TRABAJO NO RECONOCIDO
Virginia Franganillo: “Las tareas de cuidado son la base de la reproducción social de la pobreza”
La socióloga y especialista en temas sobre la mujer estuvo en Gualeguaychú. “Toda una vida le dediqué a esto”, dice sobre la feminización y la infantilización de la pobreza. Y asegura que los cuidados son la justicia social del siglo XXI. “No es un asunto de las feministas, es un asunto que tiene que ver con el desarrollo de la vida humana y con la sustentabilidad económica y social de un país”, apunta.
Por Luciano Peralta
El martes pasado, Virginia Franganillo estuvo en Gualeguaychú. Fue la convocante de una charla organizada por la CGT local, en el marco de los 40 años de democracia, que tuvo a la historia de las luchas feministas argentinas, pasadas y presentes, como eje vertebrador. Luego de la misma, dialogó con Ahora ElDía.
“Las tareas de cuidado son la base de la reproducción social de la pobreza”, dice, ya en Buenos Aires, del otro lado del teléfono. “Son mujeres que cuidan, que mayormente pertenecen a los sectores populares y conforman familias monomarentales. Las tareas de cuidado les impiden a esas mujeres incorporarse al mercado de trabajo. Estudios que tienen muchos años reconocen la feminización de la pobreza y cómo esa feminización iba a llevar a la infantilización de la pobreza”, apunta al cuestionar una realidad cada vez más triste y más estructural en nuestro país: la mitad de los niños y niñas son pobres.
“Por supuesto que la pobreza también tiene que ver con la estructura productiva de un país, con la redistribución del ingreso y con los altos índices de inflación. Pero, para decirlo de una forma que se entienda: si tendríamos asegurado el derecho a que los niños cuando nacen tengan servicios de muy buena calidad (en cuanto al cuidado), esas madres tendrían tiempo para acceder al mercado del trabajo en mejores condiciones”, sostiene quien, a principio de los 90, creó el Consejo Nacional de la Mujer y lideró la lucha por la Ley de Cupos, pionera en el mundo.
“La educación temprana, los cuidados tempranos son clave en esa etapa de la vida que después no se puede recuperar, que son esos primeros mil días o tres años. Y este es un tema que internacionalmente es reconocido, lo han tomado países avanzados, como Francia que dio vuelta el sistema educativo”, ejemplifica Franganillo al referirse a las políticas educativas.
“Estos temas fueron centrales en el feminismo, en el Movimiento de Mujeres que se construyó en la transición democrática, que recoge dos leyes fundamentales de la corta democracia del 73-76. Una es la Ley de Jardines Maternales Zonales, que es un ejemplo en el mundo. Y la otra es el Artículo 179 de la Ley de Contrato de Trabajo, que obliga a las empresas a brindar servicios de cuidado para la niñez en los primeros años”, apunta.
“En ese breve gobierno, el peronismo intenta reconstruir las bases del Estado de bien estar de esa época. Con las mujeres incorporadas de manera masiva al mercado de trabajo, el Estado, los sindicatos y las empresas tenían que contribuir a ese cuidado en corresponsabilidad. Eso lo perdimos con la dictadura militar y luego no pudimos recuperarlo. Bueno, después de 48 años, a partir de un amparo que llegó a la Corte Suprema de Justicia, es que en la actualidad se empieza a implementar ese derecho que habíamos conquistado”, celebra la actual directora del Observatorio de Género y Pobreza con sede en la Universidad Nacional de San Martín.
“Estas políticas son fundamentales -continúa- y tienen que ser debate en las próximas elecciones. Tienen que ser parte de un nuevo pacto ético, un nuevo pacto social. Es una vergüenza que se naturalice, en un país como el nuestro, que la mayor parte de las criaturas son pobres. De no hacer algo, no va a haber trabajadores ni trabajadoras, no va a haber Argentina posible”.
Franganillo es parte de la comisión redactora que se conformó para el proyecto de Ley de Cuidados en Igualdad, que reconoce a las tareas de cuidado como un trabajo, una necesidad y un derecho. “Hay que entender y hay que decir que esto requiere importantes inversiones sociales y que tiene que ser el eje de una nueva organización de la sociedad y del Estado, que incluya a aquellas actividades que tienen que ver con el desarrollo humano y con el bienestar de nuestros adultos mayores, con aquellos que requieren apoyo para vivir, para tener una vida saludable en un proyecto de país. Que no tiene que ver con un gobierno, tiene que ver con un pacto ciudadano y con la responsabilidad de todos los gobiernos”, dice al respecto. Al tiempo que señala: “La organización de los cuidados, tanto de niños como de adultos mayores, es dramática. En el caso de los niños, el 90% es cuidado familiar y la que cuida es la mujer, madres, abuelas, tías, hermanas. Y en el caso de los adultos mayores, un poco más se encarga el sector privado, es del 80%”.
“Estamos hablando de un trabajo intensivo que no solamente es complejo, sino que requiere amor, afecto, conocimiento. Son trabajos que hacen las mujeres, que están altamente precarizados y deben ser parte del debate de la economía. No es un asunto de las feministas, es un asunto que tiene que ver con el desarrollo de la vida humana y con la sustentabilidad económica y social del país”, remarca la referente feminista. Y cierra: “Lo hizo Sarmiento con la educación pública, bueno, esto tiene que ver con el reconocimiento de derechos de esta etapa histórica. Los cuidados son la justicia social del siglo XXI, como decimos dentro del Partido Justicialista, eso tiene que ser compartido por todas las fuerzas políticas, necesitamos un nuevo pacto ético”.