Violencia en el fútbol: podrían crear un organismo de seguridad deportiva
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Será desde el ámbito municipal. La reiteración de peleas entre parcialidades cada fin de semana, abre el debate. Hay preocupación en los dirigentes de los clubes y la Liga Departamental. Opinan vecinos.MIRÓ/NAVARRO/RIERA/SKUBIJEl presidente de la Liga Departamental de Fútbol, Abel Martínez Garbino, lleva más de cuarenta años en el mundo de ese deporte. Fue delegado de Juventud Unida, dirigente de la entidad y desde hace más de 15 años está al frente de la liga de Gualeguaychú.Para el dirigente, la violencia "está en todos los ámbitos de la sociedad, pero en el fútbol local han desembarcado elementos conflictivos. No quiero puntualizar, debido que simplificaríamos el análisis, aunque hay entre 7 y 9 instituciones en Gualeguaychú que tienen entre sus parciales a 10 o 12 personas muy conflictivas".Aseguró que "esta gente con sus actitudes contagian en más de una oportunidad a un número importante de hinchas" pero aclaró que "no todos los simpatizantes de estas instituciones son violentos". "A las canchas concurren muchas familias que van a disfrutar de un partido, pero lamentablemente algunos elementos descargan toda su intolerancia", precisó.Martínez Garbino subrayó que "tenemos que tomar el toro por las astas, de lo contrario se nos va de cauce, y pluralizo porque primero lo debe hacer la Liga que son los clubes en donde seguramente cometemos errores, las instituciones con decisiones que a veces no son gratas hasta inclusive riesgosas, y fundamentalmente el poder político".Opinó además que el gobierno municipal "tiene que estar en la temática y esto lo he hablado con el Intendente (Juan José Bahillo) y en muy poco tiempo se va a crear un organismo de seguridad deportiva. "Una mesa donde vamos a estar todos y entre todos, vamos a tomar las decisiones y pasos a seguir", amplió.El último enfrentamientoEl domingo pasado se registró un hecho de violencia al término del partido entre Defensores y Sud América. Al respecto, Martínez Garbino reconoció que en ese encuentro "fallamos todos y tenemos que hacer un mea culpa, y si no partimos de reconocer los errores nunca vamos a llegar a la verdad"."Una de las patas de este tema pasó por el operativo policial, otra por la responsabilidad de nosotros y después la irracionalidad de quienes la protagonizaron", sostuvo.Aclaró que los dirigentes deben determinar el día de juego en determinados partidos porque "no podemos dejar pasar por alto que la mayoría de los jugadores trabajan. Esta es una disciplina amateur y a veces disponer un viernes, miércoles o sábado cuesta, aparte de los costos que tiene el no jugar un domingo y hacerlo un día laborable"."Por ahí tendríamos que ser más firmes desde el organismo madre en lo que a los días de partido se refiere. Sentarnos un poco más con la policía, cuando nos sugieren que determinado juego se dispute un sábado, pero a veces se nos hace imposible por la cantidad de encuentros que tenemos", acotó.En la primera fecha se jugaron encuentros considerados de "alto riesgo" como Juvenil del Norte-La Vencedora el sábado y Pueblo Nuevo - Unión el domingo. "Cotejos con un marco importante de público, amplio despliegue policial considerable y no pasó nada", destacó.Las institucionesPor otra parte, indicó que las entidades son responsables de sus simpatizantes y en "esto tampoco podemos mirar para el costado. Tenemos clubes que hace un buen tiempo tienen personajes conflictivos, algo que le ha costado mas de un dolor de cabeza y la permanencia de estos sujetos, seguramente les traerá aparejado más de una jaqueca".Por otro lado, el procedimiento policial. "En la cancha de Defensores se han jugado partidos con mucha gente y los procedimientos policiales fueron muy buenos. En Paraná, cuando jugaron Atlético y Juventud Unida (Argentino B) las hinchadas tuvieron que dejar en la entrada todo tipo de objetos contundentes (encendedores, cinturones) y una vez terminado el juego, en tres minutos la parcialidad de nuestra ciudad estaba fuera del estadio", afirmó.Reconoció que el pasado domingo "evidentemente hubo una demora en la salida de la hinchada de Sud América. Después, acorde a versiones digna de crédito, se deja venir a algunos simpatizantes de Defensores y empezaron las piedras de uno y otro