RECLAMARON FALTA DE MANTENIMIENTO
Vecinos del Gualeyán expresaron su malestar por el estado de las calles y la falta de luminarias
Vecinos que viven sobre las calles Alférez Sobral, Maestra Piaggio y Boulevard De María, reclamaron mejoras en las calles y arreglos en las luminarias. Señalaron que cuando llueve resulta imposible salir e indicaron que las máquinas de Vialidad pasan muy poco por la zona.
El tramo de la calle Alférez Sobral desde el Cementerio hasta la Ruta 14 presenta un estado lamentable. La calle siempre ha sido motivo de queja de quienes habitan en el lugar y tienen innumerables problemas para salir cada vez que llueve.
Sectores en donde el agua corta algunos pasos, un badén que se desborda y un camino que se transforma en un arroyo. La falta de mantenimiento y de un trabajo que perdure en el tiempo perjudica a la gente que trabaja en chacras, emprendimientos turísticos, quienes eligieron la zona para vivir y trabajan en la ciudad, también a los docentes y alumnos que concurren a los establecimientos educativos.
Sin ir más lejos en la última semana de lluvias, los alumnos no pudieron concurrir a Escuela 91 “Pedro Jurado” donde desayunan, almuerzan y tienen una merienda, en los niveles primario y secundario.
Es un problema de larga data, de reiterados reclamos que no ha tenido solución. Se ha pasado la máquina y emparejado el camino que vuelve a romperse y degradarse en cada precipitación.
AHORA ElDía se reunió con vecinos y vecinas en la esquina del lugar en donde se encuentra el establecimiento educativo Pedro Jurado, un destacamento policial, fue inaugurado en el 2004, que se encuentra cerrado y la capilla.
Mónica Parma señaló que “desde la segunda gestión de Martín Piaggio venimos reclamando por el estado de la calle en una zona que tenemos dos escuelas. La 44 que está sobre la Sobral y la 91 Pedro Jurado que es primaria a la mañana y secundaria Gualeyán en horas de la tarde, escuelas en donde por espacio de tres días no hubo clases porque los chicos y los docentes no pudieron concurrir por el estado de los caminos. Chicos de la zona y de barrios nuevos como el Curita Gaucho se quedaron sin días de educación y sin el comedor escolar que ayuda y mucho en la economía familiar”. La vecina mencionó que “nos estaríamos quedando sin mejoras en la zona por la futura circunvalación, pero si vamos a aguardar que se haga, nos vamos a morir todos esperando”.
Mauricio Tica, quien trabaja en el Casino, comentó que “entrar y salir es toda una odisea, dado que cuando no llueve las huellas que dejan las precipitaciones, los pozos y desniveles provocan daños reiterados en los autos, como por ejemplo tren delantero, amortiguadores, cubiertas. En caso de lluvias solemos quedar aislados porque el curso de agua que baja de los campos y del arroyo Gualeyán desborda y se corta el badén, cortándose la única vía de acceso que es la calle Sobral que se corta detrás del Cementerio por la cantidad de agua que se acumula en la zona”.
El vecino sostuvo que “todas las calles de la zona del Gualeyán están destruidas, detonadas por la falta de mantenimiento. En un momento, la calle Maestra Piaggio que es en la que yo vivo, se arregló un poco con escombros que se arrojaron en el lugar porque me encargué de conseguirlo y de pagarlo desparramándolo la gente del municipio. Fueron diez camiones, después le tiraron brosa, tarea que se realizó hace dos años, pero no se realizó el mantenimiento adecuado y el clima hizo lo suyo”.
También dijo que “si no tenemos una calle en condiciones, ni hablar de veredas que no existen, agregándose un problema que no es menor como la falta de luminarias. Sobre Maestra Piaggio, detrás de un emprendimiento turístico, tenemos cuatro columnas que no funcionan”.
Maximiliano Delgado, trabajador gastronómico que vive al fondo de la Sobral a casi un kilómetro de la Ruta 14, contó que “cuando llueve no tenemos accesibilidad y en el caso de que se registre algún accidente en la zona, alguien que necesite atención médica no tenemos como salir, menos que menos la posibilidad de que ingrese una ambulancia o un camión de bomberos como ha pasado”.
En cuanto a su trabajo comentó que en más de una ocasión “cuando el camino no da para salir en auto, me calzo las botas y me voy caminando hasta el Cementerio donde tomo un remis y me voy a trabajar, previa ducha y si las condiciones climáticas son adversas me tengo que quedar en la ciudad, pagar un alojamiento, quedando mi familia sola en el Gualeyán. Esto no es justo, como tampoco lo es que nuestros niños no tengan clases, a veces por una semana, porque no contamos con un camino adecuado en el ejido de Gualeguaychú”.
Andrea Robles vive sobre Calle Sobral, pasando la morgue del Cementerio, zona en donde denuncia que “se junta mucha agua, perdiendo en la última lluvia un número importante de autos las patentes, otros se empantanaron, un desastre ya que el agua que baja se acumula en un pozo de considerables dimensiones. En definitiva, en cada precipitación, la calle Sobral se corta y en mi caso como en el de otras familias, nuestros niños pierden días de clases porque no pueden llegar a la Escuela 44”.
Finalmente, Yanina Molina, emprendedora turística, es otra de las vecinas que padece la falta de caminos transitables en calle Maestra Piaggio. “Trabajamos con el turismo, en su mayoría de Buenos Aires a los que les gusta el lugar, pero cuando ven las calles se desaniman y muchos eligen no venir. Es más, tuvimos que ayudar a ingresar y a salir en medio del barro. Es crucial el arreglo delas calles y tanto que se jactan de una ciudad turística, en nuestro caso y en el de otros que apuestan al rubro no podemos ofrecer un servicio de calidad sino tenemos accesibilidad”.