“Un soldado no muere en el campo de batalla, sino cuando su patria lo olvida”
Dionisio Petizco, referente de los veteranos de guerra en Gualeguaychú, fue el único orador en el acto que se celebró ayer en el monumento en memoria de los 649 caídos en el conflicto del Atlántico Sur. "La desmalvinización provocó heridas que aún no cicatrizan", dijo.
La mañana no pudo ser mejor a la que se desea para cualquier acto que se realiza al aire libre. El sol brillaba sobre la escultura que hace años se emplazó en Luis N. Palma y Sáenz Peña para recordar la guerra y los caídos en Malvinas. Y como todos los años, para cada 2 de abril, ese lugar se transforma en el epicentro de los agasajos y homenajes por parte del Estado Municipal.
El acto comenzó con la presentación de la Agrupación 2 de Abril, conformada por efectivos del Ejército Argentino, Prefectura, Gendarmería, Policía de Entre Ríos, Servicio Penitenciario y Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Gualeguaychú. Posteriormente, el monseñor Ricardo Faifer, realizó un oficio religioso recordando a los que cayeron en la guerra y a sus veteranos.
Luego de un minuto de silencio, fue tiempo de los discursos. A diferencia de otros actos, el único que hizo uso de la palabra fue el veterano Dionisio Petizco, que durante el conflicto estuvo apostado en Puerto Argentino. Primero leyó un discurso que había preparado, pero luego guardó el borrador en un bolsillo del saco y habló "como se lo mandaba su corazón".
Voces del alma
"A 37 años de la gesta de Malvinas, es decir, de la recuperación de nuestras islas usurpadas en 1833 por Inglaterra, celebramos el Día de los Veteranos y Caídos en Malvinas. Homenajeamos a nuestros 649 héroes que las custodian en guardia eterna por tierra, mar y aire, con su espíritus", y recordó que "Gualeguaychú tiene allí a sus héroes en custodia: el sargento Raúl Dimotta y el soldado Carlos Mostto, ambos fallecidos en acción".
"Estar aquí compartiendo con mis compañeros recordando las vivencias de Malvinas, desde el 1 de Mayo al 14 de junio, es para nosotros muy profundo. Pensar en lo que cada uno de nosotros vivió, nuestras esposas, padres y amigos que sufrían en el continente sin tener noticias de lo que allí pasaba", manifestó Petizco, que además contó que "gran parte de la sociedad cree aún que la guerra fue injusta, aunque era muy justo el objetivo".
"Mi principal preocupación era no llegar a conocer a mi futuro hijo, ya que mi esposa estaba embarazada cuando partí a las islas, y después sufrí la tristeza por la batalla perdida en Malvinas. Al mes de regresar tuve a mi hija y colmó con esa alegría mi tristeza", destacó.
Remarcó que tuvo el "honor y el orgullo de haber pertenecido al único destacamento militar creado en las Islas, como lo fue el Apostadero Naval Malvinas, conformado para el apoyo logístico en la guerra, control portuario, patrullaje interisleño, traslado de racionamiento entre otras tareas".
Terminada la guerra, y de regreso en el continente, contó que "recibimos la orden de no hablar, no contar lo que vivimos, e inclusive recibimos el mote de 'los locos de la guerra', cuando decíamos que habíamos estado en Malvinas". "El desinterés de los gobernantes de esa época, y de buena parte de una sociedad que no nos entendía, llevó al suicidio a centenares de veteranos con el correr de los años, debido a la incomprensión y a la falta de un tratamiento médico adecuado", agregó.
Denunció que se "montó una campaña de desmalvinización que, gracias a los soldados, fue cambiando". Dijo que los veteranos "luego de una larga lucha", consiguieron que se los reconociera. "Primero a los conscriptos y luego al personal de cuadro que combatió en la guerra", indicó. "Por fortuna, hoy vivimos otra realidad y agradezco a Dios ver a los colegios, niveles primario y secundario, formados junto a sus docentes". También agradeció a los establecimientos educativos que "nos invitan a dar charlas y que los chicos tengan conciencia de que las Malvinas son nuestras, más allá de que no flamee el pabellón nacional". Cerro su discurso con la frase: "Un soldado no muere en el campo de batalla, sino cuando su patria lo olvida".
Posteriormente, el presidente Municipal, Martín Piaggio, acompañado de autoridades provinciales y municipales, hizo entrega de la bandera de Gualeguaychú a los veteranos, familiares de los mismos y familiares de Carlos Mosto y Raúl Dimotta.
Testimonios
Héctor Pereyra
Como suboficial del Ejército prestó servicios en el Comando de Brigada de Infantería 3. Dijo que fue como "enfermero", sin embargo "terminé combatiendo junto a mis compañeros en Monte Harriet, donde fui herido en una pierna". A 37 años de la toma de las Islas, señaló que "no hay que olvidar la gesta y que actos como este mantienen viva la llama de Malvinas, recordando a nuestros héroes, nuestros caídos que quedaron de custodia permanente".
Ángel Telma
El veterano de guerra señaló que las sensaciones que se "viven estos días son muy fuertes y cada año que pasa se siente más el afecto de la gente". Telma integró el Regimiento 3 de La Tablada. Llegó a Malvinas el 9 de abril a Puerto Argentino y regresó el 18 de junio. Dijo que se encontraba en el sentido contrario al lugar en donde desembarcaron los ingleses. Indicó que en los "últimos dos días estuvo en primera línea combatiendo contra el invasor británico".
Osvaldo Lucca
Conformó las filas del Regimiento 7 de La Plata, estuvo en Monte Longdon, pero luego fue enviado a primera línea como operador de radar, uno de los objetivos más buscados por las fuerzas británicas. Recordó que en la "noche del 11 de junio sufrimos un feroz ataque".
Dijo que la guerra lo afectó mucho, por todo lo que significa un conflicto bélico, máxime cuando se pierde a alguien cercano. "Yo vivía con Carlitos Mosto en La Plata. Él estudiaba medicina y yo ingeniería y luego de la guerra no volví a La Plata. No puedo hacerlo", comentó Carlés, que aún siente la falta de su amigo.
ESTE CONTENIDO COMPLETO ES SOLO PARA SUSCRIPTORES
ACCEDÉ A ÉSTE Y A TODOS LOS CONTENIDOS EXCLUSIVOSSuscribite y empezá a disfrutar de todos los beneficios