Una deuda de 150 millones de pesos impide al IAPV la construcción de nuevas viviendas
[gallery link="file" orderby="title"]De 23 mil adjudicatarios que tiene el Instituto Autárquico de Planeamiento y Vivienda (IAPV), 18 mil figuran como morosos, que deben entre siete y diez mil pesos al Estado. Historias de quienes consiguieron la casa propia a través de este sistema. Mónica Farabello/Carlos Riera/Rubén Skubij/Guillermo Navarro El IAPV lleva adelante un sistema solidario por el cual posibilita que familias puedan adquirir una vivienda con una financiación a largo plazo con una tasa de interés muy baja, inexistente en el mercado bancario, pero se ha llegado a un momento crítico en la provincia porque muchas de las familias que han sido beneficiadas con una casa han dejado de pagar las cuotas, que en algunos casos llega a ser de 34 pesos.Carlos Aloy estuvo durante mucho tiempo al frente de la Regional Sur y en la actualidad cumple funciones como vocal del Directorio del IAPV en la provincia de Entre Ríos. En diálogo con elDía, brindó datos que alertan y atentan contra este sistema solidario."Tenemos una morosidad con respecto a la deuda actualizada, en base a la refinanciación que hemos hecho, donde la suma asciende a más de 150 millones de pesos", indicó el funcionario provincial.Ante esta información, Aloy aclaró que hay una decisión firme por parte del Gobernador de normalizar las deudas o en caso contrario se estaría dando curso a las diligencias a través de la fiscalía de Estado de la provincia."La mayoría no paga", manifestó Aloy y agregó que de los 23 mil adjudicatarios que existen, 18 mil son morosos. "Hay deudas muy grandes, pero en el promedio general cada beneficiario debe alrededor de entre 7 mil a 10 mil pesos".El ex responsable de la oficina de Gualeguaychú comparó que la deuda que mantienen los adjudicatarios con el Estado corresponde a mil nuevas viviendas que se podrían construir, que beneficiarían a más familias que han atravesado las mismas situaciones."Cuando hay una necesidad sumamente importante de viviendas, no podemos estar sin hacer nada ante las deudas que tiene la gente", subrayó.Especificó que se ha implementado el débito automático a los beneficiarios de viviendas que además son empleados públicos provinciales, "hayan firmado o no la conformidad, y estamos haciendo convenios con distintos municipios porque hay adjudicatarios que son empleados municipales que están en la misma situación".Con respecto a las cuotas que se deben abonar, Aloy comentó que "muchas han quedado muy bajas y no se pueden modificar dado los convenios y acuerdos y las actas de ventas que se han realizado en su momento, pero hay cuotas que llegan a ser de 34 pesos y no se pagan"."La refinanciación y las cuotas nuevas de las viviendas se van a ir alargando y la refinanciación va a estar alrededor entre los 400 y 500 pesos, se va a normalizar teniendo en cuenta que son viviendas habitacionales que el Estado invierte fuertemente, tanto la Provincia como la Nación", aclaró el funcionario.Aloy relató que las excusas que ponen los morosos es para "hacer un libro con las anécdotas y los argumentos" y argumentó que se actúa "en forma individual con cada adjudicatario, con cada vivienda, para eso estamos trabajando administrativamente y con la Justicia".El Estado estaría por accionar legalmente contra quienes no regularicen su situación particular, "podría haber embargos hasta la posibilidad de que el IAPV recupere la vivienda para otra familia, uno espera que eso no suceda y que el adjudicatario entienda que esto es un sistema solidario y que su cuota va a servir para que podamos construir alrededor de 1000 viviendas más". Aloy relató que las excusas que ponen los morosos es para hacer un libro con las anécdotas y los argumentos". "Vivir en lo tuyo te cambia la cara"Daniel Espino y su familia habitan en su casa desde agosto del año 2011, circunstancia que les cambió la vida. "Alquilé muchos años, tenés en la cabeza todo ese tiempo la intención de acceder a lo tuyo, sobre todo porque los alquileres últimamente se habían ido para arriba", contó a elDía.Espino es dirigente de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), seccional Gualeguaychú. "Al igual que muchos compañeros esperamos la concreción del Barrio ATE 3 con mucha ansiedad, estábamos en una situación desesperante", relató.En tanto, manifestó que durante 10 años estuvo esperando un llamado del IAPV. "Esperamos al igual que otras cientos de familias. Sucede que hay proyectos de casas para sectores que cuentan con sueldos elevadísimos o para que aquellos que no tienen nada, y el Estado -con razón- les