Un matrimonio de jubilados viven y cuidan a más de cuarenta perros en Urdinarrain
Todos en el pueblo comenzaron a conocerla como "doña Erika" y hasta allí todo sería normal para una jubilada de nacionalidad Eslovena que llegó a la Argentina en el año 58 luego de la segunda guerra mundial, para radicarse en Buenos Aires y luego llegar a Urdinarrain.Pero la historia de este matrimonio va mucho más allá, porque Erika Svet de 69 años junto a su esposo don Guillermo Tuscher viven en la zona chacras de Urdinarrain junto a aproximadamente 45 perros (hembras en su mayoría) y 11 gatos.El matrimonio llegó a la ciudad en busca de tranquilidad huyendo de la inseguridad en Buenos Aires y lo hizo junto a 27 perros de raza y 27 gatos, además de dos simpáticos monitos que ya fallecieron y otros animales.Hubo que sortear muchos trámites para traerlos, realizar papeles con veterinarios y demás, pero todo fue posible. Con el correr de los años la historia se fue acrecentando porque el amor va siempre más allá y el desamor de algunas personas también se hace notar.Comenzaron a aparecer perros abandonados en la puerta de su chacrita y Doña Erika nos dice "no puedo mirar para otro lado, me parten el alma, ellos también sufren", haciendo referencia a los perros que decidió cuidar, proteger y quedárselos, más allá de que entiende que ya no puede tener más.Diario elDía visito su domicilio y pudo charlar con ella, no fue fácil conseguir la nota porque como siempre, las personas con humildad, que dan por solo el hecho de dar y ser solidarios, lo hacen de corazón, pero ante nuestra insistencia, accedió a contar parte de su historia, parte de su vida.-¿Cómo comienza el amor hacia los perros?Es de nacimiento, mi papá en Europa era guardabosques y ya teníamos varios perritos que luego por la situación no pudimos conservar. Luego en Buenos Aires también tuve perros de raza y de a poco se fueron sumando, ellos son mi vida, no me imagino sin ellos, reconozco que a veces me complican pero son míos y no los doy.- ¿Cómo es un día con tantos animales?Bueno, ellos tienen sus horarios, para comer, para hacer sus necesidades y para dormir, incluso la siesta. Todos duermen en su habitación con camas y colchones, es muy lindo verlos juntos, aunque hay algunos que están separados por la relación entre ellos, pero todos duermen adentros y están vacunados y tiene la atención de los veterinarios de la ciudad.- Uno imagina que debe ser un costo enorme mantener y alimentar a tantos perritos. Ante la pregunta, Erika se inquieta y prefiere no contestar, solo por el hecho de no dar a conocer su verdadera hazaña de dedicar su vida al cuidado de tantos animalitos. Igualmente podemos notar que son un verdadero gasto.Todos comen alimentos para perros balanceado, el camión llega cada tres semanas y utilizamos unas nueve bolsas de 22 kilos cada una.- En Urdinarrain, lamentablemente en las últimas semanas se ha conocido la triste noticia que han aparecido perros envenenados ¿Qué opina de esta situación?.Es horroroso, lamentable, debe estar enferma esa gente. A los perros también los hizo Dios y tiene los mismos derechos. Los dueños de los perros también deben cuidarlos más preservando de que no anden en la calle, no me gustan los animales atados, pero si tendrían que tener un cerco para ser cuidados en la casa.- ¿Cuál cree que sería una solución para que no anden tantos perros callejeros?Tanto no sé, pero por ahí castrarlos sería una buena medida, luego ubicarlos, encontrarles una familia que esté dispuesto a cuidarlos. Además al perro hay que educarlo, ellos terminan entendiendo.Yo no puedo ver perros abandonados, su expresión me parte el alma. Aquí en Urdinarrain ahora se conformó la protectora Manos x Patas y yo me anoté como colaboradora, mucho no los puedo ayudar, pero en lo que pueda lo haré."Son también hijos de Dios"Sobre el final de la nota, Erika agradece nuestra presencia y cuenta que es la primera vez que cuenta a un medio su historia, más allá de que tuvo la oportunidad.Debemos apurar nuestra retirada, ya es hora del mediodía y los perros desde adentro comienzan a ladrar. Iincreíblemente, Erika se acerca, les habla y ellos se quedan todos en silencio. "A veces son complicados, pasa que ya es la hora de su alimento", cuenta Erika y sonríe.Lo entendemos, estamos interrumpiendo sus horarios. Doña Erika nos acompaña hasta el portón y antes de retirarnos nos dice: "por favor, que la gente no los abandone, más vale que lo pongan en una canastita y los ofrezcan en el parque, ellos también son hijos de Dios", concluye.La historia nos deja pensando y cuando dejamos el lugar, admiramos aun más el corazón de este matrimonio jubilado que, cada vez que se realiza una campaña de solidaridad siempre realizan donaciones.Ellos no tienen interés de que se sepa, pero es nuestro deber contar el amor que puede tener un ser humano por los demás, por el simple hecho de dar, por entregar y defender a los que muchas veces son indefensos.En un tramo de la nota Erika contó: "no alcanza con tener un perrito solo porque es lindo, es chiquito y quiero tenerlo como mascota y después olvidarlo". El amor verdadero siempre va mas allá de la belleza y dura en el tiempo.
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