lado. Seguramente si se hubiese apurado la salida de los parciales de Sud América y dispuesto un mayor cordón policial entre ambas parcialidades, la situación no habría llegado a lo ya conocido", expresó."Hablamos con el diario del lunes, pero para empezar a hacerlo con el del viernes, se han tomado algunas medidas. Defensores tomó la determinación de no jugar más en su cancha y esta no es la medida más grata que queremos para nuestro fútbol, como tampoco jugar sin la presencia de hinchadas visitantes, aunque el reconocimiento por parte de Defensores con hechos que los desbordan no deja de ser un paso adelante", opinó.Martínez Garbino indicó además que durante la semana pasada se reunió con la policía y la justicia, concretamente con el fiscal Mauricio Derudi, quien "mostró una muy buena predisposición y ahora con la reforma del Código Procesal en la provincia han cambiado algunos procedimientos. Derudi mostró su total predisposición para colaborar en todo esto, pero se debe aportar elementos no se puede ir con denuncias sin fundamentos".El temor de denunciar¿Por qué no se dan a conocer los nombres de quienes protagonizan hechos de violencia?, preguntó ElDía. "No se le puede apuntar al dirigente que trabaja los 7 días para sus clubes, por eso tenemos que buscar otros métodos debido a que aquel que denuncia puede sufrir represalias", respondió el presidente de la Liga."Quien dice que no tiene miedo, está mintiendo. Acá hay delegados que sufrieron amenazas muy serias en perjuicio de sus familiares, inclusive nuestros dirigentes casi no pueden ir a la cancha porque los insultan y amenazan"."Al ver peleas, el partido pasa a segundo plano"Los jugadores, también integrantes de una comunidad, soportan los fines de semana diferentes situaciones que se dan a pocos metros mientras ellos disputan un partido.Es el caso de Marcelo Melgar, de 27 años, de Sarmiento. "Jugué al fútbol toda la vida, desde los 6 años, con el correr de ese tiempo he sido testigo de esta problemática. La violencia convive con nosotros, está en la sociedad; si la dejamos crecer en lugares de contención social -como es el fútbol y otras actividades- me parece que vamos por un mal camino", manifestó.Dijo que "antes había pero era más aislado, ahora es como que muchos se predisponen a hacer disturbios".- ¿Cómo lo viven los jugadores en el clásico Sarmiento-Defensores?Son como polos opuestos. Por un lado, es un partido que cualquier jugador quiere estar por el folclore y lo que se vive en la cancha. A la vez, muchas veces, los jugadores también sentimos cierta intranquilidad porque en la tribuna tenemos a la familia, amigos, nuestros padres. Sinceramente, al ver corridas y peleas, el partido pasa a segundo plano.- ¿Lo hablás con otros jugadores?En Gualeguaychú nos conocemos todos, el ambiente del fútbol es muy lindo, tengo amistades gracias a Dios en la mayoría de los clubes.Sí, hablamos del compromiso que debe tener cada jugador y todos los que formamos el ambiente de fútbol. Creo que hay que ser responsable del lugar que uno ocupa y no generar violencia, tratar siempre de mandar un mensaje de tranquilidad.Lo converso con la familia, cuando llegan partidos que son considerados de alto riesgo, uno toma las precauciones de decirles a los padres que vayan temprano o, directamente, que no concurran.Por otra parte, Marcelo Melgar recordó las anécdotas que le cuenta su papá. "Él no lo puede creer, en otros tiempos no se necesitaba policía, terminaban los partidos y la gente se mezclaba, ingresaban por la misma puerta".Ahora no alcanza la policía, enfatizó. "Hay que cambiar los horarios para que no se crucen"."Hay que aplicar las leyes"Flavio Reynoso, Instructor de Árbitros de Fútbol, también ha sido víctima de la violencia. Dirigió desde 1983 hasta 1997. Aseguró a El Día que "el caso de Gualeguaychú es particular porque en la función que estamos, al otro día te encontrás con jugadores o con personas que tuviste algún inconveniente".Aclaró que desde hace un tiempo hasta la actualidad "la violencia va en aumento, hoy parece que la gente imita todo lo de Buenos Aires. Gualeguaychú era otra cosa, me enteré que hay internas en las barras bravas entre comillas de la ciudad".Reynoso comenzó en la semana la instrucción a los colegas, "me cuentan las vicisitudes que pasan los domingos. De una u otra manera todos nos tenemos que hacer responsables