ESTADO DE ALERTA
La cultura en alerta por el DNU y la Ley Ómnibus

La legislación modificada por el gobierno de Javier Milei impactará negativamente en su sector. Los artistas denuncian que habrá desfinanciamiento, se anularán oportunidades y se perderán derechos adquiridos.
Artistas y trabajadores de la cultura de la ciudad marcharon esta semana hacia los obeliscos de la Costanera en repudio a las medidas impuestas por el presidente Javier Milei a través de sus polémicos DNU y Ley Ómnibus. La movilización en Gualeguaychú se realizó en simultáneo con otras protestas del mismo tipo en las ciudades entrerrianas de Gualeguay, Concordia y Paraná, coordinadas por el Colectivo Teatristas Autoconvocadxs de Entre Ríos.
Bajo el slogan “En defensa de la cultura”, participaron de la marcha y expresaron su descontento actores, directores, escritores, músicos, bailarines, gestores culturales y demás integrantes del vasto colectivo artístico-cultural de Gualeguaychú, quienes levantan en estos tiempos las banderas de “No al cierre del Instituto Nacional del Teatro y del Fondo Nacional de las Artes”, “No a la derogación de la Ley del Libro”, “No al desfinanciamiento del INCAA”, “No al desfinanciamiento de las bibliotecas populares” y “No a las modificaciones del Instituto Nacional de la Música”.
Para indagar en esta problemática, Ahora ElDía conversó con Nicolás Darchez, músico, documentalista, docente y editor a cargo de Oyé Ndén, una de las editoriales independientes de la ciudad. Con respecto a los cambios que introduce el Mega-DNU y la Ley Ómnibus, Darchez explicó que “son modificaciones que a la larga o a la corta terminarían por hacer desaparecer la actividad cultural independiente de la Argentina” y que esto llevaría a que la cultura quede sólo en manos de grandes productoras y cadenas comerciales. “Entonces, se elimina la posibilidad de que aquellos proyectos o gestores que quizás son más pequeños en el mercado -pero que a sí mismo generan contenido en forma permanente e independiente- desaparezcan o casi desaparezcan”, señaló.
Darchez apuntó que una de las cosas más graves tiene que ver con la desaparición del Instituto Nacional del Teatro, que “ha sido una institución clave para el crecimiento del teatro independiente y la federalización de la actividad”, permitiendo que exista producción teatral en lugares del país donde no la había, capacitando a las personas y promoviendo la creación de salas independientes.
“Lo mismo con el Fondo Nacional de las Artes. Ha otorgado becas y permitido a través de ciertos subsidios que se desarrollen o finalicen proyectos que no solamente tienen que ver con lo artístico, sino también con lo arquitectónico, con el diseño, con la artesanía, con un montón de cuestiones que tienen que ver con la creatividad y la producción cultural”.
Darchez explicó que ambas instituciones mencionadas son autárquicas, independientes del estado, del cual si bien reciben financiamiento, no representa la mayor parte de sus ingresos.
“Cuando registro un libro nuevo también pago un sellado que va al Fondo Nacional de las Artes. Es decir, como editor estoy financiando el FNA que, a su vez, me da la posibilidad el día de mañana de aplicar a una beca”, ejemplificó y resaltó que el principal problema es que no se trata de un desfinanciamiento de dichas instituciones sino directamente de su eliminación.
Por su parte, Valeria Bassini, representante regional del Consejo Provincial de Teatro Independiente de Entre Ríos y gestora cultural de la Sala Sinergia, afirmó que “no vamos a tener una ley que nos ampare, un instituto que nos ampare para la participación de programas y concursos; para poder tener equipamiento, entradas a precios populares o programas con los que la gente pueda ver funciones gratuitas”.
Bassini es responsable de un espacio cultural autogestivo de Gualeguaychú en el que, además de teatro y actividades lúdicas, se realizan proyecciones de cine nacional, dado que forma parte de los Espacios INCAA. En este sentido, al ser indagada por el impacto que tendría la nueva legislación impuesta sobre su sala y otros espacios similares, la teatrista explicó que este contexto adverso no sólo vulneraría la economía de quienes trabajan en la cultura sino que implica mucho más. “La cultura no es un gasto, es un trabajo, somos trabajadores de la cultura que también aportamos nuestros impuestos al desarrollo económico porque cuando nosotros hacemos nuestras producciones contratamos personas; y cuando la gente viene a una función teatral, a un recital o a la presentación de un libro, también sale, se traslada, después va a comer y a charlar de lo que vio”, ejemplificó. “Somos actores activos de la economía”, sentenció.
“Con estas luchas también estamos preservando la democratización y el acceso a la cultura; no sólo estamos luchando por nuestro trabajo sino para que toda la comunidad pueda tener entradas de cine y teatro a precios populares, o libros a un menor costo”, agregó.
Por otro lado, Macarena Resquín, artista plástica y productora de eventos musicales, también sumó su opinión respecto al panorama desalentador que se vive en el sector: “Estos cambios atropellan futuros proyectos artísticos tanto acá como en todo el país, ya que estos fondos ayudan a la expansión de los artistas a nivel nacional e internacional”.
En lo que concierne a la música de Gualeguaychú, la artista y productora -que ha trabajado codo a codo con bandas locales y de los alrededores- manifestó que “todas las posibilidades que teníamos con ayuda ya no están” y que las bandas “necesitan de estos eventos para poder darse a conocer y expandirse. Nos están quitando todo”, concluyó.