daba una unidad de manera más accesible".Pero -aclaró- "aquellos que teníamos un recibo de sueldo con alguna entrada que no era demasiado importante, seguíamos alquilando. Surgió la posibilidad a partir del gremio y se pudo concretar".Daniel Espino agradece la casa que tiene. "A nosotros nos cambió la vida, el hecho de tener que tirar esa suma mensual a la calle, te cambia la cara".Dijo que "es una locura el pensar lo que una familia deja en los alquileres. Yo sumé aproximadamente lo que abonamos durante más de 12 años, constituye alrededor del 60 por ciento del valor de una propiedad no ubicada en un barrio".Espino tiene cuatro hijos, dos casados. "Los más chicos, uno de 20 y otra de 16 que viven con nosotros".- Su actividad le permite testear la problemática actual en la ciudad.Me preocupa que digan que se está solucionando el tema de la vivienda. El anuncio que se ha hecho sobre la construcción de 100 mil viviendas no dará mayores respuestas, no es una solución de fondo. Ya hubo otros intentos como años atrás con otros nombres, siempre le buscan una denominación que pega y entusiasma a la gente, espero que las familias tengan suerte".Sostuvo el trabajador y dirigente que "el tema es de muchos años atrás si bien los que están ahora son muy responsables porque hace aproximadamente 9 años que están en el gobierno".Recordó que existe un impuesto "para el Fondo Nacional de la Vivienda (Fonavi), "desde tiempos inmemoriales que se paga pero en realidad no hay una respuesta hacia el trabajador".Sostuvo que "se junta una gran cantidad de dinero como aquel impuesto al combustible que es para la ruta pero, resulta, el Estado además tiene que salir a pagar los caminos que se hacen". "El alquiler preocupa"Los alquileres en la ciudad "han picado para arriba y nos preocupa que no haya respuestas para la situación. Hay mucha gente que están viviendo en unidades ajenas y se la están ajustando en dólares, una cosa espantosa. Frente a esto los sueldos que están deprimidos, con una inflación que no afloja y que se percibe cuando vamos al supermercado".Cabe acotar que el gremio dedicó meses de trabajo para construir un barrio de 186 viviendas divididas en ATE 1 en un predio, y ATE II y III en otro terreno. "Estamos felices con nuestras casas pese a que debimos sortear muchas falencias que se están corrigiendo con la buena voluntad de las partes", precisó Espino.-¿Le realizó algunos cambios a su casa? Lo primero que pude hacer a Dios gracias -y por medio de un crédito- fue un alambrado olímpico y hace poquito le pusimos un portón en la entrada de auto, quedó cerrado. Ahora queremos construir otra habitación pero la cosa es difícil por los costos.Pero tenemos lugar, muchos vecinos han modificado sus viviendas, el barrio está cambiando lo que me pone feliz, están haciendo cosas en su propiedad. Esto es gratificante. Estamos felices con nuestras casas pese a que debimos sortear muchas falencias que se están corrigiendo con la buena voluntad de las partes."Mucha gente no valora la casa que tiene"Silvia tiene tres hijos y desde que el más chico tenía meses está separada. Tuvo que enfrentar los primeros años de niñez de sus hijos sin vivienda propia y con la responsabilidad de costear un alquiler.Luego, ingresó en un plan de viviendas de IAPV y finalmente es una de las adjudicatarias del Barrio Obrero ubicado en la zona noroeste de la ciudad.Silvia aseguró que "los beneficios de los planes de vivienda son muchísimos". En este sentido contó a elDía que "antes de darme la casa me hicieron una encuesta. En ese momento yo tenía un trabajo que me daba unos pesos pero no podía seguir alquilando".Además, aseguró que "desde el IAPV me preguntaron qué muebles tenía y qué era lo que me hacía falta". Luego, le adjudicaron la vivienda de dos dormitorios, cocina comedor, baño y un terreno de 38 metros cuadrados."Me regalaron una cocina porque la mía estaba toda rota, también me regalaron las camas para los nenes; sillas porque yo tenía tres solamente; también me entregaron frazadas para mis hijos", expresó.Asimismo, contó que "a todos los vecinos les dieron los mismos beneficios que a mi; conozco algunos a los que les dieron hasta la heladera, y hoy en día muchos no lo reconocen y hasta dejaron de pagar la cuota". Pago en 50 añosEn cuanto al pago de las cuotas para adquirir la vivienda propia, Silvia informó que "nos dieron cuotas de 32 pesos a pagar durante 50 años; ahora la cuota subió a 41 pesos porque tenemos seguro contra incendios y un seguro de vida".Al respecto, explicó que "si a mi me pasa algo, como no tengo marido, la casa queda directamente para los nenes y la deuda queda totalmente