de lo que está sucediendo. Una mala tarde incita a que la gente que vaya a la cancha se ponga violenta, un hecho trae como consecuencia un tumulto o algunas cosas que se pueden armar dentro o fuera del campo de juego".Reynoso consideró que la prevención "es fundamental, además de aplicar las leyes". Dijo que "los dirigentes son muy pocos y se rompen el alma laburando, terminan cediendo porque reciben amenazas. Todos tienen familia y deben pensar bien cómo continuar"."Con la ley en la mano se puede lograr que los pocos que hacen líos, se queden fuera de las canchas", estimó.El juez García Jurado llevó adelante la investigación en la Instrucción del caso y realizó una reconstrucción del hecho en el escenario de la pelea entre las hinchadasLa pelota se manchó por un crimen impuneEl domingo 12 de junio de 2011 fue un día trágico para el fútbol de Gualeguaychú. En la esquina de calle Etchevere y Ayacucho, las hinchadas de Unión del Suburbio y de Sarmiento protagonizaron una gran pelea que terminó con la vida de un hombre de 42 años.La muerte de este hombre hincha de Sarmiento ocurrió durante la previa del partido, justo en la esquina del estadio, pero el pésimo operativo de seguridad que montó la Policía, permitió que las dos hinchadas lograran encontrarse casi sin presencia de uniformados.Durante la gresca, Melgar fue agredido en una situación poco clara con un golpe de puño en su cabeza que lo desplomó en la tierra. Quienes lo acompañaban, lo trasladaron en una camioneta hasta el Hospital Centenario, luego de que se llamara a una ambulancia que nunca llegó.Allí recibió las primeras atenciones y se constató un traumatismo de cráneo encefálico, la fractura de la base del cráneo y de la columna cervical, según se informó desde el Hospital Centenario en aquella oportunidad.Las lesiones fueron muy severas. Melgar fue operado en los primeros minutos debido a que presentaba un hematoma que obligaba a la intervención quirúrgica. Poco después a las tres de la mañana del lunes 13 de junio se declaró la muerte cerebral. Finalmente, a las 15.15 del mismo día se informó del deceso del hincha.Este partido de fútbol era el más destacado de aquella fecha y considerado de alto riesgo. Acorde a lo informado, fueron ocho policías de refuerzo, los destinados a mantener el orden en el partido. Cuatro en la cancha y cuatro en las inmediaciones de la misma.La causa quedó en manos del Juez de Instrucción N° 1, Doctor Eduardo García Jurado, y la caratuló como "lesiones seguido de muerte". Inmediatamente después de ocurridos los hechos, no hubo detenidos ni identificados como responsables de la agresión que derivó en la muerte de Melgar, la Policía no pudo identificar al agresor.El presidente de la Liga Departamental, Abel Martínez Garbino, se mostró conmovido por la muerte del hincha de Sarmiento, que se convirtió en la primera víctima fatal por violencia en el fútbol local, y aseguró que se debe luchar para "erradicar de las canchas a los violentos, asesinos y canallas".En su oportunidad, el máximo dirigente del fútbol de Gualeguaychú, quien hace más de una década que preside la Liga, defendió la tarea "de contención social constante" que efectúan los dirigentes en los diferentes clubes "ya que si no la hicieran seguramente estaríamos lamentando muchos hechos más violentos"."Tenemos que seguir en la lucha para erradicar a los violentos, asesinos y canallas de las canchas, que no son propiedad de un club u otro porque seríamos injustos y miserables si sindicamos a una institución por el tamaño de los inadaptados", agregó.A los dos días de la muerte de Melgar, un joven de 26 años fue arrestado por la policía en el marco de la investigación. A los dos días, el Juez de Instrucción García Jurado resolvió cambiar a detenido la situación del joven y le tomó declaración indagatoria.Luego de la reconstrucción del hecho realizada casi un mes después, el magistrado dictó la falta de merito al joven que estuvo detenido durante doce días, señalado como el supuesto autor del golpe de puño que le ocasionó las lesiones que le provocaron la muerte a Melgar.García Jurado manifestó en aquella oportunidad que las pruebas que incriminaban al detenido disminuyeron con el avance de la investigación y por ello dictó la falta de mérito.El abogado del imputado, Winton Centurión, contó que en el relato de los testigos durante la reconstrucción