “Tito” o “Garrapiñadas” como también se lo conoce.
El clásico
Héctor aseguró que “haberle ganado a Central es lo más lindo que me puede pasar en el rugby entrerriano. Se vive de una manera muy especial”.
Contó que el triunfo se lo dedicó a su padre fallecido, cuando tenía 10 años. “Se llamaba Héctor Santiago Ferreyra. Siempre me acuerdo de él y lo tengo presente en cada juego. Por eso la dedicatorio especial a mi viejo que me acompaña y me da fuerzas desde el cielo”, finalizó.