VIAJES
Turquía: donde oriente y occidente se toman un té juntos
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Hay países que uno recorre con la cámara en mano. Y hay otros donde las fotos no alcanzan. Turquía es de los segundos. Es un puente geográfico, sí, pero también emocional: una mezcla entre el ruido de los bazares y la quietud de los minaretes al atardecer, entre el aroma a especias y ese silencio que a veces aparece cuando todo te abruma, pero bien.
Viajar por Turquía es entrar a una historia que no se define en un solo género. Puede empezar como un thriller bizantino en Estambul, volverse una peli de aventuras en Capadocia y terminar como un drama épico sobre civilizaciones perdidas cuando pisás Éfeso o los paisajes de Pamukkale. Todo eso en el mismo viaje, y sin que haga falta rebobinar.
Y lo más curioso: es un país que se deja ver, pero no se deja entender tan fácil. Tiene capas, como una buena novela. Y aunque te sientas muy lejos de casa, algo ahí resuena familiar. Capaz es el café fuerte, capaz la abuela que te cruza en un mercado y te sonríe como si supiera que venís de lejos.
Para quienes estén buscando esa mezcla exacta entre aventura, cultura y paisajes que parecen de otro planeta, hay propuestas muy bien armadas para viajar por Turquía sin perderse lo esencial. Algunas, como las que ofrece Memphis Tours en viajes a Turquía, combinan historia y comodidad en un solo itinerario (sin tener que regatear ni una vez, lo cual se agradece).
¿Qué no te podés perder si viajás a Turquía?
Estambul es siempre la puerta de entrada. Te recibe con sus mezquitas gigantes, sus gatos callejeros y su tráfico que no respeta ninguna lógica horaria. Pero más allá del caos encantador de la ciudad, hay otros lugares que marcan el ritmo del viaje.
● Capadocia, con sus paisajes lunares y globos al amanecer, es la postal soñada. Pero lo que más impacta es lo que está bajo tierra: ciudades subterráneas donde vivieron miles de personas hace siglos.
● Pamukkale, con sus terrazas de piedra blanca y aguas termales, parece sacado de otro planeta. O de una canción de Björk.
● Éfeso, si te gusta la historia, te va a enamorar Caminar entre ruinas griegas en perfecto estado y sentir que en cualquier momento aparece un centurión de fondo es… particular.
Lugares que todavía no están en TikTok (y mejor así)
● Mardin, en el sudeste, tiene una arquitectura que parece tallada en panal de miel. Y cero multitudes.
● Safranbolu, un pueblo otomano de casas de madera que parece detenido en el tiempo.
● Amasra, en la costa del mar Negro, con vistas que no necesitan filtros ni drones para impactar.
Turquía es eso: lo famoso y lo secreto, lo que se cuenta y lo que se guarda. Pero sobre todo, es uno de esos lugares que, sin saber bien por qué, te hacen sentir que estás justo donde deberías estar.