del hecho se comprobó que su defendido "estaba a 15 metros del lugar donde matan a Melgar". "Él estuvo 12 días detenido, lo máximo que podía tenerlo el Juez, ahora lo tiene como Falta de Mérito porque García Jurado no quiere dar el brazo a torcer", opinó Centurión consultado en noviembre de 2011. El abogado indicó que durante la rueda de reconocimiento, los testigos no lo reconocieron como al agresor de Melgar.Más de 30 personas declararon ante el juez y pasaron casi dos años de la muerte de Melgar, al no producirse nuevos elementos incriminatorios, se cerró la investigación sobre el joven detenido, y señalado como principal sospechoso. Ahora, la Justicia aguarda que se produzcan nuevas pruebas que reabran el caso que en la actualidad se encuentra durmiendo en Tribunales."Violencia en el fútbol es todo, no sólo una pelea más o una menos"Si hay habitantes en una ciudad que más sufren las consecuencias de la violencia en el deporte, particularmente en el fútbol, son aquellos que viven frente a un estadio o en sus alrededores.En el caso puntual de Gualeguaychú, en reiteradas oportunidades los vecinos de la popularmente conocida como cancha de la Liga son los que más voces en contra han levantado, incluyendo un petitorio firmado que entregaron al intendente, Juan José Bahillo, solicitando el traslado del Estadio Municipal.Si bien los vecinos reconocen que lo que genera el fútbol en Gualeguaychú "no es un caso aislado", muchos se muestran resignados a seguir conviviendo con esas cuatro manzanas pertenecientes a la Liga Departamental.Pedro y Luisa, por ejemplo, quienes prefirieron reservar su apellido por temor a represalias, coincidieron en diálogo con ElDía que para los vecinos la violencia "es el entorno general que se genera en un partido, desde el griterío, las barbaridades que se dicen, las piedras que son arrojadas desde las tribunas contra las ventanas de las viviendas, las bombas de estruendo que producen un fuerte temblor"."También es violencia que te orinen la puerta de tu casa, que te ocupen la vereda o la entrada a tu domicilio o tengas que estar a veces empujando para que te dejen pasar", detalló Luisa. Y agregó: "la violencia en el fútbol es todo eso, no sólo una pelea más o una pelea menos".Por su parte, Pedro dijo que "en mayor o menor medida en todos los partidos hay hechos de violencia, cuando no es en una esquina es en la otra, pero se debe tener en cuenta que los enfrentamientos muchas veces empiezan antes del encuentro cuando van llegando las hinchadas y cuando termina se profundizan con corridas, piedrazos, botellazos y alguna otra cosa".Contó que a un vecino de calle San Juan, "un grupo de personas que no querían pagar la entrada al partido, se le subieron al balcón y se instalaron ahí". "¿Qué hay que hacer en ese caso?, te la tenés que aguantar porque no queda otra", agregó.En tanto Luisa señaló que "los vecinos estamos cansados de esto y a veces dan ganas de bajar los brazos, porque es mucha la impotencia que genera saber que esto no se va a solucionar, que llega el fin de semana y prepararnos para lo que se viene".Y remarcó que "el fútbol está rodeado de violencia, es un deporte que la promueve pero es así desde siempre".Si bien los vecinos se resignan a la situación, Pedro entiende que una posibilidad que debe analizarse es "cambiar el horario de los partidos, organizarlos de otra manera, porque hay fines de semana que las jornadas empiezan a las 9 de la mañana y terminan a las 10 de la noche".Rol de la policíaEn cuanto al trabajo policial que observan como vecinos, para Luisa "la policía está porque tiene que estar, porque los contratan para reforzar la seguridad pero no para asegurar que no se generen hechos de violencia o para cuidar a los vecinos de los alrededores". "Ellos (en referencia a la policía) están arriba de los caballos y miran, hay peleas y a veces no intervienen y eso lo vemos los vecinos desde nuestras casas", sentenció.Se quejó que "a muchos de los uniformados se los ve en una actitud muy pasiva hacia el trabajo que van a cumplir" y aseguró que "son más duros con nosotros los vecinos, porque a veces no nos han dejado pasar para ir a nuestras casas y tenemos que estar media hora discutiendo explicándoles que vivimos allí y que no tenemos la culpa que enfrente haya un estadio de fútbol".
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