UNA HISTORIA DE TERROR
"Tu hija va a aparecer violada en una zanja", la gravísima amenaza por la que pide ayuda
El caso es reamente aterrador. Hace dos años Alejandra Daniela Pérez se animó a contar su historia, marcada por la violencia, los abusos y el infierno al que, hace años, es sometida por su propia madre. Lamentablemente, cuando habló no recibió la ayuda que esperaba y hoy es todo peor. "Tengo mucho miedo por lo que puede llegar a pasar", confesó.
“Peleas, borracheras, prostitutas, en casa y en el cabaret, crecí en ese mundo. A no ser cuando me escapaba a la siesta para jugar, aunque a la vuelta cobraba”. De esa manera comenzaba la nota publicada por ElDía hace poco más de dos años, en la que Alejandra Daniela Pérez se animó a relatar una dura infancia en el barrio del Tiro Federal, una juventud muy conflictiva y un presente convertido en un infierno. En ese momento, la mujer, que actualmente tiene 43 años, reunió todo sus valor y decidió hablar públicamente sobre vivencias propias de un drama de ficción. Cuatro de sus cinco hermanas fueron violadas por su padre biológico, Yamandú Willington Pérez. Con el tiempo todas abandonaron Gualeguaychú, para tratar de rehacer sus vidas, marcadas a fuego y para siempre. También hace dos años, Alejandra relató el padecimiento al que es sometida por su propia madre, Marta Cristina Petizco, quien vive al lado de su casa, sobre la calle Rivadavia, en el Tiro Federal. Las denuncias policiales son muchas, más de 30, más de 40. A esta altura la víctima del maltrato sostenido, tanto verbal como físico, ya perdió la cuenta. Insultos, amenazas, agresiones físicas, roturas en las paredes y el techo de su casa, y hasta el intento de prenderla fuego. Todas éstas, apenas una brevísima y fría enumeración de lo que vive la víctima de su propia madre hace mucho tiempo. “No aguanto más, tengo un cuadro depresivo por esta situación, que es permanente, todos los días, constantemente. A las 7 de la mañana arranca con la radio a todo el volumen, los martillazos contra la pared y todo tipo de agresiones”, cuenta Alejandra. ¿No cambió nada después de que contaste públicamente la situación? “Si, todo empeoró. Cambié el psicólogo por el psiquiatra, estoy medicada, porque no puedo dormir más de tres horas. El acoso es permanente, a martillazos nos rompe las paredes, se sube al techo, nos tira orín, tenemos que salir corriendo de casa y entrar de la misma manera, porque está todo el tiempo en la vereda, y sólo con vernos le basta para agredirnos”, expresó, en plural, ya que en su casa también vive su hija, de 15 años. Justamente su hija es la razón por la cual acudió una vez más a ElDía. “Hace rato viene repitiendo: ‘tu hija va a aparecer violada en una zanja’. Por eso me decidí a volver a hablar, tengo mucho miedo por lo que puede llegar a pasar. Lo viene diciendo hace rato, ¿y si lo cumple? ¿qué tengo que hacer?”, expresó, con la voz entrecortada, compungida. Sobre la razón de tanto odio, explicó: “no hay razón, con todas mis hermanas es igual, en su familia nadie la quiere, no sé. Sinceramente, no lo sé, muchos años de terapia no me sirvieron para entenderlo”. Tanto la Policía como la Justicia y el Municipio saben de este caso. Pero, según explicó la propia víctima, a pesar de que ya ha reclamado medidas al respecto “no me dan bola porque lo consideran un problema familiar, pero esto es grave de verdad”. “Necesito que alguien tome cartas en el asunto y me ayude de verdad, algún fiscal, alguien, no sé”, reclamó, una vez más y con una angustia que conmueve.
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