Un siglo de comercio internacional de Argentina
Entre 1910 y 2008 la Argentina redujo su participación en el mercado mundial de exportaciones en un 85 %, pasando del 3 % (según datos de Angus Maddison, OECD 1995) al 0,45 % (según datos del Centro de Economía Internacional del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de la República Argentina).
Desde 1910 y hasta prácticamente nuestros días (2008), el total de las ventas argentinas al exterior sumaron un valor de u$s 714.000 millones (algo más de u$s 7.200 millones por año en promedio), al tiempo que las compras alcanzaron los u$s 589.000 millones (u$s 6.000 millones por año en promedio) y el saldo de su Balanza Comercial para todo este período, resultó favorable en casi u$s 125.000 millones (algo más de u$s 1.200 millones por año en promedio).
Aunque lo llamativo surge que del total exportado a lo largo de estos 99 años, el 50 % fue generado en el siglo XXI (2000-2009) y el otro 50 %, en el siglo XX (1910-1999), lo que implica reconocer que en sólo 9 años (2000-2008) la Argentina duplicó sus ventas al exterior con respecto a los 90 años anteriores (1910-1999), ubicando así, el promedio en casi u$s 40.000 millones por año, contra u$s 4.000 millones por año del siglo pasado.
Muchas hipótesis pueden plantearse para intentar explicar lo acontecido pero el objetivo del presente no pasa por interpretar las realidades históricas, sino de proponer la reflexión respecto a ciertos datos objetivos que pudieron haber influido, como por ejemplo: la crisis internacional de 1930 pone fin al hasta ese entonces exclusivo modelo agroexportador, dando pie a un incipiente modelo de industrialización por sustitución de importaciones, especialmente en sectores vinculados a bienes de consumo, que se profundiza en los años 40 con bienes intermedios y algunas industrias básica.
Es importante resaltar que si bien no existen dos períodos históricos iguales, el presente trata tan solo de ser un ejercicio útil para entender el presente -con pobreza y desempleo estructurales- y comenzar a resolver la ecuación de la productividad de nuestros recursos, ya que sin ella la competitividad externa estará siempre ligada a una necesidad del tipo de cambio alto, que es el instrumento más cruel para pulverizar salarios.
Los siguientes gráficos favorecen la comprensión de los marcos teóricos (en décadas y en ciclos de 30 años) que acompañaron los distintos momentos de nuestra historia como nación y el último especialmente (1980/2007: Evolución por Sectores) puede resultar muy útil para responder algunos interrogantes sobre competitividad.
José Blanco – Banco Estadístico de la Corporación del Desarrollo
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