Vicisitudes de intentar participar de un concurso en la justicia local
* Por Andrés Mazur Es sabido que las personas y las instituciones suelen mantener, junto a sus propósitos evidentes y declarados, otros inconfesables que permanecen ocultos a los demás y que son tanto, o más efectivos, a la hora de determinar los actos que llevarán a cabo. Sólo recurriendo a estos motivos ocultos o inconfesables es que uno puede encontrar razones para actos que en apariencia son irracionales o contrarios a los intereses de quien los hace.En el año 2007 se llamó a concurso en el Juzgado de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad local, a cargo del Juez Dr. Carlos Rossi, para cubrir el cargo de psicólogo; concurso al cual me presenté y obtuve el segundo lugar en el orden de méritos. El primer lugar fue otorgado por un tribunal constituido por el nombrado Dr. Rossi, la Dra. Alicia Vivian y el Dr. Gustavo Carboni, a quien ocupa el cargo en forma interina desde el año 2001.Al revisar cómo se determinó ese resultado me encontré con la primera sorpresa: el orden de mérito no se realizó otorgando puntaje alguno en la valoración de los antecedentes aportados sino que se llegó a ese orden con una valoración puramente subjetiva, no cuantitativa, o sea: sin calificación objetiva y por puntos. Como se puede apreciar fácilmente, esto es sumamente irregular así que me encargué de hacérselo saber al mencionado tribunal pidiendo una revisión de lo actuado a través de la impugnación de dicho concurso y aquí es donde sobreviene una segunda sorpresa: el Juez -Dr. Carlos Rossi- no hizo lugar a mi impugnación, descartándola, y ratificó la decisión tomada y el orden de mérito establecido.Ahora bien, uno supone que el Juez necesita y quiere tener junto a él al equipo técnico más capacitado al que pueda acceder, ése y no otro es el espíritu de cualquier concurso: que obtenga el puesto la persona más capacitada. Lo lógico sería establecer lo más rápidamente posible quién posee más antecedentes, y ya. Entonces aquí uno empieza a preguntarse por qué el Juez actuará de esta forma que resulta, en principio, contraria a sus intereses y al sentido común.Convencido de estar en lo correcto, presenté esta impugnación ante el Superior Tribunal de Justicia de la Provincia de Entre Ríos quien -con adecuado criterio- me otorgó la razón en mis dichos, impugnó efectivamente el concurso y dispuso se realice nuevamente, esta vez con un nuevo tribunal: los doctores García Jurado, Héctor Vassallo y Edgardo Lema.Aquí apareció un nuevo contratiempo, ya que advertí que uno de los miembros de este nuevo tribunal -el Dr. García Jurado- mantiene una relación profesional previa con una de las personas a quien debe evaluar: es Titular de la Cátedra donde la psicóloga a quien se le otorgó en forma impropia e injusta el primer puesto en el concurso ejerce una ayudantía, tal y como se expone en el mismo expediente del concurso. Vale decir, no es una circunstancia que yo noté por mi perspicacia sino que está acreditada en el expediente y al alcance de cualquier persona que pueda leerlo.Esta relación previa entre quien debe evaluar y el evaluado puede jugar en contra de la necesaria objetividad y transparencia que estos actos públicos deben tener y es causal de recusación de jurados de concurso. Procurando que no haya más que transparencia en un expediente que me involucra, decidí recusar a este miembro del tribunal alegando una relación existente entre estos dos actores. Ahora bien, en fecha 11 de febrero de este año, esta recusación se me rechazó "por improcedente", decisión tomada por el Dr. Vassallo y el Dr. Lema, a saber, los otros dos miembros del tribunal.En la actualidad estoy a la espera de la decisión de este tribunal, tarea en la que me encuentro activamente desde esa última oportunidad y que a través de este acto comparto con la opinión pública, en la espera también de que alguien pueda descifrar estos designios judiciales que aparecen como insondables.¿No debería cualquier juez en busca de personal técnico intentar encontrar al más capacitado haciendo todo lo necesario para tenerlo cuanto antes? ¿Cuáles serán los motivos que pueden demorar el llamado a concurso desde el año 2001 hasta el año 2007? ¿No debería un Juez, un tribunal -al ser modelos de objetividad, integridad y transparencia que es lo mínimo que se le puede exigir- evitar involucrarse en situaciones que puedan ser malinterpretadas por la opinión pública?Si bien esta nota está motivada por la resolución de un concurso, no crea que no le atañe a usted, directa o indirectamente, ya que si usted, sus vecinos, sus familiares, necesitan el día de mañana ser evaluados por personal técnico de un juzgado (o si usted es juzgado) tiene derecho a que esa tarea sea llevada por la persona más capacitada, más preparada, para que sea una garantía de administración efectiva de justicia.Ahora bien, desconocemos los motivos para semejantes decisiones jurídicas, pero nuestra experiencia observando el desarrollo institucional argentino marcado por el amiguismo y la gauchada -como ya denunciaba Sarmiento en 1870- podría hacernos suponer la acción de un sistema perverso destinado a ubicar a alguien en un puesto basado en sus relaciones con el poder y no por sus capacidades, su formación o su esfuerzo.Este sistema, ilegítimo y contrario a las más elementales normas éticas, funcionaría de la siguiente manera: 1) nómbrese a un beneficiario sin antecedentes que lo avalen en un cargo "X" en forma interina utilizando para ello las facultades que el ser Juez proveen; 2) dilátese el concurso durante 6 ó 7 años; 3) llámese a concurso y al momento de evaluar considérese sólo puntuar los años de ejercicio del cargo en el Poder Judicial o los ítems relativos al desempeño forense. Resultado: prácticamente nadie que no pertenezca al poder judicial puede ganar el concurso.Estos pasos descriptos coinciden con las características, peculiaridades, demoras y vaivenes de este concurso y también es un modelo que se repite en otras oportunidades en éste y otros juzgados. Pese a ello, debemos mantener la esperanza de que en la Justicia los actores en juego lo hagan dentro de la conducta ética, y así exigirlo con las posibilidades a nuestro alcance.En tiempos en que la sociedad exige mayor transparencia en todos los actos públicos, y la sospecha se cierne lamentablemente sobre tantos funcionarios, esta nota pretende ser una invitación a la reflexión y un llamado a involucrarse activamente exigiendo -aunque la frase nos resulte un poco gastada- nada menos que Justicia. * Lic. y Prof. en Psicología
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