POLICIALES
Una mujer forcejeó con ladrón mientras otro baleó a su padre

El hecho ocurrió en San Benito. Una almacenera no tuvo temor de enfrentar a los delincuentes.
El sábado no fue un día más en la vida de Gabriela y Omar, dos almaceneros de San Benito que se enfrentaron a dos delincuentes que quisieron robar una cortadora de fiambre y una balanza electrónica de su negocio.
Padre e hija resistieron como pudieron pero en la huida de los delincuentes uno disparó contra Omar, quien de milagro se encuentra fuera de peligro. En diálogo con el portal digital Elonce, Gabriela aseguró que “Estaba tranquila, sentada tomando unos mates, cerca de las 21.30, cuando entraron dos muchachos con el casco puesto, campera de cuero y jeans negro; uno de ellos sacó el casco y me dijo que querían comprar 50 pesos de chizitos. Fui a buscar la bolsa, la puse sobre el mostrador, corrí la plata para el costado y cuando me di vuelta buscar el jarrito, me dice: `Es un asalto´. Yo lo miré y volvió a decirme: `es un asalto´”. Y continuó: “Cuando lo dijo por segunda vez, saltó al mostrador y yo me hice para atrás; ahí se levantó la campera y sacó un revólver. Me dijo `quédate quieta porque te mato´”.
La mujer corrió hasta un pasillo y avisó a sus padres para que llamaran a la Policía porque estaban siendo víctimas de un asalto. “El muchacho saltó al mostrador, arrancó el cable de la balanza y cuando se separa el platito, que queda sobre el mostrador, entró el otro que estaba afuera para sacar la cortadora de fiambre”, resumió al dar cuenta que ambos ladrones salieron tras ella.
“Junté el platito de la balanza, que había quedado sobre el mostrador, y empiezo a pegarles. No sé de dónde saqué fuerzas, pero salí y le pegué; cuando me zafó la mano, lo zamarreaba de la campera, y cuando se quiso subir a la moto, que fue cuando se le cayó el revólver, se lo quise patear”, reveló Gabriela. Pero, el ladrón alcanzó a tomar el arma de fuego, subió a la vereda y empezó a disparar: “Ví los fogonazos, hizo dos o tres disparos”, contó la almacenera.
Gabriela confesó que cuando escuchó los gritos de los vecinos, que decían que le habían disparado su padre, dejó a los ladrones que se fueran.
Es que cuando Omar oyó los gritos de auxilio de su hija e inmediatamente llegó hasta el negocio. “Me encuentro, primero, con la cortadora de fiambre tirada en el piso y los protagonistas, que eran Gabriela y los delincuentes, en la calle. Al salir, veo que se estaban llevando la balanza, pero no sabía qué más habían robado, y encimé a uno de los delincuentes, el que sacó un arma y me pegó en el rostro; después, en el forcejeo, gatilló y me dio en el muslo de la pierna izquierda”, explicó el hombre.
“Ya no pudimos hacer nada, pero llegaron muchos vecinos, a quienes agradezco”, comentó al estimar que cuando los ladrones se vieron acorralados, optaron por darse la fuga.
Omar fue trasladado al hospital San Martín, donde los médicos le explicaron que no es conveniente extraer el proyectil de la pierna y que debe que esperar a que el organismo lo encapsule. Mientras se recupera de las consecuencias del violento asalto, está medicado con antibióticos y calmantes. “Con reposo y muy dolorido”, acotó y reveló que no puede dormir: “porque una situación así te deja exaltado, nervioso y muy alterado”. En la oportunidad, el comerciante agradeció al personal policial de la comisaría, del centro de salud de San Benito y del hospital de Paraná, y a los vecinos que los socorrieron.
“Ahora estaremos más atentos, y con temor de que en cualquier momento… pero hay que seguir en la lucha”, sentenció el hombre. Mientras que su hija fue más allá: “No tengo miedo de que aparezcan”, sentenció y anticipó que seguirá atendiendo su despensa “en el mismo horario, pero con la reja cerrada”. “Esta es una zona tranquila, porque los que cometen asaltos, la mayoría son de Paraná”, apuntó.
Fuente: Elonce