Actuar contra los narcos antes de que sea tarde
La experiencia internacional revela que dejarse estar contra el narcotráfico puede ser letal. Como ocurre en México, donde la guerra contra esta red mafiosa, que desafía al Estado, está desangrando al país. Nuevas estimaciones en ese país revelan que en los últimos cinco años esa guerra dejó más de 60.000 muertes, una cifra que duplica las estadísticas oficiales.Existe la presunción de que el Estado mexicano dejó que el flagelo se extendiera, que los agentes del narcotráfico consolidaran el dominio territorial, y ahora el costo de la erradicación tiene un altísimo precio en vidas.Desde que en diciembre de 2006, y apenas unas horas después de jurar su cargo, el presidente Felipe Calderón dio luz verde al operativo Michoacán, la sangrienta tendencia no ha dejado de crecer.A tanto llegó la influencia de la red mafiosa en la sociedad mexicana, que el Estado, cuya autoridad era socavada de raíz, decidió militarizar virtualmente el país.El despliegue de soldados en el territorio fue directamente proporcional al aumento del número de asesinatos. El saldo es escalofriante: según el semanario Zeta de Tijuana los muertos por la refriega suman 60.420.A propósito, el Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, ha dicho que "la lucha que ha dado, que está dando México para reprimir el narcotráfico, es una lucha valerosa, heroica, y que está costándole pues muchos sacrificios al pueblo mexicano".
En declaraciones a la prensa sostuvo que el crecimiento del narcotráfico debe ser detenido, antes de que se expanda. "Lo que ocurre en México de alguna manera es un indicio, un anuncio, de lo que van a vivir los países latinoamericanos a la corta o a la larga, donde el narcotráfico está ya causando depredaciones de todo orden", afirmó.Sin embargo, el escritor cree que las políticas que se enfocan exclusivamente en el combate al narcotráfico no son suficientes. De hecho está convencido de que la legalización es la única forma de acabar con la criminalidad asociada al narcotráfico.Dicha política debe ser producto, sostiene, de una negociación entre países consumidores y países productores, que permita "que las inmensas cantidades de dinero que hoy día se gastan en políticas represivas se gasten en políticas preventivas y políticas de rehabilitación".A todo esto, el gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri, le dedicó un párrafo al tema, en su discurso de reasunción al cargo, días atrás en Paraná."Entre Ríos es una de las provincias más seguras de la Argentina, aún así la libertad para disfrutar de los bienes, de movilizarse, de vivir tranquilo, de desarrollarse, se encuentra alterada por nuevas amenazas que hay que contener antes de que se expandan gravemente. Esa nueva amenaza es el narcotráfico", afirmó."Hacia ese flagelo -agregó- estarán dirigidos los mayores esfuerzos de la política de seguridad que deberán combinarse con otras acciones de intervención estatal de carácter social, educativo, deportivo, formativo, laboral, motivacional e institucional".Según Urribarri, "en la batalla contra el narcotráfico es vital que ninguna ciudad tenga zonas de exclusión. Eso es una afrenta al estado democrático y una situación inadmisible de la que ya conocemos consecuencias. Mi gobierno va a hacer un esfuerzo en tal sentido y pido apoyo de esta Legislatura para las acciones que requieran su intervención".Cabe consignar que el río Uruguay, de acuerdo a los operativos de las fuerzas federales y provinciales, se ha convertido en una de las regiones donde circula la droga. El transporte se hace tanto por tierra (a través de los puentes) como por agua y aire.
En declaraciones a la prensa sostuvo que el crecimiento del narcotráfico debe ser detenido, antes de que se expanda. "Lo que ocurre en México de alguna manera es un indicio, un anuncio, de lo que van a vivir los países latinoamericanos a la corta o a la larga, donde el narcotráfico está ya causando depredaciones de todo orden", afirmó.Sin embargo, el escritor cree que las políticas que se enfocan exclusivamente en el combate al narcotráfico no son suficientes. De hecho está convencido de que la legalización es la única forma de acabar con la criminalidad asociada al narcotráfico.Dicha política debe ser producto, sostiene, de una negociación entre países consumidores y países productores, que permita "que las inmensas cantidades de dinero que hoy día se gastan en políticas represivas se gasten en políticas preventivas y políticas de rehabilitación".A todo esto, el gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri, le dedicó un párrafo al tema, en su discurso de reasunción al cargo, días atrás en Paraná."Entre Ríos es una de las provincias más seguras de la Argentina, aún así la libertad para disfrutar de los bienes, de movilizarse, de vivir tranquilo, de desarrollarse, se encuentra alterada por nuevas amenazas que hay que contener antes de que se expandan gravemente. Esa nueva amenaza es el narcotráfico", afirmó."Hacia ese flagelo -agregó- estarán dirigidos los mayores esfuerzos de la política de seguridad que deberán combinarse con otras acciones de intervención estatal de carácter social, educativo, deportivo, formativo, laboral, motivacional e institucional".Según Urribarri, "en la batalla contra el narcotráfico es vital que ninguna ciudad tenga zonas de exclusión. Eso es una afrenta al estado democrático y una situación inadmisible de la que ya conocemos consecuencias. Mi gobierno va a hacer un esfuerzo en tal sentido y pido apoyo de esta Legislatura para las acciones que requieran su intervención".Cabe consignar que el río Uruguay, de acuerdo a los operativos de las fuerzas federales y provinciales, se ha convertido en una de las regiones donde circula la droga. El transporte se hace tanto por tierra (a través de los puentes) como por agua y aire.
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