
l 11 de septiembre de 1943, cuando se conmemoró el 55 aniversario del fallecimiento de Domingo Faustino Sarmiento, la Conferencia Interamericana de Educación, integrada por educadores de toda América, se reunió en Panamá y estableció esa fecha como el "Día del Maestro".Este ilustre prócer fue un gran luchador y una de las figuras más importantes de la historia latinoamericana: maestro, subteniente de milicias, escritor, periodista, senador, ministro, director general de escuelas, sociólogo, diplomático, gobernador, hasta convertirse en presidente de la Argentina.Como gobernador de San Juan, decretó la ley de enseñanza primaria obligatoria y, ya a los cincuenta y siete años, ocupó la Presidencia de la República, entre los años 1868 y 1874. Como presidente, estimuló aquello por lo que había luchado toda su vida: la educación y la cultura de su pueblo.Además de lograr que en este período la población escolar se elevara de treinta mil a cien mil alumnos, creó numerosas escuelas primarias, la Academia de Ciencias, la Escuela Normal de Paraná donde contrató maestros extranjeros, la Universidad Nacional de San Juan, la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, la Biblioteca Nacional de Maestros y el Observatorio Astronómico de Córdoba. Fundó la Escuela Naval y el Colegio Militar, realizó el primer censo demográfico y contrató a hombres de ciencia extranjeros.En Gualeguaychú, se homenajeó el viernes a todos los docentes a los pies del busto que recuerda a Sarmiento, y entre ellos estuvo la maestra Nélida Amalia Doello que recibió el martes el premio "Manuel Antequera", que entrega el Consejo General de Educación, a cada uno de los maestros de la provincia elegidos como los destacados en cada Departamento.Toda persona que haya pasado por las aulas guarda en su memoria a los docentes que le marcaron el camino, que forjaron con sus enseñanzas los ejemplos a seguir. "La segunda mamá" como se les dice a esas mujeres que a diario crían durante unas horas a hijos ajenos.Nélida Doello fue distinguida con este premio pero es una más de tantas otras maestras a las que no se le conocen públicamente sus nombres. Docentes que asisten a las aulas a veces en condiciones precarias por el presente de algunos edificios y en otras atravesando distancias muy largas para instruir a un pequeño grupo de alumnos, como ocurre en las zonas rurales."Estoy feliz de ser docente, Dios me dio este don; desde chica sentí ese llamado y pude llevar adelante esta vocación con aciertos y desaciertos, con idas y venidas", destacó la maestra premiada que tiene más de 35 años en la docencia y que pese a estar cerca de la jubilación "docente siempre seguiré siendo porque la vocación nace con uno"."En mi están representados todos los docentes de Gualeguaychú. No soy la mejor ni la única, soy alguien a quien le tocó representar a la ciudad y a mi querida Escuela 105 (Islas Malvinas)", manifestó 'la señorita maestra'."Uno debe ser idóneo en lo que hace, el docente que debe sentirse profesional en todo momento, no sólo en el aula; debe mostrarse como persona comprometida, entera", explicó Doello y envió un mensaje a todos aquellos educadores que recién comienzan: "ser docente no es fácil, pero si eligieron esa carrera que sea por convicción; el aula es sagrada, cada alumno es único y no se deben privar de regalar afecto".