Un policía recibió tres balazos y se salvó

Por Fabián MiróUno de los disparos dio en el chaleco antibalas, otro en el hombro y un tercero impactó en el handy. Se trata de Edgardo Darío Silvetti, de 36 años, que fue atacado en la madrugada del lunes en la Autopista Mesopotámica.Todo comenzó alrededor de la una de la mañana, cuando se acercó al puesto de control policial en el acceso de Villa Paranacito un vehículo con un matrimonio mayor de edad. Estas personas informaron al personal policial que a unos 2000 metros aproximadamente hacia el lado de Ceibas, había un auto que aparentemente se había despistado. Ante esta situación, el Cabo Primero Silvetti partió en una moto de la Policía, previo aviso a la comisaría de Ceibas.El suboficial transitó por la Ruta Nacional 12, Autopista David de la Chiesa, hasta el kilómetro 151,5 ubicado entre el puesto de Gendarmería y de control policial. Allí se encontró con un coche estacionado en forma irregular y con las luces encendidas. El auto "ocupaba una mano de la autopista y encandilaba a los coches que venían" en sentido contrario, destacó el policía. Silvetti notó que "había una persona adentro del vehículo; dejo la moto y me dirijo hasta el conductor a quien le pregunto si había tenido algún accidente, recibiendo una repuesta negativa. Le solicité que corra el auto a la banquina a los fines de prevenir un accidente", contó. El sujeto se bajó del auto "dándome la espalda y sin mostrar la cara, comenzó a correr el rodado hacia atrás y fue en ese momento que me doy cuenta de que a mi izquierda, había otra persona. Un sujeto que habría estado escondido entre los pastos. Lamentablemente-dijo- no me dieron tiempo para reaccionar. El conductor me toma por atrás y me saca el arma y me tira sobre el auto", relató a El Día el agente policial.
De milagro
Allí empezaron los disparos por parte del segundo sujeto. "La primera bala me impactó en la zona abdominal. Un disparo a quemarropa a no más de 30 centímetros sin mediar palabra alguna. Producto del balazo, caigo al suelo y una vez en el piso, intenté tomar mi arma para defenderme, pero me dí cuenta de que no la tenía". Enseguida recibió un segundo disparo que "me da en el hombro con orificio de salida. Me desplomo en el suelo. Convaleciente miro al sujeto que dispara y este me apunta a la cabeza para el "tiro de gracia", recuerda traumado el policía. "Instintivamente con mi mano izquierda traté de cubrirme con el equipo de comunicaciones, y por suerte el disparo impactó en el Handy".
Los agresores
Luego de eso los sujetos subieron al auto (un Ford Fiesta) y se fueron: "Quedé en el piso con sentimientos encontrados. Dolor, angustia y felicidad por estar vivo".Consultado sobre las características de las personas, las describió como dos sujetos de sexo masculino. Tendrían entre 40 y 45 años. Uno de ellos de contextura grande con el cabello largo y el rostro con barba que fue el me baleó. El otro un poco mas bajo de estatura, tez blanco y con el pelo corto, similar al utilizan las fuerzas de seguridad", recordó en la charla con El Día.El Cabo Primero destacó que la gente que lo atacó "sabe lo que hace y la persona que me disparó en tres oportunidades en ningún momento se inmutó. Un tipo frío, sanguinario que no dudó en jalar el gatillo de una pistola 9 milímetros". Después intentó levantarse y se paró delante de un transporte brasileño. "Pararon y me ayudaron hasta que a los 10 minutos llegaron mis compañeros de Ceibas. Esperé 20 minutos hasta que llegara la ambulancia. Tiempo que se hizo eterno. El dolor se agudizó. No quería morir tan joven y dejar a mis hijos sin padre. Finalmente me atendieron en el Hospital de Ceibas. Allí me hicieron las primeras curaciones. Luego me derivaron al Hospital Centenario y luego al San Lucas", donde se encuentra actualmente acompañado por su pareja, Miriam, con quien tienen un nene de casi tres años.Silvetti es de La Paz y anoche desde el norte entrerriano, viajaba su madre junto a una nena de 14 años, fruto de un primer matrimonio.
El chaleco le salvó la vida
Silvetti tenía colocado su chaleco antibalas. Fue el que en definitiva le salvó la vida. El primer disparo a la zona abdominal impactó en el mismo. El chaleco le pertenece al policía. "Cuando vivía en Capital Federal, viajaba uniformado y al ver los crímenes que se sucedían en Capital contra policías decidí comprarlo y fue la mejor inversión de mi vida. Costó 800 dólares y siempre pensé que me iba a salvar la vida." Fue así que ese chaleco le permite hoy contar esta historia increíble.
Búsqueda
El Comisario Mayor Fernández, titular de la Departamental de Islas del Ibicuy a la que pertenece el policía baleado, señaló que "esperamos tener resultados lo más pronto posible. Se cerró el puesto de caminera de Brazo Largo, el puesto de Gendarmería, el puesto de peaje de Gendarmería de Zárate y con las Jefatura vecinas estamos en comunicación. Estamos trabajando todos. Tuvimos la mala suerte de que a quince minutos de ocurrido el hecho se vino un vendaval de agua y de granizo en la zona que nos dificultara mucho el trabajo. No se descarta que los que intentaran asesinar al suboficial sean piratas del asfalto", aseguró el oficial.
El auto
Un Ford Fiesta color rojo o bordó con vidrios polarizados y el guardabarros trasero del lateral izquierdo está trabajado por masilla.
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