Un viaje hacia el pasado
La mítica Colonia del Sacramento (Uruguay) fue el destino, el pasado 13 de octubre, de un grupo integrado por 14 profesores, 34 alumnos y 8 acompañantes. Aquí transcribimos la crónica de ese viaje redactada por estudiantes del 3° año del Profesorado de Historia del Instituto 'Sedes Sapientiae', a pedido de este diario.Mario I. Campostrini, Luisina Pérez y Francisco D. Sosa*Sábado 13 de octubre. Una brisa fresca, que obligaba a usar campera o un pulóver fino, recorría las calles de Gualeguaychú mientras los alumnos del departamento de Historia del Instituto del Profesorado "Sedes Sapientiae" comenzábamos a reunirnos en plaza Ramírez, sobre la intersección de Rocamora y Del Valle, aguardando con mucho entusiasmo la llegada del colectivo que nos llevaría a un pasado que aún vive y que muy pronto se nos haría presente.Este viaje a uno de los puntos estratégicos del Plata, "piedra de conflicto entre Portugal y España" en las palabras de la profesora Silvia Razzetto, nos trasladaría hacia una realidad que ahora se escapaba de libros y explicaciones para transformarse en calles, casas, edificios, lugares, río.El casco histórico de Colonia del Sacramento, ubicado en el sur dela República Orientaldel Uruguay a177 kilómetrosde Montevideo, es mucho más que un barrio de la ciudad del mismo nombre, pues se encuentra diariamente visitado por gran cantidad de turistas de todo el mundo, desde que fue declarado Patrimonio Cultural dela Humanidadporla UNESCOen el año 1995. La embajada portuguesa contribuyó mucho a la reconstrucción del lugar, que entre sus atractivos presenta: el Portón de Campo, única entrada a la antigua fortaleza, con parte de la muralla que aún puede recorrerse; las calles empedradas, con acequias sobre la mitad de la calle a la usanza portuguesa, por las que se escurre al agua hacia el río que, cabe destacarse, se visualiza desde todas las esquinas "para avistar un posible ataque español".Nos explicaban los diversos guías que nos orientaron en los museos;la Plaza Mayor, único espacio abierto de la antigua ciudad, que era utilizada como plaza de armas, pero que no era el centro de la fortaleza, según la plantificación portuguesa, distinta del famoso "damero" español.En tantola Basílicadel Santísimo Sacramento, reconstruida entre 1957 y 1995, exhibe piezas religiosas portuguesas y españolas de más de 400 años, y propone un espectáculo de luces y sonidos en diversas fechas del año, expuestas en pancartas en la entrada de la misma.Además las ruinas del Convento de San Francisco y el Faro, que si bien no pertenece a la época colonial, fue culminado en 1857, puede ingresarse por un monto mínimo, y en el que se puede tener una vista única de la antigua ciudad y del "Mar Dulce", que Solís recorrió allá por 1517; además deben sumarse los museos que el barrio presenta.Pasado y presenteColonia del Sacramento fue fundada por Manuel Lobo, gobernador portugués de Río de Janeiro, entre el 20 y el 28 de enero de 1680. Su objetivo era simple: controlar la entrada y salida de naves desde el Río dela Plata, inquietando así a Buenos Aires, colonia española.Durante un siglo la ciudad fue tomada por las armas españolas, y recuperada por la diplomacia portuguesa, que tenía planes de conquista no solo sobre esta banda del río, sino sobre toda la región Mesopotámica.Finalmente, en 1777, mediante el tratado de San Ildefonso, la ciudad quedaría en manos españolas al precio de las misiones jesuíticas, que formaban parte del Virreinato del Río dela Plata.Hoyen día, quedan vestigios de esta importancia estratégica: grande fue el asombro cuando, desde el colectivo, a las 8:40 de la mañana se avistaban pequeños edificios en el horizonte."Eso es Buenos Aires", nos explicó el profesor Eduardo Ramírez, quien estuvo a cargo de la organización del viaje. Las condiciones climáticas, que eran óptimas, un amplio cielo azul sin nubes y un sol radiante, favorecieron este avistamiento. Así fue como llegamos a nuestro destino.Encontrarse de frente con el Plata en toda su extensión, chocar con la alta muralla de la fortaleza, pasar por debajo del umbral del Portón de Campo, con la reconstrucción del puente levadizo en madera y de las calles empedradas fue un espectáculo que ni siquiera podríamos haber imaginado a partir de las lecturas para las materias en las que se trata la importancia de este enclave.El recorridoLas construcciones y la misma plantificación demuestran las influencias portuguesas y españolas del "barrio sur", denominación que se le da al casco histórico por los habitantes de la ciudad. Al estar enclavado en una península, se encuentra rodeado por el