
El historial de Yari Emanuel Sartori es abundante. Protagonizó el primer y único juicio que se realizó en Urdinarrain en 2013. Estando alojado en el Penal de Gualeguay escapó en 2015 junto a un homicida, pero los atraparon. Ahora recibió una condena de un año de prisión por drogas y amenazas. Desde la puesta en funcionamiento del actual Código Procesal Penal en febrero de 2013, Yari Sartori ha sido noticia en Urdinarrain por varios hechos criminales. En septiembre de ese año, y por única vez debido cuestiones logísticas, se realizó en el Colegio de Urdinarrain un juicio que lo tuvo como protagonista por un robo a mano armada a un comercio ubicado en calle Caffarena. El 28 de abril de 2013 ingresó al local con el rostro descubierto, compró unas golosinas y cuando María Sánchez le estaba cobrando, Sartori saltó al otro lado del mostrador y la tomó del cuello, encañonándola en la cabeza con un arma de fuego. Se llevó los 700 pesos que había en la caja. El 4 de septiembre se dictó sentencia. El Tribunal presidido por Eduardo García Jurado, acompañado por las vocales Alicia Vivian y Mariela Rojas, sentenció a Sartori a 6 años y 8 meses, pero luego esa sentencia fue recurrida y la Cámara de Casación bajó la condena a tres años y medio porque a su entender no estaba acreditada la aptitud para el disparo del arma que portaba Sartori. Empezó a cumplir la condena en la Unidad Penal 2 de Gualeguaychú, pero luego fue trasladado a la cárcel de Gualeguay. En marzo de 2015, junto a Carlos Jesús Coronel, un preso que había sido condenado a 13 años por un homicidio simple, escapó del encierro. “Estaban en un lugar de tránsito, separados del pabellón por problemas de conducta y aprovecharon esa situación para fugarse”, dijo José Luis Mondragón, quien era entonces el Jefe del Servicio Penitenciario de Entre Ríos. Sartori y Coronel violentaron una reja, subieron a los techos y corrieron hasta una de las calles, pero ambos fueron recapturados rápidamente. Pero después de cumplir la sentencia en la UP2 y recuperar la libertad, Sartori volvió al delito. El 12 de septiembre pasado, junto a otros dos hombres, fue detenido a bordo de un Volkswagen Senda luego de una persecución por la Ruta 16 que culminó frente a la estación de Carbó. Les revisaron el auto y les encontraron 48 piedras de cocaína que pesaron un total de 39 gramos. Pero antes de este último hecho, Sartori cometió otros delitos. Junto a otro hombre, fue a la casa de una mujer en Urdinarrain que lo había denunciado por el robo de una bicicleta y la amenazó: "cuidáte vos y tus hijas, vos andás diciendo que yo te robo la bicicleta y yo nunca te toque nada, así que cuidáte". Esto tenía como finalidad amedrentar a la mujer para que no avanzara o prosiguiera con la denuncia radicada el 11 de junio. El otro hecho que también se le imputó en este último juicio fueron los daños que causó el 1 de septiembre cuando la Policía llegó a una casa en calle Linares Cardozo y Sartori los recibió portando en su mano derecha una madera tipo bate de beisbol y en su mano izquierda un arma blanca tipo cuchillo. Los policías trataron de que este joven de 28 años tratara de tranquilizarse, pero lejos de ello los amenazaba: “vamos entren milicos putos, entren y uno de ustedes sale muerto”, les gritaba mientras golpeada el cuchillo contra el palo que tenía en sus manos. Incluso recordó un episodio ocurrido en enero de 2013, cuando el oficial Cristian Quiroz, que actuaba como Jefe de la Comisaría de Urdinarrain, recibió un piedrazo en la cabeza cuando intentaba detenerlo en un domicilio frente al Hospital Manuel Belgrano en enero de 2013. “Quiróz se fue de acá con la cabeza rota, vos te vas de acá en un cajón", le gritó a uno de los funcionarios, mientras los amenazaba: "Yo sé donde viven ustedes, sus mujeres y sus hijos, cuiden a sus hijos, acá mueren todos". Con el cuchillo en mano intentaba arremeter contra los policías y desde el interior de la propiedad arrojaba piedras hacia los uniformados y el móvil policial, ocasionando daños en el capot del patrullero. Tal como reza el artículo 50 del Código Penal, “habrá reincidencia siempre que quien hubiera cumplido, total o parcialmente, pena privativa de libertad impuesta por un tribunal del país cometiere un nuevo delito punible”, Sartori fue declarado reincidente, por lo cual no podía acceder a una pena de prisión condicional. Se lo condenó a un año de prisión efectiva por los delitos de “tenencia simple de estupefaciente en concurso real con el delito de amenazas simples -dos hechos- desobediencia a la autoridad y daño”, y se dispuso su inmediato alojamiento en la Unidad Penal 9.