
En la semana que comienza habrá novedades para empleados estatales y docentes acerca de la esperada recomposición salarial, según se ha deslizado desde la Casa Gris.Por Mario Alarcón MuñizEspecial para El Día Es todavía imposible pronosticar la reacción de los gremios respectivos, porque nada se sabe acerca de los índices de aumento que ofrecerá el gobierno, pero no se duda de la inminencia del anuncio oficial. Hasta ahora se trata de versiones, claro que de fuentes fidedignas.Tanto estatales como docentes han planteado sendos conflictos en demanda de mejoras. Un paro dispuesto por ATE a principios de julio fue neutralizado mediante la instancia de conciliación obligatoria, desarrollada desde entonces dentro de los términos normales de este tipo de trámites. No tuvo la misma suerte el gobierno con los maestros. También apeló a la conciliación obligatoria para evitar la huelga del lunes y martes últimos, pero tanto AGMER como AMET desoyeron la disposición e hicieron sentir en las escuelas el peso del reclamo. Los númerosHasta hoy los trabajadores estatales perciben un mínimo de 1.550 pesos y los docentes 1.840 pesos. Estas cifras resultan de dos aumentos otorgados en forma escalonada este año en marzo y julio, según lo acordado por las partes hace cinco meses. Se supone que en ese momento las estimaciones inflacionarias estuvieron por debajo de la realidad. Los números verdaderos se encargaron de enflaquecer los salarios y sobrevinieron las demandas de actualización.El gobierno se atiene a lo expresado a fines de 2009 en oportunidad de considerarse en la Legislatura el actual presupuesto: "si no mejora la recaudación será imposible aumentar los sueldos". A tal punto llegó la polémica que los legisladores incluyeron en el texto de la ley de presupuesto la obligación de destinar a un plan de recomposición salarial los mayores recursos que se obtengan. No hay escapatoria. Si aumenta la recaudación, deben aumentar los salarios.La recaudación creció. No hay cifras exactas porque sólo se han mencionado las originadas en tributos provinciales desconociéndose las provenientes de la coparticipación federal, pero fuentes informadas aseguran que el Estado está en condiciones de aumentar en cien millones de pesos a partir de septiembre la partida presupuestaria destinada a salarios, cuyo monto actual es de trescientos millones mensuales. "Cuidar las finanzas"Así las cosas y ante la fuerte presión sindical, los ministros de Gobierno, Adán Bahl y de Economía, Diego Valiero, dedicaron varias horas de la última semana a estudiar las alternativas de mejoras que en los próximos días se ofrecerán a los gremios. El cuadro no está concluido, porque también se estudia la posibilidad de aumentar las asignaciones familiares, pero se cree que "de un momento a otro" (palabras de un funcionario) sonará la campana de convocatoria a los dirigentes sindicales para plantearles la situación y los números disponibles.En este sentido el gobierno insiste en su reiterada posición de "cuidar las finanzas públicas y no caer en exageraciones que deriven en descalabros financieros". Es razonable. Más aún, es una señal de correcta administración de los recursos públicos. Pero caben algunas objeciones. No toda la política oficial se rige por ese criterio y no es la recaudación provincial el único ingreso del Estado. Nada se habla acerca de la coparticipación federal, cuyo reordenamiento está pendiente desde hace más de un año y medio, cuando el Estado recuperó el régimen previsional y perdió sentido la deducción del 15 por ciento de la coparticipación que se practica a las provincias para sostener el sistema frente a las AFJP que ya no existen. Acerca de esto los funcionarios son mudos. Nadie reclama nada. Tampoco creen necesaria la corrección de los índices de coparticipación. Algún día habrá que tomar este asunto en serio y a fondo.