Río dela Plata, que le agrega una belleza única y una vista muy particular, ideal para aquellos amantes del paisajismo, o para aquellos que solo quieran disfrutar de un recorrido histórico-cultural o de la naturaleza, muy presente en el barrio.Las 11:00 fue la hora pautada para el reencuentro en las puertas del Museo Municipal "Doctor Bautista Rebuffo", luego de que se diera por los organizadores unos minutos de esparcimiento para recorrer las retorcidas calles del casco, y de paso estirar las piernas luego de un viaje nocturno.El grupo completo se dividió en dos grupos más pequeños, para recorrer mejor el mencionado museo y otro, el Museo del Período Histórico Portugués, a los que se accedió gracias a la intervención del Profesor Eduardo Ramírez ante el cónsul general uruguayo Ministro Federico Xiviller Vila, del Consulado de Rosario, el Oficial de Cancillería Señor Horacio Sánchez Negrette, Consulado en Gualeguaychú y el Director Departamental de Cultura dela Municipalidadde Colonia Maestro Carlos Deganello.El Museo Municipal "Doctor Bautista Rebuffo" fue inaugurado en 1951. Es una construcción portuguesa de mediados del siglo XVIII, y modificada en el período español agregándole techo de azotea. Fue casa de los Secretarios y en ella habitó el Almirante Guillermo Brown.Luego cumplió otras funciones, como almacén y bar. Cuenta con diferentes salas temáticas como: de arqueología indígena, material perteneciente ala Plazade Toros y al Hotel Casino del Real de San Carlos, una maqueta de la fortificación recreandola Coloniade 1762, mobiliario del siglo XIX, sala religiosa, paleontológica y de ciencias naturales.El Museo del Período Histórico Portugués fue inaugurado en 1977. El cuerpo central es el de una construcción portuguesa que data de principios del siglo XVIII (1720, aproximadamente), con techo a cuatro aguas, de madera y tejas, muros exteriores de piedra y adobe y tabiques realizados en una estructura de madera rellena con piedras, trozos de tejas y adobe.Contiene también anexos españoles de 1792. Se destacan entre el material exhibido: el escudo original del Portón de Campo, mobiliario, armamento, reproducciones y objetos populares junto a una importante colección cartográfica.Las casas portuguesas, a diferencias de las construcciones españolas, seguían el nivel natural del terreno, lo mismo que sus calles. Entre sus características particulares: poseen dinteles y paredes anchas, paredes internas que no llegan hasta el techo, construidas con adobe, piedras y la llamada "cruz de San Andrés", especie de puntal de madera.Nos llamó mucho la atención cuando la guía Erica Barolín nos hizo mirar por la ventana: estábamos en un segundo piso, sin haber subido una sola escalera, lo que demuestra esta construcción según el nivel del suelo.Así llegó la hora del almuerzo. Los profesores organizadores decidieron que para comer, el grupo grande se dividiera en grupos más reducidos, según su afinidad. No había restaurante en el casco histórico que no tuviera algún grupo de alumnos o profesores de la excursión.Cabe mencionar que no fue fácil conseguir un lugar ya que los diferentes grupos de turistas y los mismos habitantes de la ciudad copaban los restaurantes y locales de comida rápida.Con la panza llena y el corazón contento, cada grupo continuó con un actividad optativa: algunos se decidieron por el postre, otros continuaron paseando por el casco histórico y recorriendo sus lugares destacados; algunos descansaron bajo la sombra de los grandes árboles dela Plaza Mayor, otros caminaron por el Puerto, por el que corría una hermosa brisa que aplacaba el calor de la siesta; algunos recorrieron diversos puestos de recuerdos y otros optaron por subir al Faro.Una exposición de autos antiguos y un festival musical y de entretenimiento de vecinos y ex vecinos del "barrio sur", además de la constante cantidad de gente que circulaba en los alrededores, sumaban color y alegría a las postales del día. Obviamente no hay que olvidar a los fieles compañeros de viaje: el mate y la cámara fotográfica.El horario de reencuentro se había pactado nuevamente en el Portón a las 19:00, luego de lo cual se tomó lista, y se inició el retorno a nuestra querida ciudad, a la que arribamos a las 22:30 exhaustos pero muy felices.Nota: Agradecemos a quienes hicieron posible este viaje: autoridades del Instituto, Consulado dela República Oriental del Uruguay, Cancillería, Dirección de Cultura dela Municipalidad de Colonia del Sacramento y guías de los museos.* Estudiantes de 3° año del Profesorado de Historia del Instituto "Sedes Sapientiae".
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