Trata: esclavitud, indignidad, vergüenza para todas y todos
Hace pocos días nos reunimos durante un par de jornadas representantes de Uruguay, Argentina, Brasil y Paraguay. Participamos de 14 diócesis que compartimos frontera internacional. Obispos, sacerdotes, religiosas, laicos y laicas abordamos la cuestión de la trata, una realidad que nos indigna y avergüenza.Por monseñor Jorge Eduardo Lozano *Esta actividad es llevada adelante por el crimen organizado, verdaderas mafias que operan impunemente con la complicidad corrupta de fuerzas de seguridad, funcionarios de la justicia, ausencia del poder político y tolerancia social.Nos hemos dejado conmover por historias concretas de niñas, niños, adolescentes y jóvenes secuestrados o llevados con engaño y sometidos con violencia para la explotación sexual, laboral o el tráfico de órganos. En el caso de las niñas y jóvenes, una vez sometidas a cautiverio les retienen los documentos, las amenazan con fotos de sus familias para que no intenten escapar, las hacen adictas a alguna/s droga/s para lograr la dependencia. Entre los primeros sometimientos las violan en forma reiterada, les cambian la ropa y el nombre para quebrarles la voluntad y que olviden su verdadera identidad. En algunas provincias -Entre Ríos entre ellas- hay lugares que llaman de "ablande" en los cuales realizan estas tareas.Este drama no ocurre en una película de ficción o en otro continente. Está en nuestras ciudades y rutas. Las víctimas esclavizadas han nacido en nuestro suelo, estudiado en nuestras aulas, bautizado en nuestras capillas o parroquias...Al escribir esta columna siento un gran dolor y vergüenza al pensar que los "clientes" de estos lugares también son vecinos y lugareños. Tienen mamá, esposa, hermanas, hijos. Tienen familia. El drama tiene su raíz en separar el sexo del amor; en aceptar que se pueda alquilar a una persona como si fuera un objeto para satisfacer los propios instintos enfermizos.Es lamentable que se escuchen a veces argumentos que pretenden justificar tamaña barbarie. El "alguien tiene que hacerlo" es un discurso nazi y racista que termina afirmando que unos tienen más derechos que otros. Una locura y estupidez. Declaración De ese Encuentro de Diócesis de Frontera hemos elaborado una declaración. Te comparto algunos párrafos:"Nos preocupa: la desinformación, el desconocimiento y a veces la indiferencia, el silencio y aun la insensibilidad que existe en vastos sectores de la sociedad.La situación de vulnerabilidad en que se encuentran muchos niños, adolescentes y jóvenes, que los coloca en situación de posibles víctimas.La falta de acción de parte de algunas autoridades, aun frente a denuncias concretas.La corrupción que lleva a la complicidad de quienes tienen que luchar para detener este crimen, que debería ser declarado de lesa humanidad.Los resabios de la cultura machista que denigra y rebaja a la mujer. La demanda permanente de los 'clientes' del comercio sexual y la impunidad de estos prostituyentes que, con su demanda, sostienen este mercado criminal"."También nos alentamos mutuamente, porque reconocemos que no somos voces solitarias clamando en el desierto. Muchos en la Iglesia y la Sociedad se comprometen con esta grave injusticia. Muchos dan la cara y acompañan, denuncian, buscan."En este Encuentro valoramos y nos sentimos animados por la palabra clara de la Iglesia."El Beato Juan Pablo II en el año 2002 nos iluminó diciéndonos que 'la trata de personas humanas constituye un ultraje vergonzoso a la dignidad humana y una grave violación de los derechos humanos fundamentales'. El Papa cita entonces el Concilio Vaticano II que, en Gaudium et Spes se había referido a la esclavitud, la prostitución, la trata, así como las condiciones ignominiosas de trabajo en las que los obreros son tratados como meros instrumentos de lucro, no como personas libres y responsables, que son 'oprobios que, al corromper la civilización humana, deshonran más a quienes los practican que a quienes padecen la injusticia y son totalmente contrarios al honor debido al Creador' (Gaudium et Spes, 27)."Sigue diciendo Juan Pablo II: 'Estas situaciones son una afrenta a los valores fundamentales que comparten todas las culturas y todos los pueblos, valores arraigados en la misma naturaleza de la persona humana. El alarmante aumento de la trata de seres humanos es uno de los problemas políticos, sociales y económicos urgentes vinculados al proceso de globalización; representa una seria amenaza a la seguridad de cada nación y es una cuestión de justicia internacional impostergable'. (Juan Pablo II, Carta al Arzobispo Jean-Louis Tauran con motivo de la Conferencia Internacional sobre el tema Esclavitud en el siglo XXI: la dimensión de los Derechos Humanos en la trata de Seres Humanos, 15 de mayo de 2002)."A modo de compromiso firme 'decimos claramente NO A LA TRATA. Eso implica no al comercio sexual, no a la prostitución, no a la explotación laboral de niños, niñas, adolescentes y personas traficadas con ese fin y puestas en servidumbre; no al tráfico de órganos, que también se da en nuestra zona. Solidaridad y justiciaPor la intercesión de Nuestra Madre, María Santísima, suplicamos al Dios de la Vida nos conceda luz y fortaleza para servir con generosidad en la causa de la dignidad ultrajada de tantas personas y ser sembradores de Esperanza'."Hemos participado las Diócesis de Bagé, Chapecó, Foz do Iguaçú, Santo Ângelo, Uruguaiana (Brasil); Encarnación (Paraguay); Melo, Mercedes, Salto, Tacuarembó (Uruguay); Concordia, Goya, Posadas, Gualeguaychú (Argentina)".Hemos constatado que hay municipios en los cuales los funcionarios se "pusieron los pantalones" -sobran las comparaciones- y en cumplimiento con la ley no dan habilitaciones a este tipo de whiskerías o casas de sometimiento.Un claro ejemplo de esto es el caso de la provincia de Córdoba que acaba de sancionar una ley que prohíbe la instalación de esta clase de locales. En otros pesa más la billetera, la presión mafiosa o la indiferencia por el sufrimiento de estas hermanas nuestras.Nos solidarizamos con la búsqueda de verdad y justicia que está llevando adelante Susana Trimarco, madre de Marita Verón, secuestrada, desaparecida y esclavizada desde abril del 2002 por una de estas redes mafiosas. Y en ella abrazamos a todas las madres que están en esta misma lucha.Eduquemos a los varones en que "así no, ¡por favor!".Eduquemos a los niños en el respeto a los derechos humanos de todas y todos. * obispo de Gualeguaychú y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social
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