anulada; hay otros casos de matrimonios que si falta uno le queda al otro o a sus hijos, así que realmente los beneficios son muchos".El Barrio Obrero fue construido por Cooperativas de trabajo a través de IAPV. Las cuotas son accesibles, aunque según Silvia, "hay deudas en cantidad de todos los vecinos; muchos dicen que no pagan más porque nadie los puede sacar porque ellos necesitan la vivienda; hay muchos que se manejan mal".Otro de los beneficios que Silvia resaltó a elDía, es que están "exentos de pagar Rentas por 5 años con el sólo hecho de presentar una nota; de las 51 viviendas del barrio, sabemos que sólo 10 presentaron el trámite".Además, aseguró que "cuando tenés todas las cuotas de la casa al día, no pagás la del mes de enero, así que siento que tenemos muchos beneficios que tal vez muchos no valoran".Desde hace siete años Silvia y sus tres hijos tienen su casa propia, y aseguran que tienen todo al día. Inversión en viviendas familiaresA través de los programas de Viviendas por Cooperativas y Viviendas Rurales, un importante número de familias entrerrianas accederán a sus propias viviendas. El trabajo demandará una inversión total de 30.874.800 millones de pesos y será llevado adelante por cooperativas entrerrianas.El gobernador Sergio Urribarri presidió el acto donde se firmaron los convenios y se entregaron los aportes con este fin."Por primera vez después de años, tantas personas humildes y de a pie se han involucrado para intentar cambiar el futuro del prójimo ya que esas personas trabajan para hacer viviendas que habitarán después otras personas", resaltó Urribarri durante el acto que se desarrolló en el Centro Integrador Comunitario (CIC) de Gualeguaychú.Durante el acto se realizó la firma de convenios y entrega de aportes en conceptos de adelantos para la construcción de viviendas por cooperativas de Entre Ríos, con una inversión total de 30.874.800 millones de pesos. Las 244 viviendas se construirán a través de 46 cooperativas en las localidades de Gualeguaychú, San José de Feliciano, Larroque, Conscripto Bernardi, Urdinarrain, Concordia, General Campos, Chajarí, Bovril, Diamante, Villa Elisa, San José y en la Aldea Productiva "La Esperanza" del departamento Tala. "Somos privilegiados porque tenemos la casa propia"Melina Cura Benavente y Sebastián Campaña están felices por tener casa propia. Hacía algunos años se habían anotado en el registro de viviendas del IAPV, para algún plan en particular, pero no se les presentaba ninguna oportunidad.Habitaban, junto a la pequeña Sofía, en una casa prestada por un familiar. Pero vivían con mucha incertidumbre porque estaba a la venta. "No pagábamos alquiler pero no sabíamos cuándo teníamos que irnos porque podía ser de un momento a otro", dijo Sebastián en diálogo con elDía."Si debíamos irnos a una casa con los espacios que necesitábamos, el alquiler rondaba los 1800 pesos, y la verdad hubiera sido muy complicado afrontarlo", remarcó.Lejos de poder acceder a un crédito por las altas exigencias del sistema financiero, Melina y Sebastián tuvieron la oportunidad de incluirse en las viviendas del sindicato de los petroleros, ubicado al lado del barrio hipódromo. Y allí habitan desde hace más de un año y medio: cumplieron el sueño de tener su casa propia."Para un obtener un crédito tenías que ganar seis o siete veces lo que ganabas, debías tener tanta plata como para que no necesitaras un crédito, había que demostrar que no lo necesitabas para que te lo otorgaran", graficó Sebastián.En tanto, Melina contó que desde que están en la casa propia pueden manejar diferente el presupuesto familiar, y disponer del dinero de otra manera. "Pagamos una cuota de casi 400 pesos y con la diferencia de lo que costaría un alquiler podemos invertir en reformas o equipamiento para la vivienda", explicó.Y agregó que "el sistema de pago es por cuotas y cada familia elige el plan de acuerdo al plazo de años que quiera. El monto no es alto porque estás pagando tu casa, no es plata que se tira o que le das a otro".Destacó además que "la vivienda se abona en cuotas sí o sí durante cinco años, luego se puede cancelar la totalidad o ir adelantando los pagos mensuales".Por su parte, Sebastián detalló que para acceder a la vivienda debieron cumplir una serie de requisitos exigidos por el IAPV, como "no tener ningún terreno o inmueble a nombre propio, haber convivido cierta cantidad de años y demostrar capacidad de pago"."Somos privilegiados, sentimos un gran alivio porque tenemos la casa propia y es lo más importante a lo que se puede aspirar como familia", coincidieron ambos.
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