Vilas habló de cosas "muy raritas" en la Copa Davis

Guillermo Vilas, máximo ganador de partidos en el torneo en el ámbito nacional, no se hará presente en Zagreb; tampoco estarán José Luis Clerc y David Nalbandian; Maradona sí se anota.La pregunta le llegó a Guillermo Vilas en un apacible día en el Buenos Aires Lawn Tennis Club (BALTC): "¿Vas a ir a Zagreb, vas a ir a la final?". No fue exactamente entusiasmo lo que afloró en el jugador más grande que haya dado el tenis argentino. El "no" brotó veloz y contundente. Y, tras una pausa, la aclaración: "Tampoco me invitaron".Eran los últimos días de septiembre, la victoria argentina sobre Gran Bretaña en Glasgow estaba aún fresca y la ilusión de ganar por fin la tan elusiva Copa Davis crecía. Pero Vilas, enfrascado en sus negocios en Europa y eufórico y emocionado con la confirmación de que será padre por cuarta vez -el primer varón, que se llamará Guillermo-, no estará este fin de semana en Zagreb, cuando la Argentina busque ese título que no pudieron ganar él y José Luis Clerc en Cincinnati 1981, y que también se escapó en Moscú 2006, Mar del Plata 2008 y Sevilla 2011.No siempre fue así, porque tiempo atrás un Vilas ya largamente retirado encontraba con frecuencia la vía para ser protagonista central en grandes momentos del tenis argentino. Lo hizo en Roland Garros 2004, cuando ofreció una conferencia de prensa tras la final que Gastón Gaudio le ganó a Guillermo Coria y antes de que los dos finalistas hablaran con los periodistas. Aquel día fue, además, el encargado de entregarle el trofeo a Gaudio. Y lo hizo en Mar del Plata 2008, cuando antes del dobles de la final de Copa Davis ante España pronosticó que Argentina era clarísima favorita para ganar esa serie y que lo haría sin problemas. La realidad lo desmentiría con fuerza.Ocho años después de la debacle marplatense, Vilas es otro. Más apocado, más alejado del ruido. También de la Davis, como dejó en claro a principios de este mes durante una entrevista con el periodista español Tolo Jaume, del diario "Última Hora" de Mallorca. El diálogo se produjo en las instalaciones de la "Vilas Tennis Academy", en la isla española, y el inicio del diálogo fue luminoso: "Ahora va a venir a entrenar el hijo de Bjorn Borg? Muy contento. Estoy en un momento muy lindo con mi mujer, es todo bárbaro. Venir acá me encantó, es muy lindo. Acá podés hacer miles de cosas para mejorar el tenis".Hasta que el periodista le preguntó por la final de la Davis en Croacia. Entonces el tono de Vilas cambió, la luminosidad flaqueó y cierta oscuridad se apoderó de la charla."Ah... La Copa Davis en realidad ha tenido muchos altibajos en su historia. En realidad hubo mucha gente que se metió en el medio, la verdad quedó muy desdibujada para mí, porque sucedieron cosas extrañas de doping, de esto y aquello. Muchas cosas se taparon... Y bueno, hay que esperar".Un tanto desconcertado, el periodista le preguntó por sus expectativas para la final. La respuesta no fue quizás la que esperaba."No... Este... Hmmm. ¿Cuándo es? Ah, sí, falta, falta... Bueno, sí en Argentina sí, gusta la Copa Davis, pero siempre la Copa Davis tuvo gente, muchas cosas muy raritas". El "muy raritas" fue acompañado por una risa veloz, una breve insistencia -"muy raritas"- y una explicación: "Desde la Copa Davis que se jugó en Mar del Plata, donde pasaron cosas muy raras, no quiero entrar en esas cosas. Cosas raras hay siempre, en el fútbol hay muchas".Jaume no se rindió, y buscó por el lado de la "gran oportunidad" que tuvo en aquel 2008 la Argentina de ganar por fin la Davis y lo que Juan Martín Del Potro le aporta hoy al equipo."Era fantástica, sí... Está jugando muy bien, sí. ¿Cuándo es el partido?".El periodista volvió a explicarle que faltaban casi tres semanas, Vilas se apresuró a cortarlo. "Faltan tres todavía... Y bueno, hay que esperar, hay que esperar". Y volvió a reir.En países como Francia, Australia, Estados Unidos o España es habitual que las viejas glorias, las grandes figuras de la historia del tenis, acompañen a sus equipos de Copa Davis en cenas oficiales y en los estadios durante los fines de semana de juego. Se los recuerda, se los valora y se los honra dentro de un sistema establecido. En la Argentina, en cambio, sigue sin haber un modelo institucionalizado y estable acerca de cómo tratar a gente sin la cual nada sería como es hoy.La actual conducción de la Asociación Argentina de Tenis (AAT) aseguró a la nacion que invitó a Vilas a la final que comienza mañana, pero que nunca recibió una respuesta concluyente. Ni un sí ni un no. Tampoco estarán José Luis Clerc, entusiasmado con la final pero con demasiado trabajo en la Argentina, ni Gastón Gaudio, Guillermo Coria o David Nalbandian. Sí está en Zagreb Martín Jaite, que comentará para TyC Sports. Alberto Mancini, que según la Federación Internacional de Tenis (ITF) compró "20 entradas" para invitar familiares y amigos a la final, desistió a último momento por problemas familiares.Vilas, que ganó en la Davis más partidos (45) que la suma de los de Nalbandian (23) y Clerc (20), Vilas, expectante ante la posibilidad de que la ATP le reconozca retroactivamente, 40 años después, que fue número uno del mundo, seguirá la final a la distancia. ¿La seguirá? El zurdo ama al tenis, pero su análisis de la actualidad del deporte que lo hizo famoso deja un regusto inquietante: "Lamentablemente estamos bien, pero hubiésemos estado mejor si hubiésemos tenido por ahí algunas otras actividades de cierta gente que hicieron que nuestro deporte se volviera complicado. Hay que esperar, estos tiempos son muy extraños, aparecen cosas nuevas que no se sabe de dónde vienen. Lo que a mí me gusta es jugar al tenis, con eso me regocijo".
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